Clarín

La música es para siempre

- Jorge Trasmonte jtrasmonte@clarin.com

Cuando era chico, Juan era implacable con los juguetes: iba de un apasionami­ento total, que le duraba un tiempo, a la mayor indiferenc­ia. Le pasó con el traje de Batman, que no había forma de que se sacara ni para bañarse; la pistola de lata que tiraba chispitas dentro de un acrílico; el Costa Azul, una pista verde sobre la que corrían unos caballitos. Ni qué hablar cuando los viejos le pudieron comprar la bici. No se bajaba ni para el café con leche.

Después le empezó a pasar con los discos. Desde que un vecino le transmitió su éxtasis por los Beatles, y se escuchaban todo el día en la casa, siguieron otros como Paul Williams (aquel de la música de El Fantasma en el Paraíso), la novedad que en su momento significab­a Peter Frampton y hasta descubrimi­entos de músicos no tan populares, como Fernando Goin, un baladista de sólida carrera pero lejos de los flashes de la fama. Queen era el punto cúlmine, hasta los brasileños, con Caetano Veloso como deidad y muchísimos más de ritmos y estilos diferentes. Era todo el día Frampton, todo el día Queen, todo el día Caetano, así te ponía la cabeza.

Pero ya no había ese segundo paso a la indiferenc­ia: la música es para siempre. Juan dejó este mundo tempraname­nte, y entre el frondoso material cultural que legó a biblioteca­s, archivos e institucio­nes, seguían estando sus vinilos de Paul Williams, Frampton, Fernando Goin, Queen, todos los brasileños y hasta Por Siempre Beatles, aquel compilado de inicios de los 70 con el que los pibitos empezaban a amar a los genios de Liverpool.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina