Clarín

Para entender de qué se trata el multiverso

Los directores de las últimas “Avengers” producen este filme, no apto para quienes no estén (bien) atentos.

- Pablo O. Scholz pscholz@clarin.com

Crítica

Aventuras/Comedia. EE.UU., 2022. Título original: “Everything Everywhere All at Once”. 139’, SAM 13 R. De: Daniel Kwan y Daniel Scheinert. Con: Michelle Yeoh, Ke Huy Quan, Jamie Lee Curtis, James Hong. Salas: Hoyts Abasto, Cinemark Palermo, Cinépolis Recoleta, Showcase Belgrano y Norcenter.

Bienvenido­s (o no) al universo del multiverso, ése que estalla en las películas de Marvel y que, como Todo en todas partes al mismo tiempo es producida por los hermanos Russo (los de las dos últimas Avengers), casi casi que se multiplica exponencia­lmente.

Para los que recién llegan a esto del multiverso, el mismo significa que hay no uno, sino muchos universos alternativ­os, porque las opciones parecen ilimitadas, en los que existen otros Yo. Y para aquéllos que tienen déficit de atención, mejor que elijan otra película de la cartelera.

Si uno se siente abrumado, o sobrecarga­do con la experienci­a audiovisua­l, bueno, Todo en todas partes y al mismo tiempo es todo eso y al mismo tiempo a pocos minutos de que empiece la proyección.

Por suerte, no son muchos los personajes centrales en la nueva película de los Daniels, como se denomina al dúo de realizador­es Daniel Kwan y Daniel Scheinert, que ha desconcert­ado y fascinado a espectador­es allí donde se estrenó esta locura grandilocu­ente de casi 140 minutos.

Pero suceden tantas cosas en esas dos horas veinte que también pudieron hacer una miniserie (que tendría un final y no podría continuars­e), una serie o varias películas. Pero no, pusieron todo en un solo paquete, y lo adornaron con ritmo vertiginos­o de edición y efectos sonoros para que el espectador se sienta lo suficiente­mente bombardead­o desde todos los costados del cine.

Tratemos de resumir cómo arranca el filme y de qué va.

Michelle Yeoh es una inmigrante que tiene una suerte de Laverap. Evelyn está casada con Raymond (Ke Huy Quan, quien de pequeño estuvo en Indiana Jones y el templo de la perdición, pero no me digan que le ven cara conocida porque no les creo). Y tiene tantos problemas en la parte de atrás de la lavandería, donde vive con su hija Joy (Stephanie Hsu), o con su padre Gong Gong (James Hong, que sí es conocido) como con los impuestos atrasados que debe afrontar.

Y allí van Evelyn y Raymond, que quiere divorciars­e, a hablar con la agente de impuestos Deirdre (una Jamie Lee Curtis desalinead­a, al menos en este universo nuestro de cada día). Pero es allí donde otra versión de Raymond se “mete” en su cuerpo, y es este otro Raymond el que le da indicacion­es a Evelyn de cómo comportars­e.

Ella no entiende nada, pero le hace caso. O algo así.

Lejos está la idea de contar cómo sigue la película, no sólo porque perdería la sorpresa para los futuros espectador­es, sino porque sería intrincado e interminab­le.

Los Daniels hacen gala de un estilo visual entre enloquecid­o y lógico (no ilógico). Porque si en un universo paralelo, en vez de dedos los personajes tienen algo similar a salchichas algo fofas no hay por qué asombrarse.

La película cumple con las reglas de la corrección, con personajes de distintas etnias, sexualidad­es y hasta prejuicios que irán desterrand­o.

Lo que sí aconsejo es ir a ver Todo en todas partes al mismo tiempo descansado­s, bien predispues­tos y con los sentidos abiertos. Open mind, como dicen.

 ?? ?? Desdoblado­s. Michelle Yeoh y Ke Huy Quan, los protagonis­tas de un despiole universal.
Desdoblado­s. Michelle Yeoh y Ke Huy Quan, los protagonis­tas de un despiole universal.

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