El Papa y la vejez: “Hay que tener paciencia con el propio cuerpo”
En la audiencia general de los miércoles, el Papa volvió a hablar de la vejez y algunas de sus reflexiones sonaron a la vez serenas y melancólicas porque hablaba de sí mismo. “Cuando se es viejo hay que tener paciencia con el propio cuerpo y comprender qué se le puede pedir aún”, dijo.
Fue una catequesis sobre el filón bíblico de la tercera edad particularmente significativa. “El Papa habla con el corazón en la mano”, dijo una monja que lo escuchaba explicar los límites de la vejez: las sensaciones por las fuerzas que se van y la presencia de los achaques continuos.
Francisco comentó el episodio bíblico de la visita de Jesús a la suegra de Simón, enferma de gripe. Dijo que en la vejez “hasta una gripe puede transformarse en un hecho grave”.
“Cuando se llega a viejo no se comanda más el propio cuerpo. Es necesario aprender a elegir qué hacer y qué no hacer. El vigor físico viene a menos y nos abandona”, destacó el Papa argentino.
“Hay que aprender a purificar el deseo. Tener paciencia, elegir que pedirle al cuerpo y a la vida. Ya viejos no podemos hacer lo mismo que hacen los jóvenes, todos tenemos límites. También yo tengo que caminar con el bastón”, agregó sin mencionar que desde hace casi un mes se traslada en una silla de ruedas por la dolencia que padece en la rodilla derecha.
La vejez “es como un golpe duro que se abate sobre un tiempo ya difícil”, dijo. “La enfermedad del viejo parece apurar la muerte y de todas manera disminuir el tiempo de vivir que ya consideramos breve", siguió.
“Se insinúa la duda que no nos recuperaremos, que esta vez es la última en que me enfermo. No se logra soñar la esperanza en un futuro que aparece inexistente”, afirmó Francisco, e invitó a los católicos a “no descartar y apartar a los ancianos del escenario de los acontecimientos que marcan la vida de la comunidad”.
Francisco cumplirá 86 años el 17 de diciembre y el 13 de marzo de 2023 celebrará una década de su pontificado. Los problemas serios que padecen muchos ancianos comenzaron para el Papa el 4 de julio del año pasado, cuando fue operado en el hospital Gemelli de la Universidad Católica
de Roma por una infección de divertículos, que son pequeñas bolsas que se forman en el intestino grueso.
Los cirujanos le extirparon 33 centímetros del intestino. Francisco ahora no quiere operarse de la rodilla, según trascendió, porque la anestesia que recibió en la intervención lo ha hecho sentirse mal. No se sabe cuánto
ha durado esta complicación.
Los médicos recomendaron la operación, que dura alrededor de una hora, para curar la artrosis en la rodilla con la colocación de una prótesis, tal vez colocándole también una nueva rótula. Después habría una rehabilitación que alrededor de un mes. Luego habría una rehabilitación.w