Escala la violencia y la Policía israelí llama a los civiles a usar armas ante la ola de ataques
Ayer murieron dos palestinos en choques en Cisjordania. Israel anunció que demolerá casas de “familias terroristas”. Ya hubo 34 muertos en enfrentamientos en lo que va de enero.
La violencia se expande sin freno otra vez en el eterno conflicto de Oriente Medio. Dos nuevos choques entre fuerzas de seguridad israelíes y civiles palestinos se saldó ayer con igual número de muertos en Kedumim y en Yenin, ambas en la Cisjordania ocupada, en el inicio de una semana bajo tensiones que promete ser tan sangrienta como la anterior. Bajo esa premisa, el jefe de la Policía de Israel llamó a los civiles con licencia a portar armas en las calles ante la creciente ola de ataques.
Enero ha sido uno de los meses más sangrientos en Cisjordania y el este de Jerusalén en los últimos años, luego de dos recientes ataques palestinos contra israelíes en Jerusalén, en réplica a una redada israelí en un asentamiento palestino. En los últimos cuatro días hubo 19 muertos. Como parte de su respuesta a la reacción palestina, el gobierno del premier Benjamin Netanyahu selló ayer la vivienda de uno de los acusados por atentar contra israelíes y anunció que demolerá las casas de los palestinos involucrados en ataques.
La escalada de violencia amenaza con aumentar aún más las tensiones y ensombrecer la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, quien llegó ayer a Egipto y estará mañana en Israel.
Ayer, en el primero de los enfrentamientos del día, un palestino de 18 años recibió un disparo mortal de un guardia de seguridad junto al asentamiento de Kedumim en Cisjordania. El ejército israelí dijo que un guardia del asentamiento identificó a un hombre armado con una pistola fuera de la colonia y le disparó.
El ministerio de Seguridad palestino también confirmó la muerte de otro de sus ciudadanos de 24 años que resultó herido en una incursión del ejército israelí en Yenín.
Los tiroteos del fin de semana siguieron a una incursión israelí en Cisjordania el jueves que mató a 9 palestinos, la mayoría de ellos milicianos. En respuesta, los milicianos palestinos en la Franja de Gaza dispararon una andanada de cohetes contra Israel, lo que provocó una serie de ataques aéreos israelíes en respuesta.
El viernes, un palestino baleó una sinagoga en Jerusalén, matando a siete personas antes de ser abatido por la policía. La prensa israelí informó que seis de los fallecidos eran israelíes en tanto que la séptima víctima es la ucraniana Irina Korlova, una trabajadora de la salud.
El sábado, un chico palestino de 13 años hirió con su arma a un padre y a su hijo en el este de Jerusalén, en el
El nuevo pico de ataques se produce a horas de que llegue Antony Blinken a Israel.
barrio de Silwan. Israel dijo que el atacante fue “herido y neutralizado” por las fuerzas de seguridad. Pocas horas antes, ese mismo día, hubo otro episodio violento cuando un hombre armado ingresó a un restaurante en un asentamiento judío de Cisjordania y disparó sobre los asistentes. Sin embargo, el arma se trabó, no hubo heridos y el agresor huyó.
Bajo este incremento de la violencia, que desde inicios de mes lleva ya 34 muertos, el primer Netanyahu anunció una contundente réplica de su gobierno. “No buscamos una escalada, pero estamos preparados para cualquier escenario. Nuestra respuesta al terrorismo es mano dura y una respuesta fuerte, rápida y precisa ”, agregó tras una reunión del gabinete de seguridad.
En su mensaje, Netanyahu dijo que había ordenado “sellar la casa del terrorista” que llevó a cabo el horrendo ataque en Jerusalén, y que la vivienda será demolida , en una de las primeras medidas de represalia contra los “familiares de terroristas”.
El gabinete de seguridad israelí había anunciado el sábado por la noche que tomaría medidas contra “los familiares de terroristas que apoyan el
terrorismo”. Entre las medidas citadas figura la posibilidad de privarlos de la seguridad social o de quitarles la documentación de identidad israelí que les permite trasladarse y trabajar. Esta última será examinada en consejo de ministros.
En este contexto, el comisario general de la Policía de Israel llamó en la noche del sábado a todos los residentes que posean armas de fuego con licencia a que las porten, tras los tres ataques armados perpetrados en Jerusalén este ocupado y en Cisjordania ocupada.
“A lo largo de los años, más de una vez, civiles expertos en el uso de armas autorizadas neutralizaron a terroristas y evitaron ataques más graves cuando se encontraban cerca del lugar de un ataque”, dijo el comisionado Yaakov Shabtai, según un comunicado de la Policía. “Esos ciudadanos incluso evitaron daños a civiles y fuerzas de seguridad más de una vez”, añadió.
Israel se encuentra en estado de máxima alerta después de tres ataques con arma de fuego en menos de 48 horas -dos de ellos en Jerusalén este-, en una de las peores escaladas de los últimos años en el conflicto palestino-israelí.
Desde el último jueves hasta ayer hubo 19 muertos en Cisjordania y en Jerusalén Este.