Que se calle el cantor en Cuba

El régimen cubano anunció este viernes que los artistas disidentes Luis Manuel Alcántara y Maykel Castillo Perez, fueron condenados a cinco y nueve años de prisión respectivamente. El delito que se sanciona de este modo brutal ha sido cantar. Castillo es el autor del tema “Patria y vida”. Un ingenioso título para contradecir el histórico de “Patria o muerte” que enarboló la revolución castrista. Esa canción se convirtió en el himno de las protestas del mes de julio pasado. Otero Alcántara, es el líder del Movimiento San Isidro que se convirtió en una organización de artistas, cantantes, poetas, que reclamaron cambios necesarios en el vetusto sistema de la isla. De ahí el valor de esas protestas que el régimen redujo sin creatividad a un armado del “imperialismo”, el pequeño argumento a mano. Hay toda una cortina de mentiras alrededor de esas manifestaciones. La gente salió en torrente, en diversas ciudades del país y particularmente en La Habana, para protestar por el enorme ajuste de la economía que puso en marcha el régimen en enero de ese año cuando unificó las dos monedas que regían en la isla. La fusión del peso y el Cuc se hizo por el valor más alto. La medida fue para hacer más previsible la economía tentado el régimen por la asunción en ese mes de Joe Biden de la presidencia de EE.UU. La nomenklatura esperaba, con cierta razón, que el gobierno demócrata mejorara la relación económica, comercial y diplomática con Cuba lo que podría ayudar a aliviar la crisis económica que trajo la pandemia de coronavirus. No sucedió. El ajuste ortodoxo (sic) de la economía disparó la inflación a tres dígitos. La gente se encontró sin dinero y en las protestas demandó libertad. Muy parecido a los levantamientos contra las dictaduras que en 2011 conmovieron el mundo desde el norte de África, en la llamada Primavera Árabe que volteó tiranías de décadas en cuestión de días. El reclamo de libertad y democracia estaba necesariamente atado a un futuro que se pretendía mejor. El régimen cubano, que esta atrapado en una decadencia cada vez más acentuada por la ausencia de capacidad de cambio y comprensión de lo que sucede por parte del presidente Miguel Díaz-Canel, decidió movilizar su “justicia” para sancionar con sentencias prolongadas a quienes marcharron contra el ajuste y por un cambio en un sistema que ha perdido lonjas de valor simbólico. Esta vez le tocó a los artistas que le dieron cierta poesía a la protesta callejera. Callar a los cantores siempre fue un vicio de las dictaduras.