El antecedente de las históricas marchas del 11-J en toda la isla
El fuerte impacto en la isla de la pandemia de Covid-19, la grave crisis económica, los largos apagones y la escasez de productos básicos y medicinas generaron en 2021 en Cuba las mayores protestas contra el gobierno en más de seis décadas con la revolución en el poder.
Miles de cubanos salieron a las calles el 11 de julio de ese año, conocido ya en las crónicas como el “11J” de la isla, en La Habana y otras ciudades para protestar al grito de “¡Libertad!”, “Patria y Vida” y distintas consignas antigubernamentales, en una jornada inédita que se saldó con centenares de detenciones y un muerto.
A esas manifestaciones, que incluyeron marchas pacíficas, enfrentamientos con la policía y saqueos puntuales en comercios de algunas localidades, siguió una ola de arrestos de participantes y personas críticas con el gobierno, desde ciudadanos anónimos hasta artistas, activistas, opositores y periodistas independientes, en algunos casos en sus propios domicilios. Organizaciones y activistas calculan en más de medio millar los detenidos tras las protestas del 11 de julio, algunos de los cuales ya fueron liberados y otros permanecen en prisión a la espera de su juicio.
Entre los detenidos figuran los conocidos opositores José Daniel Ferrer, uno de los 75 disidentes presos en la “Primavera Negra” del 2003, y el artista Luis Manuel Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro, que encabezó en noviembre de 2020 una huelga de hambre por la liberación del rapero aficionado Denis Solis, quien cumplió una sanción de ocho meses acusado de desacato. Instituciones como la Unión Europea (UE), las ONG Amnistía Internacional y Human Rights Watch, y el gobierno de Estados Unidos han condenado estos arrestos e instado al gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel a liberar a los detenidos.
San Antonio de los Baños, una ciudad a 35 kilómetros al suroeste de La Habana, se convirtió en la chispa que hizo brotar espontáneas manifestaciones al mediodía de aquel domingo del cálido julio cubano, en medio de sufrimientos por largos apagones. Su difusión a través de las redes sociales contribuyó a que se propagaran las protestas a zonas como las orientales Santiago de Cuba y Holguín, las occidentales Alquízar y Güira de Melena, y las capitales provinciales de Camagüey, Matanzas, Ciego de Ávila y Villa Clara, entre otras ciudades, aunque las principales tuvieron lugar en La Habana.
Una de las protestas más multitudinarias tuvo como escenario el espacio frente al Capitolio habanero, sede de la Asamblea Nacional, donde llegaron a congregarse unas 2.000 personas. Cuando se dirigían por el Paseo del Prado en dirección a la emblemática avenida Malecón, fueron bloqueadas por militares y se dispersaron. Unas horas después del inicio de las marchas, el servicio de Internet fue cortado y las llamadas comenzaron a mostrar inestabilidad.