El cristinismo le pidió a Cancillería que asile a una ex funcionaria de Correa
Duarte fue condenada a 8 años de cárcel por corrupción y desde 2020 está refugiada en la Embajada argentina.
El kirchnerismo reclama al Gobierno nacional que asile a la correísta refugiada en la Embajada argentina en Quito. En una movida que apunta al corazón de la política exterior y migratoria, los senadores Oscar Parrilli, ladero de Cristina Kirchner en la Cámara alta, y Adolfo Rodríguez Saá, le enviaron una carta al canciller Santiago Cafiero exigiéndole que se otorgue asilo político a la ex ministra de Transporte y Obras Públicas de Ecuador María de los Ángeles Duarte.
La ex funcionaria está refugiada desde agosto de 2020 en la residencia argentina en Quito. El ex canciller Felipe Solá argumentó entonces que la albergaba en la residencia argentina por "huésped por razones humanitarias",
Duarte Pesantes huía de una condena a ocho años de prisión de la Justicia de su país por ser coautora del delito de cohecho durante el gobierno de Rafael Correa, en una causa que en Ecuador la comparan con la de los llamados Cuadernos de las Coimas de la Argentina.
En Ecuador lo llaman Caso Sobornos 2012-2016. La Corte Nacional de Justicia (CNJ) de Ecuador ratificó la condena de ocho años de prisión por un delito de cohecho y a pagar una indemnización como "autor" del mismo al expresidente Rafael Correa.
La funcionaria está desde entonces protegida en la residencia en Quito junto a su hijo adolescente, argumentando que es una perseguida política.
De 59 años, fue varias veces ministra (además de Transporte y Obras Públicas, de Desarrollo Urbano y Vivienda y de Inclusión Económica y Social durante los gobiernos de Correa (2007-2017).
Terminado el correísmo, se desataron varias líneas de investigación en Ecuador y una “guerra” sin cuartel entre el ex presidente y Lenin Moreno, que había sido su vice. En mayo de 2019, la fiscalía ecuatoriana informó su detención en el marco de una causa llamada “Arroz Verde”.
Clarín pudo confirmar que la Cancillería argentina recibió la comunicación enviada por Parrilli y Saá, en la que argumentan que Duarte es víctima "del lawfare que se ha impuesto en la región en los últimos años para intentar sacar de la escena política a los gobiernos nacionales y populares".
Es el mismo argumento utilizado por el kirchnerismo para intentar desestimar los procesos judiciales en su contra, especialmente a Cristina Kirchner. La vicepresidenta es amiga de Correa desde tiempos en que coincidieron en sus respectivas presidencias. Pero la permanencia de Duarte Pensantes en la sede diplomática se ha convertido en una situación más que incómoda para el Gobierno argentino así como para el ecuatoriano. Durante la visita que hizo el presidente Guillermo Lasso a Alberto Fernández, en abril, evitaron mencionar este tema áspero del que ya venían hablando.
Un miembro de Cancillería le sugirió al embajador ecuatoriano , Xavier Monge, que Lasso la indultara, pero el diplomático le contestó que la Justicia ecuatoriana es un poder independiente y que Duarte enfrentaba cargos allí.
La Justicia ecuatoriana sigue reclamando la entrega de Duarte para que cumpla la pena, pero la Argentina no la entrega. Si bien se refugió gobernando Lenin Moreno, que tenía una mala relación con Alberto Fernández, ahora, la relación del Presidente con Lasso es bastante buena pese a sus diferencias ideológicas. En el pasado quedó el apoyo del kirchnerismo al candidato presidencial de Correa que compitió con Lasso.
El reclamo de Parrilli y Rodríguez Saá vuelve a poner el tema sobre la mesa justo cuando la Comisión de Acuerdos del Senado debe debatir si confirma al dirigente peronista Gabriel Fuks como nuevo embajador de Argentina ante Ecuador.
El ex secretario de Seguridad de la Nación ya se encuentra preparando un viaje de Alberto a Quito y otro de empresarios; y ha hecho saber que le resulta incómodo convivir con la situación de Duarte Pesantes sin resolver.
Como es un nombramiento político, debe pasar por la Comisión de Acuerdos de la Cámara alta. Fuks ya está citado para comparecer el jueves próximo junto al dirigente Oscar Laborde, que va de embajador a Venezuela, y al camporista Pablo Vilas, nacido en Honduras. Como fue designado para ir precisamente a Tegucigalpa, su nombramiento seguramente traerá cuestionamientos. ■
La vicepresidenta mandó a Parrilli y a Rodríguez Saá a hacer el reclamo desde el Senado