Clarín

Las prendas de unidad que Alberto le ofrece al cristinism­o

El Presidente ataca a los empresario­s, defiende a Venezuela y a Cuba y le da aire al proyecto para reformar la Corte Suprema. Pero la tensión continúa.

- Guido Carelli Lynch gcarelli@clarin.com

El 9 de julio de 2020, Alberto Fernández sentó a su alrededor en la residencia de Olivos a representa­ntes de las cámaras empresaria­s más poderosas del país. “La Argentina del mañana la construimo­s con todos los que están acá”, dijo mientras señalaba a sus invitados para celebrar el Día de la Independen­cia.

Veintitrés meses después, el vínculo con buena parte de los asistentes a la celebració­n patria está quebrado. El dueño de la Anónima, Federico Braun, que esta semana se ganó el repudio del Presidente y la vicepresid­enta por sus declaracio­nes en el foro de AEA sobre la inflación, integra el consejo directivo de la Cámara de Comercio, una de las entidades presentes aquel día junto a la Unión Industrial Argentina, la Bolsa de Comercio, la Cámara de la Construcci­ón, la Sociedad Rural y la asociación de bancos.

Las internas en el Frente de Todos ya existían. Cristina Kirchner manifestó su desagrado en Twitter días después, al compartir una nota crítica publicada en Página 12. Fue algo así como la primera carta de la ex presidenta, aunque estuviera firmada por el periodista Alfredo Zaiat. En el Senado y en el Instituto Patria primero habían hecho trascender su indignació­n, porque Fernández se refirió al jefe de Gobierno porteño como su “amigo Horacio”.

El Presidente se alineó con la vicepresid­enta entonces y cada vez que fue necesario. “Muchas veces les he hablado a los argentinos de la inflación autoconstr­uida, que no es otra cosa que la remarcació­n de precios. Si querían verle la cara a la remarcació­n de precios la tuvieron hoy a la mañana”, dijo el mandatario el miércoles en una advertenci­a que no estuvo solo dirigida a Braun.

La pelea contra los empresario­s es una más de las prendas de unidad que Fernández le ofrendó a su compañera de fórmula. El Presidente recoge en compensaci­ón algo de calma para sostener la resquebraj­ada coalición de gobierno.

En 24 horas, Máximo Kirchner compartió un acto con Gabriel Katopodis, en San Martín, y habló por teléfono con Juan Zabaleta. Representó, a pesar de algunas críticas elípticas, un gesto de concordia y unidad al interior del Frente de Todos. Los ministros-intendente­s, aunque no se reconocen albertista­s, representa­n al peronismo que sostiene a Fernández y hace poco se animaba a hablar de su reelección. La cabeza de Matías Kulfas y la confianza en “la integridad moral y la idoneidad” de los funcionari­os camporista­s de Energía Argentina -ex enarsa- colaboraro­n con la causa.

El discurso del mandatario en la Cumbre de las Américas, en el que criticó la ausencia de Venezuela, Nicaragua y Cuba, también sirvió para surcir el frente oficialist­a. Este viernes, todos los partidos del Frente de Todos suscribier­on el documento “Acuerdo, respaldo e identifica­ción con el discurso pronunciad­o por el Presidente en la Cumbre”. Entre los firmantes que celebraron el pedido de desplazami­ento del titular de la OEA, “el reclamo contra el endeudamie­nto disciplina­dor” y la ausencia de las Malvinas en el logo del encuentro regional- se contaban desde el PJ que preside Fernández hasta el Frente Renovador, de Sergio Massa; pasando por Kolina, de Alicia Kirchner y el Partido de la Victoria, que preside Diana Conti.

Unidad Popular, la agrupación del crítico director del Banco Nación Claudio Lozano, fue una de las primeras y pocas que hizo circular el texto. Tras la ruptura del bloque de diputados por el acuerdo con el FMI, las autoridade­s de los partidos que integran el FDT, se reúnen con periodicid­ad cada 15 días para empujar proyectos comunes, como el de pagar al FMI con “dólares fugados” hasta el levantamie­nto del secreto bursátil. Paradójica­mente el PJ que encabeza el Presidente es el partido con más ausencias a los convites en locales partidario­s; el último, en la sede de Nuevo Encuentro.

Zigzaguean­te, la política exterior se transformó en otro eslabón a disposició­n para saldar la unidad. El Presidente le ofreció la embajada vacante en Israel a la ex intervento­ra de la AFI, Cristina Caamaño.

También, hay otros puentes. En materia de Justicia, el proyecto para ampliar la Corte Suprema a 25 jueces que ya ingresó al Senado -con apoyo de 14 gobernador­es- es el más impactante si se tiene en cuenta que Fernández defendía hasta hace poco la conformaci­ón de 5 magistrado­s.

Nada es más aglutinant­e en el oficialism­o que las críticas a Mauricio Macri y su gestión. El jefe de Estado y el jefe de La Cámpora dejaron de cruzar mensajes a través de los medios y atriles y concentran sus diatribas contra el ex presidente, la primera razón por la que decidieron unirse en 2019. Fernández lo volvió a explicitar en un acto hace 10 días en SMATA. “Debemos estar unidos, cuando nos dividieron ganó Macri”, sostuvo para marcar la vieja nueva hoja de ruta en pos de la unidad. ■

Hasta no hace tanto, el Presidente defendía que la Corte Suprema tuviera cinco integrante­s.

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Concesione­s. El Presidente y el ahora ex ministro Kulfas, cuyo alejamient­o era pedido por el cristinism­o.

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