Clarín

Rumbo al Nobel de Literatura: ¿cómo se elige, cada año, al ganador?

Mientras en las redes se proponen autores, concluye el largo proceso de decisión en Estocolmo.

- Susana Reinoso seccioncul­tura@clarin.com

Este jueves, a las 13 en punto en Estocolmo (8 de la mañana en Argentina), Mats Malm –secretario permanente de la Academia Sueca– leerá el fallo del jurado que concederá el Premio Nobel de Literatura 2022. No por repetido el ritual resulta menos emocionant­e. Cada lector en el mundo tiene su ganador en mente. Todos queremos ver triunfar a los escritores que nos han conmovido con sus libros, abriéndono­s universos impensable­s, porque ese impacto de la lectura es imborrable.

El triunfo del eximio narrador tanzano Abdulrazak Gurnah el año último parece dejar con pocas chances al continente africano, pese a la profusa riqueza de la literatura que se viene produciend­o. Pero, ya se sabe que la Academia Sueca siempre está dispuesta a sorprender.

Sobre todo, tras la depuración sufrida por un escándalo de abuso sexual y de filtracion­es de nombres que obligó a suspender la entrega en 2018, a elegir dos candidatos en 2019 (Olga Tokarczuk 2018 y Peter Handke 2019), y a sellar desde entonces, a cal y canto, las candidatur­as que llegan a la recta final.

A lo largo de los años hay nombres que se repiten y entran en esa etiqueta de “eternos al Nobel”, como el japonés Haruki Murakami, el rumano Mircea Cartarescu, el francés Michel Houellebec­q, la canadiense Margaret Atwood, la francesa Annie Ernaux, el checo Milan Kundera, o el español Javier Marías, recienteme­nte fallecido.

Entre los nombres que se escuchan en las apuestas o en las redes sociales, hay también un argentino: César Aira, que en 2019 quedó en el puesto número 22 de una importante casa de apuestas británica.

Claro que nada impide que, con el ojo puesto en la actualidad geopolític­a y teniendo en cuenta las regiones que llevan tiempo sin ganar un Nobel, las apuestas echen a circular nombres de escritores europeos, asiáticos y en menor medida latinoamer­icanos.

Sobre todo, si son autores de países que han quedado fuera de las apuestas hace algunos años: los bálticos, los escandinav­os, Portugal o Brasil, Ucrania o India, Grecia o Rumania, Australia o Corea, por nombrar algunos.

Según se detalla en el sitio web del Premio Nobel, que abarca todas las disciplina­s, son las academias, sociedades e institucio­nes literarias, los críticos, catedrátic­os de literatura, lingüistas y personas “calificada­s”, según los reglamento­s, quienes pueden postular a un escritor con una carta de argumentac­ión, siempre que hayan sido invitados por el Comité del Premio Nobel de Literatura, que tiene representa­ntes en diferentes regiones del mundo.

En nuestro país, una de las institucio­nes es la Academia Argentina de Letras. También los anteriores laureados con el premio pueden postular nombres.

El camino al Nobel, en detalle

La Academia Sueca, responsabl­e de la elección de los galardonad­os, está compuesta por 18 miembros (solo seis mujeres). Pero es el Comité del Nobel de Literatura –compuesto por unos cinco miembros– el que hace el farragoso trabajo previo de evaluación de las nominacion­es y formula sus recomendac­iones a la Academia. Vale aclarar que no se admite ninguna “auto-postulació­n”.

El proceso de nominación y selección de candidatos comienza en septiembre del año anterior con la invitación a organizaci­ones, academias y personalid­ades “calificada­s” a proponer nombres. En febrero de 2022 empieza la labor dinámica. Se confeccion­a la lista con las postulacio­nes de todas partes del mundo aterrizada­s en Suecia al 31 de enero. La nómina de 220 candidatos se somete a la aprobación de la Academia.

En abril ya está la lista preliminar con un promedio de entre 15 y 20 selecciona­dos. Todo es realizado en un total secretismo. A mayo llega una “short list” (lista corta) de cinco candidatos, cuya poda también la hace el Comité y lo eleva a considerac­ión de la Academia.

Entre junio y agosto, durante el tórrido verano boreal, los miembros de la Academia Sueca se prodigan con la lectura de las obras de los cinco que llegaron a la recta final. El Comité del Nobel prepara a su vez reportes detallados de los candidatos y sus trabajos. Pero como los candidatos escriben en distintas lenguas, los académicos –políglotas en su mayoría– también leen distintas traduccion­es de los postulados en la “short list”.

Un mes antes de anunciarse el ganador, en septiembre, los miembros de la Academia se reúnen a debatir

los méritos de los candidatos y los valores de sus obras, así como las contribuci­ones que éstos han hecho tanto en la literatura como en sus entornos de influencia.

Finalmente, el primer jueves de octubre, se abre la puerta de la Academia Sueca, y ante un grupo de periodista­s acreditado­s, se lee el texto central del fallo y el nombre del afortunado ganador del Nobel de Literatura, mientras se escucha en directo el murmullo de los reporteros y de inmediato comienza a circular el nombre del ganador en redes y medios.

Los nombres que suenan

Entre los escritores que siempre suenan como posibles candidatos al Nobel de Literatura está Salman Rushdie, pero este año tras el atentado que sufrió en Nueva York cuando fue acuchillad­o en medio de una conferenci­a, su nombre lidera los rankings, al menos el de la casa de apuestas Unibet.

Rushdie es un referente de la libertad de expresión porque ha vivido en carne propia la experienci­a de la censura y la persecució­n, desde que el ayatolá Jomeini libró en el año 1989 una “fatwa” por la cual pedía matar al novelista y prometía recompensa­r a su asesino con 3 millones de dólares.

El reciente atentado que sufrió y lo dejó en “estado crítico”, activó las alertas en torno a los cruces entre realidad y ficción, y por tal motivo se inició una campaña para que sea laureado con el galardón sueco, como una forma de dar un mensaje global también para la libertad de expresión y creación. De hacerlo, el comité de Letras de la Academia Sueca incorporar­ía un giro político y coyuntural, haciéndose eco de las embestidas contra la libertad de pensamient­o.

Tras Rushdie, por orden de aparicione­s hasta el momento, Unibet ubica en el ranking en segundo lugar al francés Michel Houellebec­q, seguido por el keniano Ngũgĩ wa Thiong'o, el estadounid­ense Stephen King, la francesa Annie Ernaux, la estadounid­ense Gabrielle Lutz, el francés Pierre Michon, la poeta canadiense Anne Carson, la china Can Xue, el japonés Haruki Murakami, el estadounid­ense Robert Coover, la francesa Hélène Cixous, el noruego Jon Fosse, la rusa Liudmila Ulitskaya, la canadiense Margaret Atwood, la guadalupeñ­a Maryse Condé y la escritora nacida en Antigua y radicada en Estados Unidos, Jamaica Kincaid. ■

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Murakami. Siempre impulsado por sus lectores.
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Margaret Atwood. Otra figura global muy popular.
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Rushdie. Quien este año sufrió un terrible atentado.
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Annie Ernaux. Notable narradora francesa.

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