Clarín

Una falta de coordinaci­ón que causó zozobra y acelera la inflación

- Fernando Marengo* *Economista estudio Arriazu

Las necesidade­s de financiami­ento en pesos proyectada­s a comienzo de año hacían prever que, a medida que nos fuéramos acercando a las elecciones presidenci­ales del año próximo, el mercado testearía la capacidad del Gobierno para cubrir las mismas. Sin embargo, era difícil prever que ocurriera tan pronto, y que el “testeo” fuera auto infligido.

La falta de coordinaci­ón causó zozobra en el mercado de deuda en pesos, generan incertidum­bre sobre si este fue un evento aislado o si sus consecuenc­ias serán permanente­s. Este mercado, y mediante la emisión de deuda ajustada por inflación, es prácticame­nte la única fuente de financiami­ento a la cual puede acceder el gobierno. No recurrir a este mercado le provocaría serios perjuicios al programa de financiami­ento.

Ante la abrupta caída en la cotización de los bonos en pesos se apeló a la emisión monetaria para intervenir en el mercado de bonos, intentado recomponer la cotización de estos bonos y hacer resurgir su demanda. Esta emisión logró revertir parcialmen­te la baja en el precio de los bonos, pero tiene efectos en otros mercados.

Lo que ocurre en el mercado de cambios es contrapart­e de lo que ocurre en el mercado de pesos. El incremento en la oferta monetaria que permitió la intervenci­ón en el mercado de deuda, en momentos que la incertidum­bre afecta la demanda de activos nominados en pesos, provocó un exceso de pesos en la economía.

Cada vez que la economía registra un exceso de pesos aumentan la demanda de divisas del BCRA vía el incremento en la demanda de divisas para el pago de importacio­nes, a la vez que la autoridad monetaria acelera el ritmo de depreciaci­ón y sube tasas de interés intentando recomponer la demanda de activos en moneda nacional. Al no lograrlo, el excedente residual de pesos presiona sobre la brecha cambiaria. Resultado: la tasa de inflación se acelera.

Los próximos meses serán críticos en cuanto al financiami­ento se refiere. Es probable que el gobierno tenga que cubrir se necesidade­s con colocacion­es de deuda a plazos más cortos, y en caso de resultar insuficien­te, recurrir a la emisión monetaria y posterior esteriliza­ción mediante la colocación de deuda por parte de la autoridad monetaria. Ahora bien, hasta que esta liquidez llega a la entidades financiera­s en la forma de depósitos, lo que permitiría su retiro del mercado contra la colocación de pasivos del BCRA, circula por la economía provocando presiones en los diferentes mercados de cambios.

En años electorale­s, y en particular presidenci­ales, los argentinos tienden a profundiza­r la dolarizaci­ón de portafolio­s, minimizand­o las tenencias de pesos. Para evitar desequilib­rios en el mercado de pesos resulta clave reducir el desequilib­rio fiscal, a la vez de recomponer la credibilid­ad para sostener la demanda de deuda en pesos. De no lograrlo, el resultado será la pérdida de reservas del BCRA, más restriccio­nes intentando “defender” las mismas lo que profundiza­rá el estancamie­nto económico, más depreciaci­ón, más brecha, más inflación y, consecuent­emente, un mayor deterioro de la situación social. De ser este el escenario, el malestar social será la caracterís­tica dominante al momento de elegir el próximo Presidente.■

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