El gobierno ucraniano acusa a Rusia de secuestrar al jefe de la planta nuclear de Zaporiyia
Lo apresaron a la salida de su oficina. La AIEA confirmó el hecho y dijo que está detenido en forma “temporal”.
El proveedor de energía nuclear de Ucrania, Energoatom, acusó este sábado a Rusia de “secuestrar’’ al director de la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, una instalación que actualmente se encuentra ocupada por las fuerzas rusas y que se ubica en una región de Ucrania que el presidente ruso Vladimir Putin anexó de forma ilegal.
Según detalló Energoatom, las fuerzas rusas secuestraron al director general de la planta, Ihor Murashov, alrededor de las 16 del viernes, horas después de que Putin firmara los tratados de anexión de cuatro territorios ucranianos bajo control de las fuerzas de Moscú.
Petro Kotin, presidente de Energoatom, denunció que “las fuerzas rusas detuvieron” el viernes por la tarde a Murashov “cuando salía de la estación a Energodar, le vendaron los ojos y se lo llevaron”. “Esta detención pone en riesgo la seguridad de la central nucleoeléctrica más grande de Ucrania y Europa’’, afirmó.
Kotin le reclamó a los militares rusos que controlan la central nuclear y a los empleados de Rosatom -ente ruso nuclear- que se encuentran en la planta que “liberen de inmediato al jefe de la central y lo devuelvan al ejercicio de sus funciones para mantener un funcionamiento seguro de la central nuclear de Zaporiyia”.
El gobierno de Ucrania, a través del ministerio de Relaciones Exteriores, condenó por su parte la “detención ilegal” de Murashov y sostuvo que “este crimen es un nuevo acto de terrorismo de Estado por parte de Rusia y representa una grave violación del derecho internacional”. “Hacemos un llamado a la comunidad internaciofactoria nal, incluida la ONU, la OIEA y el G7, para que tomen medidas decisivas” al respecto, afirma el comunicado.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), por su parte, confirmó la “detención temporal” de Murashov. En un comunicado, la agencia nuclear de la ONU señaló que, tras ser informada de la detención por parte de Ucrania, contactó a las “autoridades competentes”, en referencia a Rusia, y fue informada de que Murashov “se encuentra detenido temporalmente”.
De acuerdo a su mandato de seguridad y protección nuclear, la AIEA espera una resolución rápida y satisde este asunto, dijo el director general, Rafael Grossi.
El comunicado destaca que la detención tiene un impacto “muy significativo” sobre la seguridad y protección de la planta. “La detención de un miembro del personal de la central es una fuente de grave preocupación, también por su impacto psicológico y su presión sobre el resto del personal, lo que va en detrimento de la seguridad nuclear”, advirtió Grossi.
“Su ausencia en el trabajo también tiene un impacto inmediato y grave en la toma de decisiones para garantizar la seguridad y la protección de la planta”, explicó el director general AIEA, quien expresó su esperanza en que Murashov sea liberado pronto.
Rusia está tratando de transferir la planta de energía nuclear de Zaporiyia a la compañía rusa de energía atómica Rosatom, según explicó Kotin, en declaraciones a la BBC: “Están tratando de obligar a nuestro personal a firmar acuerdos específicos para trabajar en Rosatom”, agregó.
“Suponemos que están tratando de que Murashov acepte este movimiento de los rusos para capturar la planta de energía nuclear”, dijo Kotin, recordando que Murashov es el principal oficial de seguridad de la planta y que actualmente está a cargo de 7.000 personas.
La captura de Murashov ocurrió pocas horas después de que el presidente ruso Vladimir Putin firmara documentos para anexionar a Rusia, de forma ilegal, cuatro regiones de Ucrania, entre ellas Zaporiyia.
La central nuclear de Zaporiyia ha quedado atrapada en repetidas ocasiones en el fuego cruzado durante la guerra en Ucrania. Ambos bandos se culpan mutuamente de poner en riego la planta con bombardeos en zonas muy cercanas.
Las tropas rusas capturaron la planta en marzo pasado, días después del inicio de la invasión, pero los técnicos ucranianos continuaron operando las instalaciones bajo supervisión rusa. Esto genera una fuerte tensión interna.