Una feroz ofensiva de Ucrania fuerza el retiro ruso de una ciudad anexada clave
Es Limán, un bastión prorruso en la región de Donetsk. Es la segunda derrota de Moscú este mes en ese frente.
El Ejército ruso sufrió este sábado su segunda gran derrota en el este de Ucrania en menos de un mes tras una feroz ofensiva ucraniana que lo obligó a retirarse de su bastión de Limán, en la región de Donetsk, veinticuatro horas después de anexionarse esa y otras tres regiones del este y sur del país vecino.
En medio de duros combates, el ejército ucraniano tomó esta estratégica ciudad que los rusos utilizaban como cabeza de avanzada. “Las fuerzas de asalto aéreo ucranianas entran en Limán, en la región de Donetsk”, anunció el ministerio de Defensa ucraniano en Twitter, y acompañó la noticia con un video de un minuto donde se ve a dos soldados ucranianos agitar y luego colocar la bandera nacional en el ingreso de la ciudad.
“Desplegamos nuestra bandera nacional y la colocamos en nuestro territorio. Limán siempre formará parte de Ucrania”, afirma sonriente uno de los dos militares. Según un portavoz militar, “entre 5.000 y 5.500 rusos” estaban atrincherados dentro y cerca de la ciudad.
Moscú admitió la derrota y la retirada de la zona. “Debido al riesgo de ser cercados, las fuerzas aliadas han sido retiradas de la localidad de Limán hasta posiciones más ventajosas”, dijo el ministerio de Defensa ruso en un escueto comunicado.
Enfurecido por la derrota y la retirada, el dirigente de la república rusa de Chechenia, Ramzán Kadírov, instó al Kremlin a utilizar “armas nucleares de baja potencia”, y tomar decisiones sin tener en cuenta “a la comunidad occidental-americana”.
La toma de Limán supone una victoria clave para Kiev. Se trata de un importante nudo ferroviario en la anexionada región de Donetsk. Además, esta derrota es difícil de digerir para el Kremlin, ya que el presidente Vladimir Putin había prometido el viernes que garantizaría la seguridad de los nuevos territorios con “todas las fuerzas y medios”, en lo que llamó “misión libertadora”.
El viernes por la noche Putin cerró una jornada de ceremonias tras anexionar cuatro territorios ucranianos: las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, y las ocupadas por las tropas rusas Zaporiyia y Jersón. “¡La victoria será nuestra!”, lanzó el mandatario en el pomposo acto entre los aplausos de miles de simpatizantes congregados en la Plaza Roja.
La derrota de ayer derriba el discurso del mandatario. Además, este repliegue de las tropas rusas tiene lugar después de la retirada hace tres semanas de la vecina región de Járkov, humillación que obligó a Putin a decretar la movilización parcial, muy impopular entre los rusos. De hecho, según la prensa, los primeros batallones con reservistas ya se encuentran sobre el terreno, aunque su presencia apenas se ha notado.
Los ucranianos tenían a Limán entre ceja y ceja desde que recuperaron la región de Járkov. Antes de firmar el viernes el tratado de anexión en el Kremlin, el líder de la autoproclamada república de Donetsk, Denís Pushilin, ya reconoció que había recibido “noticias alarmantes” de Limán, donde sus tropas estaban rodeadas.
Desde la noche del viernes los rusos intentaron frenar el avance ucraniano con intensos bombardeos, pero no pudieron. Como ocurrió con Járkov, el parte militar ruso se escudó ayer en que las unidades ucranianas tenían superioridad tanto de hombres como de equipos.
El nudo de Limán conduce tanto a los irreductibles bastiones ucranianos en Donetsk, como a la zona prorrusa en la vecina Lugansk. El imparable avance ucraniano, sumado a que la línea de frente que deben proteger los rusos tiene más de mil kms de largo, ha puesto en serios aprietos las capacidades del Ejército ruso. De hecho los ucranianos también recuperaron cinco pequeñas localidades en las inmediaciones de Limán.
Las derrotas en el campo de batalla dificultan aún más la labor del Kremlin ya que, tras revisar por segunda vez en su historia sus fronteras, no controla totalmente la geografía de las cuatro regiones anexionadas. A Moscú se le acaban las respuestas. Horas antes de la firma de los tratados de anexión, el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, adelantó en rueda de prensa que el viernes se aclararía el tema de los límites exactos de la anexión.
Incumplió su palabra. Veinticuatro horas después, los rusos siguen
Enfurecido, el líder de la república de Chechenia pidió a Putin utilizar “armas nucleares”.
sin saber exactamente qué es lo que se ha anexionado Rusia, aparte de la noción vaga de este y sur de Ucrania.
La movilización también se frenó apenas arrancó. Putin ha tenido que aplazar un mes la llamada a filas de reclutas ante la saturación en las oficinas de reclutamiento, según reconoció el sábado el Kremlin. Llamó a filas a 120.000 personas entre 18 y 27 años, que iniciarán el servicio obligatorio el 1 de noviembre. Pero todo indica que no darán abasto.