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Lima, Conte y Loser, los olímpicos que aún festejan el bronce en Tokio

Tres de las figuras del selecciona­do, que hoy y mañana jugará en Ferro, hablan sobre el impacto del logro.

- Juan Nicolás Branz jbranz@clarin.com

Habían pasado 33 años del histórico bronce en Seúl 1988, la única medalla olímpica del vóleibol argentino. En el camino hubo buenos resultados, pero también muchas frustracio­nes. Hasta que la espera por otro gran golpe se terminó y el sueño se hizo realidad. La Selección masculina se subió al tercer puesto del podio en Tokio 2020 y festejó a lo grande. A diez meses de aquella gesta, con el plus de haberle ganado 3-2 el partido clave a Brasil, Facundo Conte, Bruno Lima y Agustín Loser hablan mano a mano con Clarín sobre el impacto emocional y deportivo de la conquista lograda en los Juegos Olímpicos disputados el año pasado.

“Se vive todavía como algo muy fresco. Seguimos mirando videos y es algo increíble para nosotros. Es una emoción muy grande. Siempre soñamos con vivir este momento y haber podido lograrlo es algo que nos llena de orgullo y nos da mucho placer, porque nos esforzamos durante todo el año y pasamos muchas cosas duras. No tenemos las mismas condicione­s, apoyo ni visibiliza­ción de otros deportes y la verdad que eso hace que tenga un sabor mucho más dulce de lo que es”, resume Lima.

El opuesto sanjuanino de 26 años, que inició su carrera en Obras de San Juan y estuvo presente en Río 2016, fue el máximo anotador en Tokio 2020 con 138 puntos (17,25 por partido), delante de los dos máximos artilleros del campeón Francia: Earvin Ngapeth (136) y Jean Patry (135).

En la misma línea, Loser, de 24 años y debutante olímpico, expresa toda su felicidad: “Esto es algo que va a quedar para el resto de nuestras vidas, sin importar el tiempo que pase. Lo vamos a vivir siempre muy fuertement­e porque es histórico. En lo personal me marcó mucho como jugador y me hizo ganar mucha experienci­a. Es lo más importante en mi carrera. No sé si pueda lograr algo más importante que esto”.

Conte revive aquel momento con la emoción a flor de piel. “Ver las imágenes hace que se mueva todo de nuevo. Se me pone la piel de gallina. Vivimos una experienci­a increíble en Tokio, una emoción absurda. Es como de repente comerme de un mordiscón la zanahoria que venía persiguien­do”, elige como metáfora.

“Después de alcanzar algo tan grande, es difícil levantarse. Es como que nada tenía el mismo gusto. Por eso los partidos en Buenos Aires (hoy y mañana en Ferro ante Países Bajos) van a ser importante­s para reencontra­rnos y reavivar todo de nuevo después de un año afuera”, señala.

Facundo lo vivió de manera especial por haber podido cumplir con el mandato familiar. Hugo Conte, su padre, había sido una pieza fundamenta­l en el equipo medallista en Seúl y es considerad­o el mejor voleibolis­ta argentino de la historia. El Heredero cargó con esa responsabi­lidad y la llevó de la mejor manera.

“Lo estuve hablando con un terapeuta: hay una carga emotiva personal muy fuerte. Hace 15 años que juego profesiona­lmente, estuve en tres Juegos Olímpicos y en tres Mundiales, y esa zanahoria parecía casi inalcanzab­le. Siempre me quedaba en la puerta. Mi viejo es mi Diego. Alcanzarlo fue un alivio por cumplir esa cuenta pendiente que he tenido durante tanto tiempo y me pone muy feliz”, describe con sinceridad.

El bronce en Tokio 2020 llegó después de golpearse duro en las principale­s competenci­as. Por eso Conte lo valora sobremaner­a, como el más experiment­ado de los tres.

“En Río 2016 recibí uno de los golpes más duros de mi vida deportiva

en lo anímico, porque lo creí realmente posible y perdimos 3-1 con Brasil en los cuartos de final cuando habíamos salido primeros en la zona. Eso es lo que tienen de mágico los Juegos Olímpicos: trabajaste durante cuatro años y detalles te dejan afuera”, relata Facundo para poner en contexto la gesta del año pasado.

El partido contra Italia en Tokio, también en cuartos de final, se vio como una especie de revancha para un grupo de jugadores que en su mayoría había estado presente cuatro años antes y sufrió el impacto de la eliminació­n en la puerta de los partidos por las medallas.

“En todo momento creímos que teníamos posibilida­des. Sabíamos que iba a ser difícil, pero también sabíamos que era posible. Trabajamos mucho para volver a tener esta chance y creo que el partido con Italia fue clave. Ahí hubo un click real”, comenta el Heredero.

Y agrega: “También el partido anterior con Estados Unidos había sido muy importante. Si ganábamos, pasábamos; y si perdíamos, a casa. Esos dos partidos nos dieron el último empujoncit­o y nos hicieron creer definitiva­mente en ese sueño que hicimos realidad”.

Después de alcanzar algo tan grande, es difícil levantarse. Es como que nada tenía el mismo gusto”. Facundo Conte

Esto quedará para el resto de nuestras vidas. No sé si podré lograr algo más importante”. Agustín Loser

Seguimos mirando videos de Tokio y es algo increíble para nosotros. Es una emoción muy grande”. Bruno Lima

El segundo partido de la fase de grupos, ante Brasil, fue uno de los momentos más difíciles, porque tras arrancar ganando los dos primeros sets, terminaron cayendo en el tie break del quinto. “Íbamos al 200 por ciento, pensando que podíamos clasificar­nos, más allá de que estábamos en 'la zona de la muerte', pero el partido con Brasil, habiendo ganado los dos primeros sets, fue un golpe muy duro. Nos mentalizam­os en seguir adelante”, recuerda Loser.

En ese momento de mayor dificultad apareció el equipo en su esplendor. Reaccionar­on a tiempo, con mucha personalid­ad y un excelente nivel de juego, y enlazaron tres victorias al hilo. Primero ante Francia, que luego sería campeón, con un 15-13 en el tie break. Después frente a Túnez remontaron una desventaja de 0-2. Y contra Estados Unidos, un contundent­e 3-0 para seguir soñando.

“Tras ganarle a Estados Unidos, nos dijimos que no importaba con quién nos cruzáramos. Que viniera el que fuera porque le podíamos ganar. Hicimos el click y supimos que podíamos ganar una medalla”, confiesa Loser. El central surgido de Ciudad Vóley, hoy en el Tourcoing Lille Métropole de Francia, finalizó como el mejor bloqueador del torneo olímpico con 22 puntos, uno por encima del brasileño Lucao y del ruso Iakovlev. Promedió 2,75 bloqueos por partido. Quedará para la historia el que sentenció el duelo por el bronce ante Brasil.

Aquel instante, cuando se dejó caer de rodillas al suelo y produjo la celebració­n de los argentinos, incluídos aquellos que habían madrugado para apoyarlos a la distancia, marcó un momento de máxima emoción. Historia pura para el vóleibol argentino con su segunda medalla olímpica. Y esas sensacione­s duran hasta hoy.

 ?? JUANO TESONE ?? Tres de bronce. Bruno Lima, Facundo Conte y Agustín Loser, medallista­s olímpicos que jugarán hoy y mañana en Buenos Aires.
JUANO TESONE Tres de bronce. Bruno Lima, Facundo Conte y Agustín Loser, medallista­s olímpicos que jugarán hoy y mañana en Buenos Aires.
 ?? EFE ?? Gloria. El selecciona­do argentino, feliz con el bronce en Tokio 2020.
EFE Gloria. El selecciona­do argentino, feliz con el bronce en Tokio 2020.

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