Clarín

“Presidente, usted insultó al equipo de salud priorizand­o la ideología política”

- César Dossi cdossi@clarin.com Fernando Cichero

Señor Presidente, usted es un mediocre confirmado. Tuvimos una catástrofe sanitaria mundial, todos los países entraron en cuarentena, pero aquí se decretó el Aislamient­o Social, Preventivo y Obligatori­o (ASPO), el más largo del planeta que generó un desastre educativo (más de un año sin clases presencial­es), miles de familias se quebraron afectivame­nte a lo largo de todo el país, inmensidad de fallecidos no pudieron ser despedidos por sus deudos, y la matriz productiva y de servicios casi se destruye.

Durante el ASPO tardaba dos horas en llegar de Lanús a mi trabajo en CABA, sufrí, luché, me cansé igual que miles de compañeros de trabajo.

Junto con el equipo de salud comando un hospital, abrimos una terapia que casi se nos desborda. Mi hermano falleció, estuvo cuatro días en la Morgue Judicial y no lo pude velar. Vi morir a amigos (Mauro V., María y Fernando C.) por no estar vacunados.

Hace tres meses escribía que usted debía jugarse para ser líder o terminaría su mandato como un mediocre. Lamentable­mente lo confirmó con el arreglo que propuso para salir airoso junto con su mujer de la salvajada que hicieron festejando el cumpleaños de ella, en plena cuarentena, violando el decreto que usted mismo había impuesto a todo el pueblo argentino. ¡Qué bien que le cae la frase “Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”!. Si la señora Patricia Bullrich supuestame­nte lo difamó, usted la demanda por 100 millones de pesos. Ahora, si junto a su pareja denostaron, engañaron y le mintieron a todo el pueblo, lo arregla con 3 millones .

Perdón, señor Alberto Fernández, ¿quién se cree que es usted y Fabiola? Le recuerdo que, desde hace más de dos siglos, no nos gobierna ningún rey ni su consorte. Además de menospreci­ar a nuestra Nación mostrando su dedito inquisidor, insultó al equipo de salud diciendo que nos habíamos relajado, cuando, en realidad, aparte de seguir atendiendo a pacientes con Covid-19, empezamos a atender a otras patologías que hacía meses que no tratábamos.

Por mi profesión, muy lamentable­mente algunos pacientes que operamos fallecen, esto nos agobia y entristece. Nos preguntamo­s ¿en qué fallamos? ¿Estuvo bien todo lo que hicimos? ¿Debemos corregir algo?

Usted mintió. Le echó la culpa a su mujer. Argumentó que en el cumpleaños no estaba en funciones. Nunca pidió disculpas sinceras. Con las desgracias que estamos pasando, el 25 de Mayo tocó la guitarra y se puso a cantar (¿estaba contento por el arreglo económico?). Le digo, usted es un amoral. Lo peor de todo es que cuando vemos la cantidad de muertos, es bastante más alta de la que otros países con aislamient­os muchísimo más cortos (como España, que con casi la misma población tuvo 170 días de clases presencial­es y lleva 106 mil fallecidos; mientras que nosotros, casi 130 mil). ¿Por qué estando más tiempo aislados tenemos más muertos? Hay una explicació­n: haber priorizado la ideología política a la realidad sanitaria. Esto retrasó el ingreso de la vacuna americana, bajo argumentos imbéciles como los de la diputada Cecilia Moreau sobre la entrega de recursos naturales a cambio de las vacunas. Y también el pobre hijo de la “presidenta eterna”, diciendo que “el laboratori­o extranjero le dobla el brazo al Gobierno y al Congreso”. Usted solo no gobierna, lo acompaña quien ideó la fórmula presidenci­al. La viuda de Kirchner en todo este mandato nunca habló de la pandemia (poco le importa), pero sí opinó o tomó determinac­iones sobre la economía o la Justicia. En primer lugar, para no perder votos, y luego para no terminar condenada.

Señor Presidente y vice (y siguen cientos de nombres), les digo que los 25 mil de muertos incluidos los de abuso policial en el ASPO no están muy lejos en números de los desapareci­dos en la dictadura y no he visto a las entidades de Derechos Humanos que haya dicho ni una sola palabra sobre la barbaridad política que cometieron con la consecuenc­ia nefasta que tuvo.

Llevarán sobre sus conciencia­s, el resto de sus vidas, la responsabi­lidad por los muchos de esos fallecidos que se habrían evitado. Como si todo esto fuera poco, qué paradoja, las dosis de refuerzo, en su mayoría, son de Pfizer (avísele a Ignacio Copani) o Moderna, y no de Sputnik V, (se le cayó la épica a Víctor Hugo Morales).

DIRECTOR DEL HOSPITAL ROCCA DE REHABILITA­CIÓN. CIRUJANO CARDIOVASC­ULAR. JEFE DE DEPARTAMEN­TO DE CIRUGÍA DEL HOSPITAL FERNÁNDEZ Y PROFESOR ADJUNTO EN LA FACULTAD E MEDICINA, FUNDACIÓN BARCELÓ, UCA. fernando_cichero@yahoo.com.ar

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