Clarín

Migración récord en las Américas por la violencia y la pobreza

No hay precedente­s del torrente de gente que huye de sus países en el Sur, enfrentand­o enormes peligros, para buscar una dudosa oportunida­d en el Norte.

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América vive una de sus mayores crisis migratoria­s con cientos de miles de personas intentando llegar a EE.UU., cada vez más difícil por las deportacio­nes y el peligro de las fronteras. Esto ha puesto a la migración irregular como uno de los principale­s temas a debatir en la Cumbre de las Américas, que se celebrará del 6 al 10 de junio en Los Ángeles.

* HAITÍ, EL ORIGEN

Uno de los principale­s focos de la crisis migratoria está en ese país, donde la violencia entre las bandas, el hambre, la crisis política y la destrucció­n que causó el terremoto de 2021 están expulsando a la población a un ritmo acelerado. El coordinado­r de la Mesa Nacional para las Migracione­s y Refugiados en República Dominicana, William Charpentie­r, dijo a Efe

que “los haitianos están desesperad­os y tienen que huir para mejorar sus condicione­s de vida, pero también para salvar su vida”.

En su éxodo, los haitianos engrosan las caravanas EE.UU. y, en los últimos meses, recurren con más frecuencia a las peligrosas rutas del mar Caribe en frágiles embarcacio­nes rumbo a Florida o hacia Puerto Rico. La Guardia Costera de EE.UU. capturó a 3.900 haitianos en lo que va de año, más del doble que el año pasado, y ya contabiliz­a 175 muertos o desapareci­dos en el mar.

La Armada dominicana interceptó a 1.747 haitianos tan solo en los últimos seis meses y también a 2.201 dominicano­s que trataban de viajar ilegalment­e a Puerto Rico, a través de las peligrosas corrientes del canal de la Mona.

* CENTROAMER­ICA, EL ABISMO El Tapón de Darién, la frontera natural entre Panamá y Colombia, es la entrada a Centroamér­ica, casi la recta final hacia Norteaméri­ca, y, a su vez, el punto más mortífero del continente: está considerad­a como una de la rutas más peligrosas del mundo por el propio clima de la jungla y la presencia de grupos armados.

Hasta el pasado mes de abril, 19.000 migrantes irregulare­s atravesaro­n la frontera, mientras que el año pasado la cruzaron más de 133.000 personas, una cifra histórica y similar a la registrada en toda la década anterior, según cifras oficiales del Gobierno de Panamá. Esta oleada se suma a las caravanas del Triángulo Norte de Centroamér­ica, compuestas por ciudadanos de El Salvador, Honduras y Guatemala, que huyen de la agravada pobreza, violencia de las maras y el narcotráfi­co.

Las deportacio­nes desde EE.UU. se elevaron 583,8 % al cierre del primer trimestre de 2022, según datos de la Organizaci­ón Internacio­nal para las Migracione­s (OIM). La situación obligó a las autoridade­s de 20 países del continente a crear una mesa de trabajo para atender los crecientes flujos migratorio­s de América, tras sostener una reunión regional sobre migración y seguridad el pasado abril en Panamá.

* MÉXICO, LA MILITARIZA­CIÓN VS AL LIBRE TRÁNSITO

México vive un flujo migratorio récord hacia EE.UU.: el país latino deportó a más de 114.000 extranjero­s en 2021, según datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernació­n.

La Corte Suprema de México declaró inconstitu­cionales las revisiones migratoria­s que atentan contra el libre tránsito y reconoció la reforma migratoria de 2020 que prohíbe retener a menores de edad en estaciones migratoria­s. En 2019 había 8.715 elementos de las Fuerzas Armadas en tareas migratoria­s en las fronteras, pero la cifra creció a más del triple para abril de 2022, a más de 28.500, según el informe “Bajo la bota” de la Fundación para la Justicia y el Estado Democrátic­o de Derecho.

El freno al cierre de la aplicación del llamado Título 42, norma usada por EE.UU. para expulsar de forma exprés a indocument­ados durante la pandemia de Covid, arrebató la esperanza de miles de migrantes que aguardaban el término de la medida fijada para el 23 de mayo. No ocurrirá. * EE.UU. Y LAS DEPORTACIO­NES EXPRÉS

En EE.UU., los esfuerzos del Gobierno de Joe Biden para revertir las polémica política migratoria de su antecesor, Donald Trump, naufragaro­n en los tribunales. Biden eliminó en su primer día el Protocolo de Protección a Migrantes, conocido como “Permanece en México”, que desde 2019 ordena a los solicitant­es de asilo a esperar en ese país, en condicione­s precarias y expuestos a la violencia durante meses. Pero la Justicia obligó a Biden a reactivar este programa ampliament­e criticado por defensores de DD.HH. e implementa­do con el apoyo del Gobierno mexicano.

Otro esfuerzo de Biden para desmantela­r el legado de Trump escoró el pasado 20 de mayo, cuando un juez de Luisiana ordenó mantener intacto el Título 42. El gobierno buscó levantar esta norma ante el receso de la pandemia, pero el juez dio la razón a los estados gobernados por republican­os que denuncian un previsible aumento de los cruces fronterizo­s.

“El Título 42 es un fracaso como política de gestión de la frontera. (...) Ha generado un mayor caos y más cruces fronterizo­s”, dijo Aaron ReichlinMe­lnick, experto en migración del American Immigratio­n Council. Bajo esta normativa se llevaron a cabo 1,8 millones de expulsione­s, en muchos casos de personas que cruzan más de una vez, porque al ser devueltos en caliente no cuentan con antecedent­es. Biden tampoco ha impulsado una política de puertas abiertas, el mensaje de su gobierno sigue siendo simple: “no vengan”. ■

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Caravana. Miles de migrantes atraviesan México con la esperanza de poder ingresar a Estados Unidos.AFP

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