El avión sospechoso que aterrizó en Argentina
• Este avión hizo lo que hizo porque los funcionarios argentinos se lo permitieron, y si actuaron así fue porque las máximas autoridades del Gobierno nacional los autorizaron a hacerlo o hasta le pueden haber pedido que se lo hagan.
Hete aquí que la máxima autoridad del Gobierno nacional ese día era Cristina Fernández, pues Alberto Fernández estaba en EE.UU. y casualmente ella es la que estuvo vinculada al ilegal pacto con Irán.
Rafael Madero rafamadero@hotmail.com.ar
• En su teoría vernácula, Rossi dijo que los iraníes que estaban en el avión venezolano eran “instructores”.
Aclaró, para mayor sorpresa y como jefe de la Inteligencia Argentina, que no habla sobre pruebas, sino sobre su propia percepción. Más preocupante es la liviandad al darles el título de instructores porque se puede instruir sobre muchos temas y algunos “instruidos” causaron los peores atentados en nuestro país. Abel Nuccio aonuccio@hotmail.com
• A mí no me extraña en absoluto el episodio del avión en el que llegaron venezolanos e iraníes, teniendo a cuestionados personajes como Aníbal Fernández y Agustín Rossi a cargo de la seguridad nacional.
Si el propio Presidente se reunió con Putin y ofreció que Argentina fuera “la puerta de entrada de Rusia a América latina” (sin consultarnos a los argentinos, claro). Si él mismísimo Alberto Fernández, amigo de Nicolás Maduro, ofreció ser la voz de Venezuela, Cuba y Nicaragua en la Cumbre de las Américas (sin consultarnos, nuevamente). El plan del kirchnerismo se ve cada día más nítido: alejarnos del mundo civilizado, aislarnos, y aliarnos con líderes impresentables. Superan nuestra capacidad de asombro, y reflotan en la memoria colectiva hechos aberrantes aún no esclarecidos: Embajada de Israel, AMIA, muerte del fiscal Nisman. Irene Bianchi irenebeatrizbianchi@hotmail.com
• El jefe de la AFI, Agustín Rossi, debería saber que los argentinos no somos ingenuos ni incautos. Sobre todo, cuando nos brinda la versión oficial de por qué aterrizó, en Córdoba y Ezeiza, un avión venezolano. Su explicación, simplista y sin asidero apunta a justificar una intromisión extranjera en el espacio aéreo nacional. Válido de consejos de su aparato de inteligencia, Uruguay había vedado autorización para que la máquina se posara en suelo Oriental. Fuertes sospechas de vínculos de sus ocupantes con el terrorismo avalaron la negativa.
Paraguay, por su parte, había advertido a nuestra Cancillería acerca de la presencia de dicha nave y de sus confusos propósitos. Frente a tales alarmas, sólo hubo nula respuesta.
Cabe esperar que el juez Villena, a cargo de la investigación, disipe sin demora las dudas que rodean al enigmático vuelo. Quedó clara, por lo demás, la preocupación del Gobierno por no afectar los vínculos existentes con Venezuela e Irán. Lo hizo a través de un testimonio amañado y nada convincente.
Alejandro De Muro demuroalejandro4@gmail.com