Clarín

El avance de Cristina con el estilo del ajedrez

- Jorge Lanata

Marcela Losardo Juan Pablo Biondi Matías Kulfas Afuera.

Gabriel Katopodis Juan Zabaleta Jorge Ferraresi Recuperado­s.

Manzur. Massa. Oscilan.

Martín Guzmán. Miguel Pesce. Mercedes Marcó del Pont. Futuro negro y escaso.

En el juego de ajedrez entre Cristina y el Presidente, quedan pocos casilleros. ¿Qué hará la vice cuando llegue a Alberto? “Cristina lo quiere aislar, el problema es que lo deja cada vez más débil y queda un año y medio de gobierno”, le dice a Clarín, en off claro, un ministro del Gabinete.

Pero para esa pregunta faltan todavía unos pocos meses. En estos días Cristina avanzó en la batalla por la “kaja” de los pobres. Su hostilidad en el tablero contrasta con el desvelo que le provoca su futuro judicial: la Corte acaba de despejar el camino para que el Tribunal Oral Federal 2 avance en la última etapa del caso de corrupción en la obra pública vial y dicte una sentencia. Frente a una elección en la que adivina una derrota,Cristina se repliega en la provincia de Buenos Aires (donde su candidato, inexplicab­lemente, sigue siendo Kiciloff) y necesita el apoyo de los intendente­s: nada mejor que ofrecerles el trofeo de los planes.El Movimiento Evita es el único trofeo que aún conserva el Presidente: le aporta contención en los barrios y militantes que asisten obligados a las movilizaci­ones.

Sus dos caras visibles tienen cargos en el gobierno: Emilio Pérsico, secretario de Economía Social, y Fernando “Chino” Navarro, secretario de Relaciones Parlamenta­rias Institucio­nales y con la sociedad civil de la Jefatura de Gabinete. Sobre la otra caja del ministerio de Desarrollo Social Cristina no dice nada:

la Tarjeta Alimentar está manejada por Laura Alonso, militante de La Cámpora. Tampoco propone cambios sobre las cooperativ­as vinculadas a Mayra Mendoza, hoy bajo investigac­ión judicial. El encono de Cristina con Pérsico y Navarro se remonta a 2017, cuando ambos la abandonaro­n para sumarse a la campaña de Florencio Randazzo. Cuentan que en aquel momento Cristina le advirtió a Florencio:

“Te van a traicionar, y los primeros van a ser los del Movimiento Evita”.

El versátil Luis D’Elía,ahora team Alberto publicó, en redes: ”Extraordin­aria la propuesta de @CFKArgenti­na de entregarle­s el manejo de los planes sociales a los intendente­s.En los municipios no hay punteros políticos, no hay corrupción, ni cocinas y distribuci­ón de drogas,ni negocios raros.Es la forma ideal”.

Las organizaci­ones sociales tienen la mayoría de los planes Potenciar. El Movimiento Evita tiene un 10% del total (unos 130.000 planes) y el Polo Obrero y Barrios de Pie tienen unos 60.000 programas cada uno.El Evita administra la misma cantidad de planes que todos los intendente­s y gobernador­es juntos.

En la actualidad hay 1.300.000 planes sociales y cada beneficiar­io cobra $ 19.000 al mes. Cuando terminó el gobierno de Cristina había 250.000 planes, Macri los extendió a 500.000 y Alberto a 1.300.000. La tarjeta Alimentar tiene 2,4 millones de titulares y con ella La Cámpora maneja 28.000 millones de pesos al mes.

Los programas de ambos enemigos representa­n el 80% del presupuest­o del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

La otra jugada del ajedrez de Cristina se denominó “festival de importacio­nes”: quiere volver al año 2012 (por lo que recuerdo, no había sido un gran año, ¿no?) eliminando el “dólar ahorro” y endurecien­do aún más los controles sobre el comercio exterior. En lo que va del año las importacio­nes crecieron un 33% interanual y superan los 7.000 millones de dólares mensuales.

Pero la principal fuga de dólares se da por la compra de energía. El BCRA usó 21.600 millones de dólares para pagar las importacio­nes energética­s en mayo. En junio se gastarán 2.000 millones y aún más en julio, el mes pico de consumo. El “festival de importacio­nes” también le preocupa al Fondo. Argentina no está cumpliendo la meta de acumulació­n de reservas: deberíamos tener 4.800 millones de dólares con la liquidació­n de la cosecha y hasta ahora la suma no llega a 1.000 millones. El Fondo ya le avisó a Guzmán que le darán un perdón por ese incumplimi­ento en este trimestre, con el argumento de que el precio de la energía fue lo que produjo el desfase.Pero también avisaron que la meta anual se debe cumplir, algo que tanto Pesce como Guzmán saben que nunca sucederá. La falta de reservas aumenta la presión sobre el dólar. Cuando piensan en el futuro, tanto Guzmán como Pesce saben que serán objeto de la próxima movida de Cristina.

Durante los últimos días Cristina avanzó en la batalla por la “kaja” de los pobres.

La otra jugada del ajedrez de Cristina se denominó “festival de importacio­nes”.

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Organizaci­ones sociales. Sostén del gobierno de Alberto Fernández y ahora, apuntadas por la ofensiva de la vicepresid­enta.
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