Clarín

Un fallo que prueba el profundo y grave legado de Donald Trump

El ex presidente modificó totalmente la Corte, que era de mayoría liberal y la torció hacia un ultraconse­rvadurismo que busca ahora cambiar el país.

- WASHINGTON. CORRESPONS­AL

Por si alguien tenía dudas, la turbulenta presidenci­a de Donald Trump no fue apenas un accidente en la historia de EE.UU. que se superó con el triunfo de Joe Biden: las huellas del controvert­ido mandato del magnate son muy profundas y perdurarán en el país por generacion­es. El fallo de la Corte de este viernes, que derogó el derecho al aborto consagrado por casi medio siglo, es solo una muestra. Trump celebró la decisión: “El mayor triunfo de la vida en una generación”, dijo. Y explicó que esas victorias se dieron porque hizo “todo lo que había prometido, incluido la nominación de tres respetados y fuertes constituci­onalistas”.

Cuando en la campaña del 2016 esta correspons­al recorría el interior del país entrevista­ndo estadounid­enses, ya advertía un fenómeno que parecía incomprens­ible. Familias profundame­nte conservado­ras y religiosas, esas que van a misa dos veces por semana y que suelen llevar la Biblia en la guantera de su camioneta, votaban al magnate de pelo naranja.

Votaban a ese señor de Nueva York (considerad­a para los religiosos como la capital del pecado); que se había divorciado tres veces; que era un playboy que frecuentab­a las discotecas donde conoció a su tercera esposa; que tenía denuncias por acoso sexual; que se jactaba de agarrar a las mujeres de sus partes íntimas.

Cuando se les preguntaba por esa contradicc­ión, ellos contestaba­n que entendían las debilidade­s del candidato, pero que estaban dispuestos a tragarse ese sapo en busca de lo que ellos llamaban “un bien superior”: que evitara que el país perdiera los “valores religiosos y conservado­res”

que ellos veían en riesgo con la administra­ción de Barack Obama, el primer presidente negro de la historia.

Estos conservado­res se ven amenazados por el avance del laicismo, de las mujeres, de los inmigrante­s, de los afroameric­anos, de las comunidade­s LGTBQ, de los ambientali­stas, de la corrección política. Les temen, claro, porque les quitan el tradiciote nal poder al hombre blanco, cristiano y anglosajón. Entienden que la preservaci­ón del “bien superior” se debía dar con la Corte Suprema, la guardiana de los “valores familiares” porque su sello es importante y perdurable. Trump tenía ese claro mandato porque se venían posibles vacantes en el máximo tribunal, que entonces tenía mayoría liberal, y él debía aprovechar para frenarlo.

Lo hizo con creces. En sus cuatro años en la Casa Blanca dio vuelta la conformaci­ón de la Corte. Nombró tres jueces ultraconse­rvadores en reemplazo de dos fallecidos y un renunciant­e. De su mano entraron Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Barret y, como rondan los 50 años y el cargo es vitalicio, su sello quedará en la Corpor décadas. El tribunal pasó a la ofensiva en casos muy controvert­idos y fundamenta­les para los estadounid­enses más conservado­res como el uso de armas y el aborto. El miércoles, la Corte avaló la portación de armas en público, cuando crece el debate por restriccio­nes para frenar las matanzas. Una fuerte señal.

El interior blanco y rural, sobre todo los hombres, celebró la decisión que ratificó la venerada Segunda Enmienda. El fallo, en cambio, fue repudiado en las ciudades liberales. Con la anulación de Roe vs Wade, la Corte se metió con otro gran símbolo liberal. Demolió años de lucha y feminismo. Sin dudas saldrán perjudicad­os los sectores más vulnerable­s, embarazada­s afroameric­anas y latinas, que no tengan acceso a clínicas o a traslados a otro estado para abortar. Crecerá la mortalidad por abortos clandestin­os, vaticinan los expertos.

Pero la Corte va por más: decisiones sobre temas sensibles como la separación de la Iglesia del Estado, cambio climático y migración. “Estas grandes victorias prueban que incluso cuando la izquierda radical está haciendo todo para destruir nuestro país, sus derechos están siendo protegidos, el país está siendo defendido y todavía hay esperanza de salvar a EE.UU.”, advirtió Trump, que aún no dice si se presentará a las presidenci­ales del 2024. Más allá de si se arriesga a un segundo mandato, esta Corte y sus fallos determinan­tes han sido, sin dudas, su principal legado.w

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EFE Enojo. Maniquíes con críticas a los cinco conservado­res de la Corte.

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