Asediado por protestas, el Congreso peruano debatirá el adelanto de las elecciones
Lo aceptó ayer en una votación tras haberlo rechazado el viernes. Se buscará una fecha electoral para este año como salida a la crisis política que paraliza al país.
Jaqueado por múltiples protestas en todo Perú, el Congreso Nacional aceptó ayer finalmente debatir un pedido para adelantar los comicios presidenciales y legislativos en octubre y permitir que un nuevo presidente gobierne desde inicios de 2024. La aceptación legislativa sigue a un sonoro rechazo del mismo planteo el último viernes, en momentos en que la agudización de la crisis peruana comienza a repercutir en la economía con el telón de fondo de al menos 58 muertos y centenares de heridos durante una cuestionada represión policial.
La decisión se logró con 66 votos a favor, 49 en contra y 6 abstenciones (en un Congreso unicameral de 130 asientos) y ahora los legisladores comenzarán a debatir una fórmula para fijar una posible fecha electoral.
La reconsideración se produce en medio de manifestaciones iniciadas hace casi dos meses de miles de peruanos que piden la dimisión de Boluarte, así como de los miembros del Parlamento para que sean reemplazados en nuevos comicios.
Boluarte había presionado al Parlamento el último domingo afirmando que, de no prosperar el consenso para debatir su pedido de adelanto de elecciones para 2023 , el gobierno presentaría dos iniciativas legislativas: la primera con la que se pedirá adelanto de elecciones para octubre y la segunda, que el próximo Congreso le encargue a la Comisión de Constitución “la reforma de la Constitución”.
“Voten por el Perú a favor del país adelantando las elecciones al 2023 y digamos al Perú entero con la más alta responsabilidad que nos vamos todos”, dijo Boluarte, que al asumir rechazaba recortar su mandato pero cambió de opinión con el agravamiento de las protestas. Ayer, en las afueras de Lima, en el barrio popular de Huaycán, cientos de personas marcharon con una pancarta gigante que decía “Ni un muerto más, Dina renuncia ya”.
Anoche, se ignoraba cuál sería el resultado final del nuevo debate sobre el adelantamiento de los comicios ya que el Parlamento está fragmentado en 13 bloques con intereses muy divergentes. En general, una mayoría se resiste a convocar a nuevos comicios ante el temor de no poder mantener sus bancas. Pero podría haber negociaciones de última hora entre bancadas que permitan encontrar una salida a una crisis que no muestra solución a la vista.
En caso que no se logren acuerdos, Boluarte y los 130 legisladores tendrán que continuar en sus funciones hasta 2026 según lo establece la ley.
Ayer, la Organización de Estados Americanos pidió al Gobierno peruano que convoque elecciones generales prontamente y señaló su preocupación por el uso excesivo de la fuerza durante las protestas, iniciadas poco después de que, el 7 de diciembre último, el ex presidente pedro Castillo intentara cerrar el Congreso, en un virtual golpe de Estado.
Tras ser destituido por el Parlamento y encarcelado por la justicia, miles de sus seguidores salieron a las calles, especialmente en el sur del país, para pedir su liberación y el cierre del Parlamento, que puso múltiples trabas a su gestión.
Con la asunción de la entonces vicepresidenta Boluarte como su reemplazo, se desató la represión policial con decenas de muertos, que derivó a su vez en nuevas marchas en todo Perú, ahora en reclamo de la renuncia de la jefa de Estado.
Según un sondeo nacional de la encuestadora CPI publicado ayer por la emisora RPP, el 70,9 % de los ciudadanos considera que “lo mejor” es que las elecciones se adelanten para este año, tal como ha planteado Boluarte y un sector del Congreso. Otro 19 % de los entrevistados respaldan una propuesta inicial para que el adelanto de comicios se haga para abril de 2024 y solo un 0,5 % considera que las actuales autoridades deben concluir el periodo de gestión, en 2026.
Los cortes de ruta han sido una constante desde el inicio de las manifestaciones, y han ocasionado escasez de productos básicos y combustible en varias provincias. “Las marchas van a continuar porque no hay signos de que el Ejecutivo renuncie”, dijo ayer el secretario general de la CGT peruana, Gerónimo López. El poder político ha sido incapaz de encontrar una respuesta a las demandas, sobre todo de zonas rurales del sur, históricamente postergadas, que habían apostado a mejorar con la llegada de Castillo a la presidencia.