Palermo: un monumento escondido y el primer paso para la restauración
Después de 30 años de demora. Es el Pabellón del Centenario, el único edificio que se conserva de los festejos de 1910. Un fallo de la Corte Suprema ordenó la obra.
Arrancó el proceso para la restauración del único edificio que se conserva de los festejos que se llevaron a cabo en 1910, por los cien años de la Revolución de Mayo. Se trata del Pabellón del Centenario. Formó parte de una feria internacional para la que se construyeron otros 34 edificios de diferentes tamaños, morfología y destino. Bajo el concepto de la arquitectura efímera, todos ellos fueron desensamblados. Sin embargo este Pabellón lo resistió todo: no sólo el desarme, sino también el abandono, el vandalismo y el olvido.
Está en Palermo, en terrenos del Regimiento Infantería 1 de Patricios del Ejército Argentino-, donde funciona un supermercado. No es accesible al público. Los usuarios del Ferrocarril Mitre que saben de su existencia pueden divisar su cúpula durante algunos segundos, al paso del tren. También es visible desde Avenida Dorrego, ya que asoma por encima del terraplén.
Una orden de la Corte Suprema de Justicia de la Nación -intervino con un fallo inusual para este tipo de temática, vinculada al patrimonio- puso en marcha un proceso que debería haberse iniciado en 1994, en el momento en que el Ejército le concesionó las tierras a Cencosud, empresa propietarias del supermercado.
En las tierras que cedió el Ejército estaba este pabellón histórico. Por contrato, la empresa debía restaurarlo y mantenerlo. Cosa que no sucedió. Con el fallo de la Corte, y sin margen para demoras, en las primeras semanas de este año comenzaron los trabajos, que serán monitoreados por la Comisión Nacional de Monumentos, Bienes y Lugares Históricos.
El Pabellón es Monumento Histórico Nacional desde 2010, por este motivo la Comisión ejerce la tutela sobre el edificio. Su nombre original es: Gran Pabellón Central de la Exposición Internacional Ferroviaria y de Transporte.
Los trabajos serán titánicos. El edificio se encuentra en un estado desolador. En diciembre Clarín publicó un relevamiento fotográfico exclusivo con la situación edilicia: mampostería desprendida, paredes rotas a mazazos, plantas creciendo en los muros, pisos que han desaparecido por completo, hierros asomando y techos agujereados.
Desde la empresa Cencosud compartieron un comunicado para dar cuenta de los detalles de la obra. Por un lado, confirmaron que el estudio Jorge Gazaneo & Asociados trabajará en la restauración del Pabellón. Su titular -ya fallecido- fue un pionero en temas vinculados a la protección del patrimonio. "Y paralelamente a las tareas de limpieza y relevamiento arquitectónico y arqueológico, con las que inició este proceso, se está trabajando en la realización del anteproyecto de las obras de restauración", explicaron.
Como se dijo, estas obras están monitoreadas por la Comisión. Su presidenta, la arquitecta Mónica Capano, aclaró: ”En esta primera instancia, los trabajos consisten en despejar y limpiar el área a intervenir, para luego realizar una prospección arqueológica con el fin de descubrir piezas originales. En segundo lugar, se procederá al armado de andamios que permitan acceder a los diferentes sectores del edificio y se procederá a tomar muestras y relevar las patologías mediante un mapeo y posterior registro. Finalmente, se emitirá un diagnóstico preciso para proponer el tratamiento adecuado"
La funcionaria aclaró que Cencosud "deberá elaborar un proyecto de intervención que será analizado y evaluado antes del inicio de las tareas de restauración". La clave del proceso será una mesa de diálogo, de la que forman parte todos los actores: “La única forma de hacer sustentable el patrimonio es desde lo participativo", evaluó Capano.
Sandra Guillermo es arqueóloga urbana y estará al frente de una de las etapas de esta obra. La anteceden al menos dos importantes tareas realizadas: la Confitería del Molino y el Museo del Bicentenario. Contratada por Cencosud, es también muy valorada por la gente de la Comisión. Le contó a Clarín que en estos días ingresaron al Pabellón para realizar las tareas de acondicionamiento.
"No hay pisos, entonces fue necesario armar una pasarela para movernos y accesos para poder bajar al subsuelo. Tal como estaba era inaccesible. Además, hay que desinfectar el lugar, en el que vamos a pasar muchas horas con el equipo", explicó.
Respecto a su trabajo específico, se trata de lo que se conoce como prospección arqueológica. Junto a su equipo, interviene antes de que se haga una limpieza del lugar; hacen una exploración del área para detectar objetos o información vinculada a la historia, los usos y la construcción de los bienes patrimoniales.
Tiene por delante un cronograma de trabajos que demandará al menos dos semanas pero que lógicamente dependerá de lo que vayan hallando a medida que exploran: "Es un trabajo que nos genera muchas expectativas, por lo que significa el Pabellón y porque a lo largo de más de 110 años tuvo diferentes usos y ocupaciones, entonces es factible que se hallen objetos y evidencia arqueológica", explicó la arqueóloga.
En 1994, la empresa Cencosud firmó el contrato de concesión con el Ejército Argentino. Allí la empresa se comprometió a restaurar y mantener el Pabellón. Cosa que evidentemente no ocurrió. El contrato con la empresa se prorrogó en 2009 y 2019 y se dejó constancia de que las cláusulas originales mantenían su vigencia.
En 2014, el Ejército inició la demanda por incumplimiento. En 2018, la justicia hizo lugar a esta demanda y, en primera instancia, ordenó a Cencosud dar cumplimiento al compromiso asumido en 1994.
En 2019, Cencosud apeló el fallo. La apelación fue rechazada y se confirmó la sentencia de primera instancia que había establecido la obligatoriedad de restaurar el Pabellón hasta lograr un grado de terminación similar al que poseía originalmente, incluyendo el mantenimiento de las fachadas, los ornamentos y los dispositivos conexos. El caso terminó en la Corte. Ordenó que los trabajos sean financiados por Cencosud y que sean monitoreados por la Comisión. ■