Ortega, más aislado: rompe vínculos con Países Bajos y no recibe al embajador de EE.UU.
Los acusa de intervenir en los asuntos internos. El miércoles había echado a la embajadora de la Unión Europea.
El régimen de Nicaragua profundizó su aislamiento internacional al expulsar a la embajadora de la Unión Europea (UE), romper relaciones diplomáticas con los Países Bajos y rechazar la llegada del nuevo embajador asignado de Estados Unidos.
El último eslabón de esa cadena de reacciones diplomáticas tuvo lugar ayer, cuando el presidente Daniel Ortega cortó sus vínculos con el gobierno neerlandés al cuestionar su “intervencionismo” en los asuntos internos del país, según dijo la cancillería nicaragüense. Un día antes, la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, había anunciado que el designado embajador de Estados Unidos, Hugo Rodríguez, “no será admitido” en Nicaragua por sus posiciones “injerencistas”, pese a que el Senado estadounidense confirmó el jueves su nominación. El miércoles, finalmente, la embajadora de Bruselas ante Managua, la alemana Bettina Muscheidt, fue citada por la cancillería nicaragüense para notificarle verbalmente que debía abandonar el país. Mucheidt abandonó ayer Nicaragua, tras ser declarada “persona non grata”. El gobierno no se pronunció oficialmente sobre su expulsión.
La salida de Muscheidt se produce en medio de fuertes cuestionamientos de Ortega contra la UE, que ha pedido varias veces el cese de represión a opositores y aplicado sanciones contra decenas de funcionarios, allegados y familiares del mandatario.
Coincide, además, con la fuerte arremetida del gobierno contra la OEA, la ONU, Estados Unidos, el Vaticano y países que han cuestionado el cuarto mandato consecutivo que Ortega obtuvo en 2021, con todos sus principales rivales presos o en el exilio.
En ese contexto, Managua anunció el viernes la ruptura de relaciones con Países Bajos, a los que acusó de “intervencionistas” por criticar su gobierno y suspender el financiamiento para un hospital. “Nicaragua ante la reiterada posición injerencista, intervencionista y neocolonial colonialista del reino de los Países Bajos (...) comunica al Gobierno de ese país nuestra decisión de descontinuar inmediatamente las relaciones diplomáticas”, informó la cancillería. Poco antes, Ortega había asegurado en un acto oficial que su gobierno no quería tener relaciones “con ese gobierno intervencionista”.
Ayer, el canciller neerlandés Wopke Hoekstra lamentó la “desproporcionada” decisión de Nicaragua y resaltó que seguirá criticando las violaciones de derechos humanos en ese país. “Un “debate crítico es siempre mejor que acabar con las relaciones” diplomáticas, dijo en un tuit.
Con relación al embajador designado de EE.UU., Managua le retiró el plácet en julio por las declaraciones “irrespetuosas” que ofreció ante el Senado de su país, donde tildó al gobierno de Ortega de “dictadura”. Rodríguez abogó además por sacar a Nicaragua del Cafta (Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos).
Más de 200 opositores están presos en el marco de la crisis política que vive Nicaragua desde las masivas protestas opositoras de 2018, que el gobierno vinculó a un supuesto fallido golpe de Estado promovido por Washington.
Entre los detenidos están siete ex aspirantes a la presidencia y al menos siete religiosos, entre ellos el obispo Rolando Álvarez, un crítico del gobierno en arresto domiciliario desde el 19 de agosto, en una fuerte ofensiva contra la Iglesia Católica.