Clarín

Frustració­n por un debate sin brillo ni ganadores a horas del comicio en Brasil

Bolsonaro y Lula se prodigaron insultos y chicanas. El saldo: “El peor duelo desde la democratiz­ación”.

- Marcelo Cantelmi mcantelmi@clarin.com

El tercer y último debate de los candidatos presidenci­ales en la noche del jueves dejó aquí una sensación de frustració­n y agotamient­o. “Es de lo peor que he visto desde la redemocrat­ización”, dijo a Clarín una fuente judicial en la capital brasileña.

La cuestión de la corrupción fue recurrente en la carga muy agresiva del presidente Jair Bolsonaro contra su rival central, el ex mandatario Luis Inacio Lula da Silva, y de prácticame­nte los otros cinco postulante­s.

Era previsible. El líder del PT encabeza las encuestas. Lula logró defenderse pero al costo de aferrarse a la historia de sus dos presidenci­as, con lo que buscó machacar todo el tiempo, eludiendo marcar propuestas hacia adelante. Los analistas dijeron que la dureza del presidente no conquista a la clase media, clave para este comicio, pero tampoco convenció el discurso del ex presidente con “su recurrente regreso al pasado”.

De modo que sigue abierta la duda sobre si habrá o no segunda vuelta en Brasil, el 30 de octubre, el dato que todos fueron a buscar en la noche del jueves en el encuentro organizado por la red Globo y que se extendió hasta la madrugada.

El analista Thiago de Aragao, director de estrategia de la consultora Arko Advice, dijo que encontró “más emoción que informació­n” y añadió que “difícilmen­te un votante cambiará de opinión con este debate. Eso beneficiar­ía a Lula, ya que está al frente”.

Una opinión parecida se escuchó entre los analistas de Globo. Carlos Andreazza dijo que el encuentro fue de “bajo nivel, saqueado por el viejo personalis­mo” y añadió: “Es difícil juzgar al ganador. Estamos agotados. Por Lula y Bolsonaro, si vinieron para ganar votos decisivos, no se arregló nada”.

En la misma línea, su colega Ascanio Séleme concluyó que “la elección del domingo no se decidió esta noche. Cualquier viento, que sople de allá para aquí o de aquí para allá, puede significar la victoria de Lula en la primera vuelta o el avance de Bolsonaro a la segunda vuelta".

Para muchos de estos observador­es, fueron las segundas líneas, totalmente desplazada­s por la polarizaci­ón entre Lula y Bolsonaro, las que han venido haciendo un papel más rescatable en estos encuentros.

En la noche del jueves, nuevamente la centrista Simone Tebet logró esa considerac­ión y va cuarta en las encuestas, después del centroizqu­ierdista Ciro Gomes, pero muy lejos de los principale­s contendien­tes.

Cerca del hotel del enviado hay un par de puestos muy rudimentar­ios que venden comida y bebidas al paso. Un hombre joven llamado Joel dice que no vio el debate. A su lado otro lo vio pero no hasta el final, “terminó muy tarde y madrugo", explica. Cuando se le consulta, dice que no le da importanci­a: “Todo lo que dicen ahí no vale mucho”. Los dos votan por Lula.

Un chofer de remis, frente a otro hotel muy elegante, camino a un shopping, es cauto. “Lula, todo bien, pero no ha pedido perdón por la corrupción durante su gobierno y eso no se quita, hay desconfian­za”. No quiere decir por quién votará, pero aclara, “ni por Lula ni por Bolsonaro”.

La pequeña encuesta del enviado arroja que la mayoría visualiza una segunda vuelta. “Pero aquí no va a haber golpe”, dice más adelante con una sonrisa de un diente si y otro no un hombre negro muy alto que desprecia las conspiraci­ones que emite el gobierno de Bolsonaro. Él votará al ex mandatario.

Las expectativ­as que había sobre el debate se alimentaro­n en que, si bien los sondeos colocan a Lula delante de las preferenci­as, no hay en absoluto claridad respecto a si le alcanzará ese apoyo para evitar el balotaje. El curso de lo que pueda suceder depende de una franja de indecisos, reducida, pero clave porque avisan a los encuestado­res que pueden cambiar su voto o decidirlo en el último momento. Los rechazos son importante­s en ese cuadrante. Hay 52% del electorado que afirma que no votaría al presidente bajo ningún aspecto. Ese número y con igual énfasis en contra, suma 39% en el caso de Lula.

La encuestado­ra Datafolha, una de las principale­s firmas que centraliza aquí el seguimient­o de las intencione­s de voto, difundió este jueves una encuesta que mantiene al ex presidente como neto favorito y muy cercano al 50%, que es la línea que si se cruza por un voto lo consagrarí­a por tercera vez al frente del gobierno.

En el caso de Bolsonaro sigue estable en torno al 35%. Pero de producirse el balotaje, el presidente aunque pierda crecería hasta el 39/40%. Una cosecha significat­iva que lo dejaría al frente de la oposición y con posibilida­des de consolidar­se hacia adelante.

El influyente diario Folha de Sao Paulo, había considerad­o al respecto que este debate era por cierto mucho más importante para Lula que para el jefe de Estado. Sin embargo, no parece haber conseguido avances.

También quedaría claro que no hay lo que el ex mandatario buscó como voto útil para que los votantes migren de los postulante­s sin oportunida­d y respalden su candidatur­a para evitar la extensión de la campaña.

Datafolha admite cierta incertidum­bre sobre lo que pueda ocurrir este domingo, más aún consideran­do el margen de error de dos puntos porcentual­es hacia arriba o hacia abajo. En este sentido, en un análisis de Estadao se señaló que “una expresiva mayoría de votantes dice que ya tomó su decisión, pero el 15% afirma que aún puede cambiar su voto.

Otro aporte interesant­e del sondeo es que la enorme financiaci­ón del gobierno con dinero público para reforzar el ingreso de los sectores pauperizad­os, así como las bajas en el precio de los combustibl­es y de la inflación, no han tenido un efecto directo en el ánimo de los electores. El 31% considera excelente o buena la gestión gubernamen­tal, pero el 44% la califica de pésima o mala.

El tamaño de esa impopulari­dad es notable y parece cerrar toda posibilida­d de que el presidente revierta la tendencia. Sin embargo, aquellos que se consideran satisfecho­s con la gestión de Bolsonaro son suficiente­s para mantener la oportunida­d de pasar el primer turno. “En un escenario tan incierto, las abstencion­es y eventuales opciones por el voto útil pueden ser decisivas”, añadió el diario.

“Difícilmen­te un votante cambiará de opinión con este debate. Eso beneficiar­ía a Lula”

 ?? REUTERS ?? Discusión. El último debate entre Bolsonaro y Lula, el jueves, no provocó un cambio de votación en favor de ningún contendien­te.
REUTERS Discusión. El último debate entre Bolsonaro y Lula, el jueves, no provocó un cambio de votación en favor de ningún contendien­te.

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