Clarín

Era capitán de la Bonarense y trabajaba para “Dolarín”, el mayor narcolavad­or

Fue condenado por testafuerr­o de Diego Guastini, asesinado. Tenía 7 propiedade­s, una en Puerto Madero .

- Viginia Messi vmessi@clarin.com

La mañana del 18 de octubre de 2019 un grupo comando le cruzó el paso a Diego Xavier Guastini (45) cuando acababa de salir de su casa de Quilmes en su Audi A 4. Un sicario se bajó de una moto y lo mató a balazos.

Así murió quien, con bajo perfil, se había convertido en el mayor narcolavad­or de Argentina, por el que pasaban los millones de dólares de los más importante­s clanes de traficante­s de cocaína del país.

Guastini manejaba un complejo entramado de sociedades y testaferro­s. Él murió pero sus negocios no y, ahora, la Justicia terminó llegando a sus cómplices. ¿La última noticia?: en un juicio penal abreviado el Tribunal Oral en lo Penal Económico N° 1 de Capital Federal condenó a tres años de prisión en suspenso a dos hombres por ayudar a Guastini a lavar el dinero de los narcos.

Uno de esos hombres, testaferro a través de la sociedad “Paraíso Construcci­ones”, es un capitán de la Policía Bonaerense. Estaba en actividad cuando hizo los negocios de lavado y siguió en su puesto en La Plata luego de la condena en suspenso, fechada el pasado 22 de marzo de 2020.

Según pudo confirmar Clarín, el capitán Fabián Guillermo Ayala (58 años, ascendido en agosto de 2019) logró ocultar durante todo el trámite de la causa su condición de policía. Por eso, su condena no fue informada a la institució­n. El dato de la sentencia del TOPE 1 terminó llegando a Asuntos Internos de la fuerza casi de casualidad la semana pasada.

El auditor General de Asuntos Internos, Darío Díaz, inició un sumario administra­tivo para investigar patrimonia­lmente a Ayala, que seguía trabajando de policía en la zona de La Plata.

En la sentencia de juicio penal abreviado firmada por el juez Luis Gustavo Losada consta que el policía Ayala y Nazareno Gutiérrez (contador de Guastini) integraron la sociedad “Paraíso Construcci­ones” como pantalla para adquirir propiedade­s para Guastini, que figuraba como apoderado de esa sociedad.

El dinero salia de clanes narco importante­s, como el de los hermanos Losa y el de Sein Atachahua.

Al firmar el juicio abreviado tanto Ayala como Gutiérrez reconocier­on

que habían colaborado con Guastini en la compra de siete propiedade­s

por valor, según escrituras, de unos 21 millones de pesos. El detalle de estos bienes, todos adquiridos en 2014, es muy interesant­e.

La propiedad de mayor valor es un departamen­to ubicado en el séptimo piso del edificio ubicado en Petrona Eyle 355, en pleno Puerto Madero. Se adquirió casi en dos millones y medio de dólares. Ese es el bien más caro pero no el más importante para la investigac­ión penal: a nombre de “Paraíso Construcci­ones” el capitán de la bonaerense y Gutiérrez compraron cinco oficinas en el Microcentr­o

porteño, tres de las cuales quedan en el edificio de Florida 520, un lugar central en la historia de Guastini.

Ahí tenía su “cueva”, y siempre se dijo que era dueño de casi todo el edificio. No sólo eso, aunque nunca se lo pudo probar, dos testigos de identidad reservada declararon que en una de las oficinas de Guastini fue asesinado el financista Hugo Díaz (41).

Díaz.que era socio de Guastini y figuraba en “Paraíso Construcci­ones”, desapareci­ó el 9 de marzo de 2015. La última persona que lo vio con vida fue Guastini, quien admitió que lo había ido a ver a su oficina esa mañana. Las cámaras muestran a Díaz entrar a Florida 520 pero nunca salir.

Lo que dijeron los testigos de identidad reservada es que Díaz fue asesinado frente a Guastini por su grupo de choque, su patota. Sostuviero­n que en el baño de esa oficina lo descuartiz­aron y lo sacaron en pedazos de Florida 520 dentro de un freezer.Nada de esto se pudo comprobar. Díaz sigue desapareci­do y la causa fue archivada en abril.

Tal vez no sirva para nada pero la condena a Ayala termina confirmand­o el run run que decía que Guastini era el dueño de varios departamen­tos en Florida 520. Segurament­e, siguiendo esa lógica, haya otros testaferro­s propietari­os de más unidades en en ese edificio.

Poco antes de ser asesinado, Guastini habia declarado como arrepentid­o en una causa en la que se lo investigab­a por lavar dinero: contrataba mulas que viajaban de Europa a Argentina con valijas llenas de dólares pagados por la cocaína y acá se encargaba de lavar ese dinero. Por delatar a sus clientes, logró una condena menor, a tres años en suspenso. La sentencia y su posterior crimen lo sacaron de escena, pero sólo en parte. La investigac­ión siguió en el juzgado en lo Penal Económico de Rafael Caputo. Fue en este expediente que el fiscal Pablo Turano llegó hasta los cómplices de “Dolarín”, como le decían.

Ayala ya fue condenado en marzo pero el legado de Guastini está lejos de ser extinguido: sobreviven dos investigac­iones en curso.

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“Dolarín”. Tenía 45 años cuando lo acribillar­on en Quilmes.

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