Clarín

El llamado de Alberto al gremialist­a por el conflicto de los neumáticos

Diálogo secreto entre el Presidente y Crespo. Fue el jueves, gracias a la mediación de Pablo Moyano. Ayudó a destrabar el largo paro que dejó al país con pocas ruedas.

- Nicolás Wiñazki nwinazki@clarin.com

Pasó en el momento menos pensado. Y en secreto. La crisis desatada por la discusión salarial del gremio de los trabajador­es de las fábricas de neumáticos solo escalaba generado conflictos diversos. El freno de la producción de tres plantas de esa industria llevaba largos días sin resolverse. Las negociacio­nes en el ministerio de Trabajo estaban trabadas. Dos automotric­es multinacio­nales frenaron su actividad porque no había ya más llantas para los nuevos vehículos. Entonces intervino el propio presidente Alberto Fernández.

El martes pasado había cenado con varios de los más poderosos secretario­s generales de la CGT. A todos les preocupa el avance de los gremios de izquierda en actividade­s laborales de una economía dislocada.

El líder del Sindicato Único de Trabajador­es del Neumático, Alejandro Crespo, es militante del Partido Obrero. No había modo de reencausar el diálogo con las empresas del rubro. Fue un conflicto menor, una interna sindical, lo que ayudó a empezar al solucionar el verdadero gran conflicto laboral por los sueldos de quienes producen los neumáticos. El laberinto por la batalla de las ruedas, ese elemento esencial para trasladar a los humanos y a máquinas de todo tipo, tuvo una salida inesperada.

El miércoles siguiente a la reunión de Alberto Fernández con los jefes de la CGT, el Presidente recibió en la Residencia Presidenci­al Olivos (RPO) a un marginado en la cena de la noche anterior. Pablo Moyano, alias “El Salvaje”, hijo de Hugo Moyano, el secretario general de los Camioneros, había amenazado en vano con fracturar al central obrera peronista debido a que perdió poder interno, y sobre todo, porque el resto de los gremialist­as del PJ ya no lo quiere en los cargos de decisión de la CGT.

Moyano hijo cenó con Fernández. Durmió. Desayunó. Y al mediodía del jueves convocó a Crespo a la sede de su gremio, delegación Capital Federal. El militante del PO, nueva estrella del sindicalis­mo nacional, aceptó la invitación. Cuando llegó a la oficina de Moyano hijo estaba también allí el secretario General de la Presidenci­a, Julio Vitobello.

“El Salvaje”, esta vez sin hacer honor a su alias, llamó al Presidente de la Nación. Crespo aceptó hablar con Fernández. El Jefe de Estado escuchó al sindicalis­ta. El gremialist­a escuchó al Presidente. Esa comunicaci­ón entre la máxima autoridad política de la Nación y el jefe sindical que parecía inflexible en sus reclamos, y que

Alejandro Crespo habló por teléfono con el Presidente. había avanzado al extremo total con sus medidas de fuerza, fue el comienzo del fin de la crisis laboral más relevante de esta gestión gubernamen­tal. El Presidente soltó una frase que endulzó a Crespo.

“Te entiendo, entonces me estuvieron mintiendo. Vamos a arreglar esto de una vez”. Al día siguiente, el viernes pasado, el titular de la fábrica de neumáticos Fate, Javier Madanes Quintanill­a, habló en dos radios pidiéndole disculpas al ministro de Trabajo, Claudio Moroni.

Esas declaracio­nes parecían ser una señal a la Casa Rosada.

Había sido él quien más alarmó a los funcionari­os respecto a las verdaderos intencione­s del sindicato de izquierda que representa a los empleados de su fábrica. “Son troskistas. Quieren quedarse con el manejo de las fábricas”, fue idea que circuló entre algunos ejecutivos del sector.

Fuentes oficiales y sindicales confirmaro­n a Clarín el diálogo entre el Presidente y Crespo, que generó el acuerdo paritario firmado en el Ministerio de Trabajo en la madruga da del viernes.

El titular de ese organismo, Claudio Moroni, acordó la suba del salario para los trabajador­es del SUTNA como lo viene haciendo con el resto de los gremios.

El conflicto estaba trabado porque las dos partes que debían ponerse de acuerdo llevaron sus posturas a un límite que expone la fragilidad de la economía nacional con una inflación por ahora imparable y de un porcentaje que destruye cualquier salario: se da por sentado que el porcentaje anual será de alrededor del 100 por ciento. Pasados los días de nerviosism­o y declaracio­nes cada vez más exaltadas, el SUTNA logró una paritaria que sobrepasar­ía ese número inflaciona­rio.

El ministro, en momentos de extrema sensibilid­ad, se había cruzado con el empresario Madanes, el más “duro” entre los ejecutivos de esa industria: “Javier, tráeme una propuesta”, soltó, algo ofuscado antes de todo se reencausar­a.

La crisis por los neumáticos es un ejemplo de un nuevo mapa de conflicto económico y sindical.

La CGT volvió a señalarle a los empresario­s los “riesgos” del avance del sindicalis­mo combativo de izquierda. Los Moyano ayudaron pero, a pesar de su esfuerzo, dieron muestras de su debilidad en el mundo laboral.

Moyano padre relegó de todos los cargos importante­s del sindicato de Camioneros a su hijo Pablo. Le permitió apenas ocupar la secretaría general de la delegación Capital Federal del gremio.

En la CGT se preparan para removerlo de su puesto en el triunvirat­o que lidera esa central de trabajador­es. Los otros dos dirigentes que comparten esa jefatura son Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicio).

Moyano hijo no se fue de la CGT durante la semana que pasó porque solo consiguió el apoyo de un solo gremio. Es el de los canillitas, de Omar Plaini.

Moyano hijo no tiene el apoyo del Presidente, aunque en el conflicto de los neumáticos ambos sacaron beneficios uno del otro, debido a que el camionero menor está alineado con el sector del oficialism­o que se siente liderado por la vicepresid­enta Cristina Kirchner.

El diputado Máximo Kirchner, jefe de la agrupación La Cámpora, suele hablar con “El Salvaje”, pero para conocer los detalles de sus movimiento­s, o para hacerle llegar mensajes o su parecer respecto a temas varios, utiliza de correo al secretario general adjunto de SMATA, Mario Manrique. Moyano cenó el miércoles con el Presidente con éste dirigente y con Plaini.

La crisis de los neumáticos no es del todo ajena al sindicato que lidera su papá, Hugo.

Los camiones usan entre 18 y 22 ruedas. Su costó histórico alcanzaba los 400 dólares por unidad. El cepo a las importacio­nes hizo subir ese precio a los 1000 dólares por neumático. La huelga del SUTNA encareció aun más ese insumo fundamenta­l para vehículos de todo tipo.

Un dato sobre los negocios de empresas vinculadas a la familia Moyano, o con nexos indudables con varios de sus integrante­s, llamó la atención de funcionari­os nacionales.

El conflicto por los neumáticos no empezó por el paro del SUTNA.

Como se dijo, los problemas se iniciaron con las trabas oficiales a las importacio­nes en dólares.

La Aduana puso el foco en dos de las mayores importador­as de neumáticos del país. Son Larroca y Guerrini.

Según datos recopilado­s por funcionari­os, Guerrini logró catorce cautelares dictadas por por la Justicia que beneficiar­on a esa empresa permitiénd­ole importar a dólar oficial 81.185 neumáticos.

La compañía Larroca presentó cuatro cautelares en los tribunales y obtuvo fallos favorables. La firma, siempre de acuerdo a las mismas fuentes, consiguió comprar en el extranjero 29.328 neumáticos.

El stock con el que contarían ambas empresas sería entonces de 110.513 neumáticos.

Ese “tesoro” se guarda, en buena parte, en la zona franca de la ciudad de La Plata.

El Presidente le dijo a Crespo: “Te entiendo, entonces me estuvieron mintiendo”

Los Moyano tienen intereses en la fabricació­n de neumáticos

Esa zona, que libera de impuestos a quienes alquilan depósitos en el lugar de acuerdo al precio por metro cúbico que ocupen con sus insumos, está concesiona­da por el Estado a una empresa que tiene vínculos concretos con la familia Moyano. La firma se llama Buenos Aires Zona Franca SA. Es muy lucrativa porque gracias al cepo sus galpones cotizan, y mucho.

De acuerdo a un informe de la abogada Silvina Martínez presentado en el programa La Cornisa, de Luis Majul, la accionista principal de Buenos Aires Zona Franca SA es otra empresa llamada Mercado Victoria SA.

El empresario que está al frente del negocio de la zona franca de La Plata es Gustavo Elías, de acuerdo a la informació­n oficial. Este ejecutivo hizo negocios en su momento con el abogado y consejero de los Moyano, Daniel Llermanos. Lograron que una empresa en la que eran socios consiguier­a un negocio en dólares millonario: por una norma gubernamen­tal se obligaba a pagar a los importador­es una suma fija en dólares por cada container que entraba al país. Esa sociedad comercial se llamaba Ivetra SA. Llermanos afirmó en su momento que abandonó la actividad de Ivetra. Sus lazos con los Elías, igual que los de los Moyano con esa familia empresaria, siguen unidos, al menos por una especie de descuido en documentos registrale­s.

Como hacen las ruedas, parte de la política nacional referencia­da en el peronismo, está girando. ¿En círculos o hacia adelante?

El tiempo dirá.■

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EMMANUEL FERNÁNDEZ Secretario general de SUTNA.

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