La nena que sufrió bullying y recibió apoyo de Lali Espósito volvió a clases
Tiene 6 años y tuvo que cambiarse de colegio porque la hostigaban por su peso. Llegó ayuda hasta de España.
Agus carga una mochila pesada que cubre toda su espalda. Camina a paso rápido, está ansiosa por llegar a horario en el primer día en su nueva escuela. En la puerta la espera su primo, que también cursa primer grado. La toma de la mano y entran juntos.
Agustina tiene 6 años. Vive en una zona rural del municipio viñatero de Tupungato, en Mendoza. Dos meses atrás su historia se hizo viral, y llegó a Lali Espósito, quienle envió un video.
La nena abandonó la escuela porque sus compañeros la hostigaban desde que iba a jardín. “La llamaban gorda, le pateaban la mochila y le clavaban lápices en la cabeza”, contó su papá Juan Carlos. Desde entonces continuó con clases virtuales.
Hace una semana, Clarín contó su historia. Y los gestos de afecto y solidaridad con la familia no tardaron de llegar. “Nos escribieron desde distintas provincias y hasta de España”, contó Verónica, la mamá. Por gestión de la Dirección General de Escuelas de Mendoza, a pedido de la familia, Agustina fue cambiada a la escuela 4-256 Ojo de Agua. Allí van los primos de la nena y es donde ella quería ir.
Sin embargo, esa escuela está a 8 km de su casa. Para llegar, tenía que salir a las 7 de la mañana, aún de noche, caminar tres kilómetros hasta tomar un micro que la dejaba en una ruta y, luego, conectar con otro. Más de una hora de viaje.
Su papá no tenía movilidad para llevarla. Cuando se difundió su deseo de volver a clases, muchas personas se contactaron con la familia. A través de donaciones, la mamá pudo comprarle ropa de abrigo y una mochila para que vuelva a la escuela.
Un tío de la nena ofreció su auto y con las donaciones que llegaron de un grupo de argentinos en España, el papá cubrirá el costo del combustible.
“La estamos esperando en la puerta de la escuela, ya la hemos visto jugar en los recreos, está muy contenta”, relata Juan Carlos, quien está desempleado y con su mujer acompañaron a Agustina en su retorno a clases. Final feliz para la nena, quien ahora solo quiere pintar, bailar canciones de Lali y jugar con sus amigos cuando vuelve del colegio.
La nueva escuela está a 8 km. Un tío oferció el auto y, con donaciones, pagan el combustible.