Trastienda de una crucial visita

•No hay precedentes de una visita de la jerarquía política y ejecutiva como la que se ha producido este jueves de la mano de los mandatarios de Francia, Alemania e Italia.

•Implica un apoyo notable al presidente Vladimir Zelenski, asediado por la brutal ofensiva guerrera por parte de Rusia.

•El encuentro, al cual se sumó Rumania, remarcó el interés de esos países para una urgente integración de Ucrania a la Unión Europea.

•Se trata de una evolución irritante para Rusia, pero de mucho menor peso que la eventual membresía de Kiev a la OTAN, cuestión que está totalmente fuera de agenda

•Es importante notar que los tres mandatarios de Europa Central, han sido los que con mayor énfasis vienen reclamando una solución que detenga a las acciones militares.

•El presidente francés ha propuesto que esa solución debe hacerse “evitando humillar a Putin”. El premier italiano Mario Draghi propuso un plan a la Casa Blanca “pensar profundamente en un plan que facilite un alto el fuego”.

•El ex canciller de EE.UU., Henry Kissinger, generó una gran controversia cuando señaló en mayo pasado en el foro de Davos que “no hay que aplastar militarmente a Rusia. Y sugirió que Ucrania ceda territorio como herramienta para alcanzar un acuerdo de paz con Moscú.

•Kissinger, contrario a que Kiev ingrese a la OTAN, tendría como objetivo evitar que una Rusia debilitada acabe convertida en un satélite de China, lo que le daría a Beijing un potencial que aceleraría su carrera hacia la hegemonía planetaria. Los líderes europeos “no deberían arriesgarse a empujar a Rusia a una alianza permanente con China”, sostuvo.

•Ese debate, entre otras posiciones como la señalada por Macron, abrió una discusión sobre la solidez de la alianza occidental que se construyó tras el ataque ruso a Ucrania y que se zanjó con el histórico acuerdo para cancelar en un 90% las compras de petróleo a Rusia.

•EE.UU. o Gran Bretaña tienen una posición más dura respecto a la necesidad de que Rusia sea derrotada.