Una millonaria gira bancada por los saudíes amenaza con romper el golf
Serán ocho torneos en cuatro meses y medio en Inglaterra, Estados Unidos, Tailandia y Arabia Saudita.
Lo que no lograron las reiteradas violaciones a los derechos humanos denunciadas por múltiples organizaciones internacionales amenaza con hacerlo el golf: introducir una cuña entre Estados Unidos y Arabia Saudita, uno de sus principales aliados en Medio Oriente. El motivo es la puesta en marcha de la LIV Golf Invitational, un circuito alternativo financiado por la monarquía de ese país que, a golpe de billetera, amenaza con resquebrajar la hegemonía de la gira estadounidense.
El club londinense Centurion será la sede del primero de los ocho eventos que incluirá la primera edición de la gira, también conocida como Superliga. Allí se presentarán 48 jugadores, entre ellos siete ganadores de Majors, tres ex número 1 del mundo y 27 de los 150 mejores golfistas del planeta. En los próximos cuatro meses y medio el circuito tendrá cinco paradas en Estados Unidos (Portland, Bedminster, Boston, Chicago y Miami), una en Tailandia (Bangkok) y otra en Arabia Saudita (Yeda).
La cara visible de la nueva iniciativa es Greg Norman, ex número 1 del mundo, bicampeón del Abierto Británico y miembro del Salón de la Fama. El australiano es el director ejecutivo de LIV Golf Investments, la corporación que maneja la Superliga cuyo accionista mayoritario es Public Investment Fund, el fondo de inversiones soberano del gobierno saudí.
El conglomerado es presidido por Mohammed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudita, y posee activos por aproximadamente 620.000 millones de dólares en 13 sectores estratégicos, entre ellos, el del entretenimiento y el deporte (en octubre había concretado la adquisición del paquete accionario de Newcastle, equipo de la Liga Premier inglesa de fútbol). Por ello no le habrá resultado tan difícil abrir el bolsillo y proponer una gira que repartirá 255 millones de dólares en premios.
Y el tema no queda ahí: Norman, que en 1994 ya había presentado un proyecto (nunca concretado) de un circuito alternativo al estadounidense, anunció que la LIV Golf Invitational invertirá 2.000 millones de dólares entre 2023 y 2025 para elevar el número de torneos a 14.
Por lo pronto, cada uno de los siete torneos que conformarán la etapa regular del circuito se desarrollará en tres días (serán tres vueltas de 18 hoyos sin corte clasificatorio) y reunirá a 48 jugadores que competirán individualmente y también en equipos de cuatro integrantes. Cada torneo otorgará puntos y quien más unidades obtenga en esos siete eventos será el campeón individual. El octavo torneo, en Miami, será un campeonato por parejas de cuatro días.
Más allá de la gratificación por el éxito deportivo cada torneo de la temporada regular ofrecerá a los participantes premios por 25 millones de dólares: 20 millones se distribuirán en la competencia individual (el ganador se adjudicará 4 millones) y 5 millones en el torneo por equipos a repartir entre los tres mejores cuartetos.
Al finalizar la etapa regular el campeón individual embolsará además 18 millones de dólares mientras sus dos escoltas recibirán 8 y 4 millones (siempre que hayan participado en al menos cuatro de los siete eventos). El torneo final por equipos distribuirá 50 millones de dólares entre los 12 cuartetos (el primero se llevará 16 millones). Pero no sólo los triunfadores engordarán sus bolsillos: quien termine último en cada torneo individual cobrará 120 mil dólares, lo que torna seductora la propuesta también para los profesionales de segunda y tercera líneas.
Esos volúmenes de dinero superan holgadamente los premios que un jugador puede obtener por participar en cualquier torneo organizado por el circuito estadounidense o, incluso, por intervenir en alguno de los cuatro Majors.
En abril, el estadounidense Scottie Scheffler, número 1 del ranking mundial, percibió 2.700.000 dólares por ganar el Masters de Augusta, el primer Major de la temporada. La misma cantidad ganó el mes pasado su compatriota Justin Thomas por conseguir el Campeonato de la PGA.