Clarín

Más de 160 edificios de la Ciudad revelan sus secretos en el festival Open House

Hasta hoy hay tiempo para conocer sitios públicos y privados que no suelen estar abiertos al público.

- Rocío Magnani rmagnani@clarin.com

El reloj de autómatas es una de las perlas de la arquitectu­ra que rodea la Plaza Congreso. Son dos figuras humanas de más de tres metros de altura que, a solo metros de la cúpula de la Confitería del Molino y una vez por hora, cobran movimiento para hacer sonar la campana de bronce que asoma arriba de los números romanos.

“Pocos saben que fue hecha a imagen y semejanza de un reloj en la Plaza San Marcos en Venecia”, cuenta la guía a un grupo de visitantes en el marco del festival de arquitectu­ra Open House Buenos Aires que comenzó ayer y termina hoy. El edificio, del arquitecto Atilio Locati, actualment­e es ocupado por la Auditoría General de la Nación (AGN). Ubicado en Rivadavia 1745, fue construido en 1926 con inspiració­n directa en la “Torre dei Mori” o “Torre dell’Orologio” de la Plaza San Marcos de Venecia para el Instituto Biológico Argentino, que funcionó allí hasta 1949.

Quedan de esa época las vidrieras en la entrada, donde solían exhibirse los sueros y medicament­os; el ascensor de madera original, y la sala de columnas de estilo corintio de estuco y mármol.

“Me parece una obra representa­tiva de una época que dejó mucha riqueza y educación en la Argentina”, opina José Migueliz, de 78 años, que llegó desde General Villegas, Provincia de Buenos Aires, para hacerse estudios médicos y aprovechó la visita para pasear junto a su esposa María Teresa Alberdi (75).

Cuando el Instituto Biológico entró en problemas financiero­s, a fines de los años 40, el edificio “Presidente Raúl Ricardo Alfonsín”, como se llama ahora, pasó a manos del Instituto Nacional de Previsión Social (INPS) y recién en 2014 a la AGN.

Entonces, fue sometido a un trabajo de puesta en valor y remodelaci­ón en sus casi 100 mil metros cuadrados: además de restaurar el reloj mecánico, que llevaba años sin funcionar, se adaptaron algunos sectores para el uso de oficinas.

Open House Buenos Aires, el evento que se realiza por décimo año consecutiv­o en la Ciudad, es parte de una iniciativa internacio­nal que busca abrir las puertas de espacios públicos y privados que no suelen recibir visitas. Esta edición cuenta con 164 edificios disponible­s: hay clásicos, antiguos, a estrenar y en funcionami­ento.

A la altura de Palermo, otra de las joyas del festival de arquitectu­ra y urbanismo es el edificio de oficinas Line Park Office, en Salguero 3350.

La morfología del terreno, entre dos vías de ferrocarri­l, determinó la forma del edificio, cuya longitud supera 10 veces su ancho, lo que marca la identidad del espacio en forma de línea. “Eso lo hace más sustentabl­e, porque tiene mucha luz natural”, cuenta un guía.

La ubicación del Line Park Office no solo marcó la forma del edificio, sino también sus materiales. Cuando diseñaron el proyecto, el estudio AS Arquitecto­s “mandó a hacer un hormigón con esferas de 18 centímetro­s para alivianar el peso de la estructura y aguantar las vibracione­s de los trenes Mitre y San Martín”, explica el guía.w

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F. IMAS Line Park Office. Uno de los edificios que se puede visitar.

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