Recuerda el caso María Soledad y a la monja Pelloni
Hace varios años tuve la oportunidad de conocer al hijo de un ex gobernador de Catamarca. Claro, antes del homicidio de María Soledad Morales. Comprendí en esas conversaciones que los hijos del poder de las provincias feudales, no sólo son los dueños de las tierras y de todos los negocios, sino también de las vidas de los pobladores. Pasa en Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja, Formosa y también en ciudades sureñas como Bariloche. Pero nadie sabe nada ni nadie hace nada, como siempre.
El Caso de María Soledad fue emblemático, no por ser la primera chica desaparecida y asesinada, además de drogada y abusada. Hubo muchos casos así en nuestra país feudal, que nadie se animó a denunciar hasta que apareció la monja Martha Pelloni, quien con sus marchas denunció y visibilizó las barbaridades de los hijos del poder.
El Caso de Santa Cruz tiene similitudes, pero con el agravante que el modelo fue “exportado” a toda la república. Robo, intimidaciones, privilegios, sobornos, impunidad.
Esa es la Argentina que heredamos y debemos cambiar desde sus raíces, porque estos personajes son los que se quedan con el esfuerzo de los argentinos, viven de los aportes de la administración central, mientras mantienen a sus provincias en un estado de miseria e ignorancia, que aprovechan para eternizarse en el poder.
El kirchnerismo es un emergente de este modelo feudal, donde el patroncito es dueño hasta de los vientres de las criadas. Claro, esto no nació ayer, viene de muy lejos y se alimenta del silencio de muchos. Necesitamos muchas monjas Pelloni, para desarmar la intrincada red de intereses y complicidades que nos mantiene en el subdesarrollo.
Esteban Tortarolo etortarolo@gmail.com