“La guerra mundial del pan ya ha comenzado”, denuncian en Italia
El canciller italiano dijo que hay peligro de estallidos sociales por el bloqueo ruso a la salida de cereales de Ucrania
El ministro italiano de Exteriores, Luigi di Maio, aseguró este sábado que “la guerra mundial del pan ya ha comenzado”
El ominoso anunció lo justificó en el bloqueo de cereales que se produce en Ucrania, que impide que muchos países vulnerables tengan acceso al grano, y eso implica “el riesgo de que estallen nuevos conflictos en África”, advirtió.
“La guerra del pan mundial ya está en marcha y debemos detenerla. Nos arriesgamos a la inestabilidad política en África, a la proliferación de organizaciones terroristas, a los golpes de estado: esto lo puede producir la crisis de los cereales que estamos viviendo”, dijo Di Maio.
Ucrania era antes de la guerra uno de los principales exportadores mundiales de cereales y fertilizantes agrícolas. Considerado literalmente el granero de Europa. Sus mercancías eran fundamentales para la seguridad alimentaria de áreas como Oriente Medio y el norte de África.
El presidente ruso, Vladimir Putin, “debe llegar a un acuerdo de paz lo antes posible, que pase también por un acuerdo sobre el grano, como un acuerdo de alto el fuego que nos permita evacuar a las mujeres, los civiles y los niños que están bajo las bombas rusas en el este de Ucrania desde hace 100 días”, añadió.
“Hay treinta millones de toneladas de grano alimenticio bloqueadas en los puertos ucranianos por los buques de guerra rusos”, precisó Di Maio.
El canciller añadió que “lo que estamos haciendo es trabajar para que Rusia desbloquee la exportación de trigo a los puertos ucranianos, porque ahora mismo corremos el riesgo de que estallen nuevas guerras en África”.
El jefe de la diplomacia italiana recordó que “celebraremos una primera sesión de diálogo con los países mediterráneos sobre la seguridad alimentaria, trabajaremos con todos los socios junto con Alemania, Turquía, Francia y muchos otros para alcanzar el objetivo de desbloquear las cantidades de trigo que deben salir de Ucrania”.
Italia se ofreció hace unos días para desminar los puertos de Ucrania y crear “corredores marítimos” para el transporte del trigo.
El primer ministro de este país, Mario Draghi, telefoneó a Putin para pedirle el desbloqueo de la exportación de grano desde Ucrania también desde los puertos del Mar Negro y Mar de Azov como Mariúpol, invadidos por tropas rusas.
El polémico líder ruso respondió que si Occidente levantara las sanciones a Rusia, su país podría exportar cereal. Esa condición naturalmente no es viable en tanto continúe la ofensiva militar sobre Ucrania.
La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con sede en Roma, ha advertido de las repercusiones que está teniendo para la seguridad alimentaria de todo el mundo la guerra entre Ucrania y Rusia, ambos colosos exportadores de cereal.
Italia está organizando un Diálogo Ministerial con los países mediterráneos para el próximo 8 de junio, en colaboración con la FAO, para comprender las necesidades y esbozar medidas de intervención ante las graves repercusiones de la guerra sobre la seguridad alimentaria, en particular en el Mediterráneo y África.
El impacto de la guerra que desató Rusia sobre Ucrania ha sido un alza de los precios de la energía y de los granos alimenticios. La combinación de esos efectos ya produjo la caída del gobierno de Sri Lanka y poco después del de Pakistán.
La posibilidad de un escenario de revueltas va creciendo en tanto la crisis se agudiza. El presidente francés Emmanuel Macron, hace un par de semanas alertó sobre el problema del hambre particularmente en Africa.
Un antecedente del impacto social de este tipo de fenómenos se vio en la crisis económica y financiera global de 2008 que disparó el precio de los granos alimenticios. Fue esa la razón de los exitosos levantamientos contra dictaduras de décadas en el norte de África, en lo que se llamó en 2011 la Primavera Árabe.
La presión ahora la ejerce Moscú con el arme de la crisis social en un intento para quebrar la unidad de occidente contra la barbarie de la guerra lanzada contra Ucrania. ■