Platense lo empató al final y sigue en la punta, aunque ahora no está solo
Los dos goles llegaron desde el banco y tarde. Chávez aventajó a la visita, Esquivel igualó con un golazo.
Tras un primer tiempo poco preciso, el complemento terminó albergando un encuentro que mostró signos vitales, sobre todo en los minutos finales cuando aparecieron los goles. Platense dejó escapar la posibilidad de convertirse en único líder, pero el empate con Gimnasia y Esgrima le permite compartir la punta con Newell’s y Estudiantes.
El primer tiempo no fue atractivo. Tuvo mucho ida y vuelta, sí, y también mayor cantidad de desbordes por las bandas y buena cantidad de centros. Pero el problema fue ese: no pasó nada, ninguno pudo construir nada más allá de la voluntad.
La primera situación clara fue para Platense: Suso había quedado frente al arco en una posición inmejorable, pero su remate fue a parar a la tribuna. En los minutos siguientes, más allá de las aproximaciones, no hubo una tan clara.
Por momentos los arqueros fueron espectadores de un encuentro peleado en el medio, que se abría hacia los costados.
Aunque más exigido que en la acción de riesgo que protagonizó Suso, Ramón Sosa tuvo la suya en el complemento. Fue tras un enganche en el área, con caída y recuperación incluida, cuando el paraguayo sacó un remate que se fue apenas arriba del travesaño.
¿Más enganches? Sí, dos en el área de Tarragona para sacar un remate a quemarropa que encontró la reacción fundamental de Marcos Ledes- ma. En el otro arco también se lució Rey con una reacción bárbara ante un cabezazo de Ruiz Díaz. En apenas un cuarto de hora del complemento, ya había más situaciones que en los primeros 45.
Sin embargo, pareció un espejismo. Ninguno pudo romper la pari- dad en el pasaje de mayor inspiración y cuando el encuentro volvió a achatarse, las situaciones se espaciaron. La llave no estaba por los costados ni jugó como titular: cuando al partido le restaban ocho minutos, Lautaro Chávez sacó un zurdazo de frente al arco que descolocó al arquero, quien no pudo evitar que entrara. Por lo que restaba, parecía que ese tanto resolvía el encuentro.
Pero no. Al menos Esquivel no lo dio por perdido antes de tiempo y apenas unos minutos después se mandó una apilada por la izquierda de su ataque -se sacó de encima tres marcas-, entró al área y la puso al segundo palo, mientras el arquero, correctamente le achicaba el primero. Su primer gol en Primera, fue un golazo.w