El FMI anticipa que la economía mundial crecerá menos durante este año
El organismo prevé un aumento del 2,9% contra el 3,4% de 2022. La inflación empezará a ceder en varios países.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó ayer que el crecimiento de la economía mundial será débil este año y advirtió que, si bien la lucha contra la inflación comienza a dar frutos a nivel global, los bancos centrales deben continuar con sus esfuerzos para bajarla porque los riesgos persisten.
En una actualización de su Informe de Perspectivas Globales (WEO, por sus siglas en inglés) el organismo ajustó los pronósticos para este año y alertó sobre los desafíos más importantes que afrontará la economía mundial. Pierre Olivier Gourinchas, Director de Investigaciones del organismo, presentó desde Singapur el informe que se titula “La inflación tocó máximos en un contexto de decrecimiento”.
El Fondo proyecta que el crecimiento mundial registrará un descenso desde el 3,4% de 2022 al 2,9% en este año. El pronóstico para 2023 es 0,2 puntos porcentuales más alto que el vaticinado en octubre de 2022, pero inferior a la media histórica (2000– 19) de 3,8%. En 2024 el crecimiento repuntará a 3,1%. En América Latina y el Caribe se proyecta que el crecimiento disminuya de 3,9% en 2022 a 1,8% en 2023.
Las cifras del FMI para este año son más optimistas que las que presentó el 7 de enero el Banco Mundial, que proyectó una fuerte caída del crecimiento a 1,7% para 2023, menos del 3% vaticinado hace 6 meses.
Respecto de la lucha contra la inflación, Gourinchas dijo que “está empezando a dar sus frutos, pero los bancos centrales deben continuar sus esfuerzos”.
El Fondo prevé que la inflación mundial disminuya de 8,8% en 2022, a 6,6% en 2023 y a 4,3% en 2024, niveles aún superiores a los observados antes de la pandemia (2017–19) de alrededor del 3,5%. “El crecimiento seguirá siendo débil según los estándares históricos, ya que la lucha contra la inflación y la guerra de Rusia en Ucrania pesan sobre la actividad”, dijo Gourinchas.
Sin embargo, agregó que “a pesar de estos vientos en contra, las perspectivas son menos sombrías que en nuestro pronóstico de octubre, y podrían representar un punto de inflexión, con el crecimiento tocando fondo y la inflación disminuyendo”. El Fondo destacó ciertas mejoras en el tercer trimestre del año pasado, con “mercados laborales sólidos, un consumo de los hogares e inversión empresarial sólidos, y una adaptación mejor de lo esperado a la crisis energética en Europa”.
Señalan que la inflación también mostró mejoras a nivel global y las medidas generales adoptadas para frenarlas ahora se están moderando en la mayoría de los países, aunque destacan que la inflación subyacente -que excluye los precios más volátiles de la energía y los alimentos-, aún no ha alcanzado su punto máximo en muchos países.
También señalan el impacto positivo de la reapertura de China, una mejora de las condiciones financieras mundiales y un debilitamiento del dólar como un “modesto alivio” para los países emergentes y en desarrollo. El Fondo sin embargo advierte que para las economías avanzadas la desaceleración será más pronunciada, con una disminución desde el 2,7% el año pasado a 1,2% este año. “Nueve de cada diez economías avanzadas probablemente se desacelerarán”, advierten. El crecimiento de Estados Unidos se desacelerará de 2% en 2022 a 1,4% este año y la política de tasas de interés que siga la Reserva Federal será clave en lo que viene.
“Las condiciones de la zona del euro son más difíciles a pesar de las señales de resistencia a la crisis energética, un invierno suave y un generoso apoyo fiscal”, señalan. Pronostican apenas un 0,7% este año.
Las economías de mercados emergentes y en desarrollo ya han tocado fondo como grupo, y se espera que el crecimiento aumente modestamente a 4% y 4,2% este año y el próximo. A medida que se terminan las restricciones por los brotes de Covid, China repuntará a 5,2% este año.
El FMI, sin embargo, advierte sobre varios riesgos que podrían complicar el crecimiento mundial. La recuperación de China podría estancarse en medio de interrupciones económicas mayores de lo esperado por olas actuales o futuras de infecciones por Covid. La inflación podría mantenerse alta en medio de la continua rigidez del mercado laboral y las crecientes presiones salariales, lo que requeriría políticas monetarias más restrictivas y una desaceleración más aguda de la actividad.
Según el FMI, una escalada de la guerra en Ucrania sigue siendo una amenaza importante para la estabilidad mundial que podría desestabilizar los mercados de energía o alimentos y fragmentar aún más la economía mundial.
Asimismo, una revalorización repentina en los mercados financieros, por ejemplo en respuesta a malas noticias sobre inflación, podría endurecer las condiciones, especialmente en las economías de mercados emergentes y en desarrollo.