Clarín

La nueva guardia El folclore argentino tiene quien lo cuide y cante

Alejandro García, Maggie Cullen, Priscila Colom, Ferni, Emanuel Gabotto y Los Tabaleros ofrecen expresione­s novedosas sin dejar de reconocer sus raíces.

- Eduardo Barone Especial para Clarín

En estos mismos momentos la República Argentina arde con miles de artistas jóvenes que están elevando un nuevo folclore como música imprescind­ible de este tiempo urgente. Vamos por partes. Existe un folclore sub-cuarenta. Y existe un folclore sub-treinta. Pero los que se vienen comiendo el mapa son los del folclore sub-veinte. Que son legión.

Lo han demostrado ya en la 18ª Fiesta Nacional del Chamamé en Corrientes (terminó el pasado 22 de enero) y lo ratificaro­n de manera contundent­e en el más amplio (en cuestión de géneros) 63ª Festival de Cosquín, que recienteme­nte finalizado vio pasar por su escenario de la plaza Próspero Molina a luminarias del género y, por primera vez, a quien parece ser la nueva gran promesa del folclore joven, Maggie Cullen.

Maggie se hizo conocida por su participac­ión en La Voz Argentina 2021, y a pesar de que no ganó en aquella oportunida­d, comenzó una vertiginos­a carrera ascendente que la llevó incluso a ser invitada a shows de Abel Pintos y La Sole. Desde sus frescos 21 años esto es lo que ella piensa: “Escucho folclore desde muy chica, Me parece muy interesant­e esto de la fusión de generacion­es. Pienso y veo que el folclore no es de museo, que está vivo y que para muchas personas de este país es fundamenta­l y nos acompaña cada día. Es parte de lo que somos, de nuestra identidad”.

Priscila Colom tiene 17 años y es una de las revelacion­es de la música litoraleña. A los 8 encontró en su casa un tecladito de juguete y se puso a sacar el tema de La Pantera Rosa. Un poco después se topó con el acordeón de un tío y el chamamé se le metió en la sangre. Hoy arrasa en cuanto festival se presenta. “Llevo diez años recorriend­o escenarios. Hay muchos artistas emergentes de altísima calidad. Tanto los chicos de mi edad y aún más pequeños que van defendiend­o esta hermosa música, que es el folclore y el chamamé. Los admiro por defender nuestras raíces y por no dejar morir nuestra música. Es un camino bastante complicado, es sacrificad­o, pero no hay que bajar los brazos, si amamos lo que hacemos”.

Siguiendo por el litoral y elevando el rango etario encontramo­s a la misionera Flor Bobadilla Oliva. Una voz exquisita que rescata viejas voces guaraníes. Actualment­e está presentand­o su nuevo trabajo titulado Solita mi alma, folclores de selva y puerto narrados para piano y voz. “El folclore siempre es nuevo, hay una necesidad de revisar la historia siempre. El mercado soslaya una parte de lo independie­nte o del arte en sí, gente que anda recorriend­o el mundo y representa­ndo a su país afuera o en otras provincias. Ellos vienen a traer un decir refrescado de algo anterior de lo ya conocido. El tejido del folclore siempre es con un tipo de raíz, siempre hay algo adonde tenemos que volver y tiene que ver con lo clásico. Lo nuevo es nada más que seguir contando la historia, la historia real y sencilla”.

Indudablem­ente éste es un momento de inflexión, de quiebre en nuestro folclore. Como lo ha sido tantas veces en el pasado. Y si bien los grandes próceres del género siguen señalando el camino (Atahualpa, Eduardo Falú, el Cuchi Leguizamón, Jorge Cafrune, entre tantos otros), la tarea de los más jóvenes viene siendo mixturar, mezclar ese mismo pasado con lo presente para construir un adecuado futuro.

En los años '90 vimos aparecer tres nuevas figuras (hoy ya consagrada­s) que en aquel momento hicieron su propia revolución: Abel Pintos, La Sole y Luciano Pereyra. A la par, en el año '93 los Divididos salían con una versión bluseada de ese himno de Yupanqui que es El arriero y sacudieron el ambiente. Todo es tratar de atreverse, y audacia será siempre el nombre de este juego.

Alejandro García, un cantor jujeño sub-30, tiene un concepto muy claro. “Hay una camada grande de nuevos poetas, de nuevas cantoras, que no precisamen­te son escuchados en los lugares que conocemos como masivos. En Jujuy soy testigo de muchos de esos artistas jóvenes que sostienen sus canciones propias, pero no son los más invitados a festivales, como la cantora Dani García, o Manu Estrada que presentó su disco con puros bailecitos, un genero milenario

Existe un folclore sub-20 que se viene comiendo el mapa del género, con talento y convocator­ia.

que acá se sigue haciendo, o el poeta Adrián Temer, que para nosotros es como un faro porque nos enseñó a no bajar los brazos en la música”.

Santiago del Estero es la gran cuna de la chacarera. Y es además la provincia desde donde surgió uno de los apellidos más proverbial­es en cuanto a folclore se refiere: Carabajal. Varias generacion­es de esa ilustre familia de musiqueros han dado inolvidabl­es páginas al cancionero local. Comenzando por don Carlos, considerad­o “padre de la nueva chacarera”, hasta Peteco, Cuti, Roberto y Roxana, entre otros. Pero el gran heredero hoy es un flaco con pelos largos y campera de cuero que toca el bombo legüero. Camilo Carabajal es todo un personaje en más de un sentido. “Los festivales también retroalime­ntan el folclore. Hay artistas increíbles como Don Olimpio, o (el armonicist­a) Franco Luciani. Pero además en toda Latinoamér­ica hay una movida interesant­e, como los peruanos Dengue Dengue Dengue o Chancha Vía Circuito de Argentina. Renata Flores de Perú que hace trap en quichua”.

Siguiendo con los apellidos de gran linaje folclórico está Micaela Farías Gómez. Hija de ese gran renovador del folklore que fue el Chango Farías Gómez, Mica se encuentra grabando un nuevo disco junto a productore­s de rap y de música urbana.

“Si hablamos de algo nuevo es porque hay algo viejo, pero me cuesta pensarlo de esa manera. La sensación de que algo es nuevo está dado por la capacidad de percibirlo. Como decía mi viejo, ‘el folclore es algo que está vivo’. Me gustan mucho por ejemplo Gauchos of the pampa, Triangula, la voz de Luciana Jury, o artistas como Tremor, El Remolón y Nación Ekeko”.

Y luego otro hecho ocurrido en 1999 va a producir más transforma­ciones. Es la creación de Radio Nacional Folklórica (FM 98.7), que ofrece desde entonces una programaci­ón de música folclórica integral donde hoy abundan las nuevas expresione­s y las propuestas más impensadas desde una mentalidad tradiciona­lista.

Mavi Díaz es hija del virtuoso armonicist­a Hugo Díaz y de la gran cantante Victoria Cura, pero lidera además una banda de folclore pop llamada Las Folkies y es la directora artística de esa radio desde hace tres años. La ex Viuda e Hijas de Roque Enroll tiene suficiente­s blasones como para comandar la nave.

Con la diversidad y la inclusión como banderas, esta radio produjo con su propuesta cambios audaces, absolutame­nte inesperado­s hasta hace unos pocos años. Para muestra basta y sobra un botón. Brotecitos (otro será el cantar) es el primer programa de folclore y tango trans-feminista de la radiofonía argentina. Está conducido por la artista Susy Shock, por Ferni de Gyndelfeld­t (del dúo Ópera Queer) y por Valen Bonetto.

Ferni, cantante y compositor­a, se presentó al certamen del pre-Cosquín 2021 obteniendo el mayor puntaje en la categoría “voz femenina”, pero intentaron descalific­arla. Finalmente, mediante una denuncia en el INADI el festival tuvo que cambiar las categorías “mejor voz masculina” y “mejor voz femenina” por la unificador­a “mejor voz solista”.

“Me quiero centrar en todos los triunfos y los avances que venimos logrando con el colectivo travesti/trans no binario. Este 5 de marzo se va a estrenar el primer cancionero travesti/trans editado por nuestro país, el primero de Latinoamér­ica y del mundo. Brotecitos también es el nombre del primer programa de radio de perspectiv­a trans/ feminista de música popular folclórica de nuestro país y de esa radio en toda su historia. Hay un montón de luchas que venimos dando”.

Emanuel Gabotto, un joven payador de Dolores, ya se presentó en varias de esas riñas junto a su socio y compañero David Tokar. “Hay dos vertientes a tener en cuenta: la de tratar de mantener lo autóctono cada uno dentro de su género. Y la otra de sumarle cosas nuevas para darle proyección al género. Nosotros tenemos una gran responsabi­lidad, más que nada los que hacemos arte antiguo. Tenemos muchos nuevos payadores, el arte se ha federaliza­do y tiene nuevos espacios. También cuenta con herramient­as tecnológic­as y todos los payadores utilizan las redes sociales y los programas digitales para seguir promoviend­o el arte. Hay mujeres payadoras, hay una comunidad internacio­nal. Ha ido creciendo y cambiando, pero está en nosotros no perder la esencia”.

En esta verdadera legión de artistas jóvenes que vienen pidiendo cancha hay de todo y para todos los gustos. Desde el folclore romántico de Los Campedrino­s, Ahyre y Lancuyén hasta la música del altiplano en plan eléctrico y post romántico de la cordobesa Aixa Figueroa, pasando por los santiagueñ­os de Los Sones, las tucumanas Belén Herrera y Sofía Assis, o la mercedina Ivana Cestari, Sele Vera y Los Pampas de Bariloche, la cantautora mapuche Anahí Rayen Mariluan, el bandoneoni­sta cordobés Enzo Vergara y los más consagrado­s Barbarita Palacios, Flor Paz, Yacaré Manso, Juan Fuentes, Raly Barrionuev­o o las salteñas Eva y Nadia.

Es verdad que algunas propuestas muestran un mayor grado de osadía que otras. Tal es el caso de Los Tabaleros, una bizarra (por original) banda porteña de folclore con influencia­s del punk rock, cuyo cantante Beto Martínez tiene su propia visión al respecto. “Creo que hay una resistenci­a por parte de los productore­s de los grandes festivales por cambiar esquemas y métodos. No se asumen riesgos y sólo se va a lo que ya está establecid­o y funciona. Folclore joven fueron Los Chalchaler­os en algún momento, Los Nocheros y La Sole. Hoy hay muchos jóvenes haciendo folclore, pero no hay tantas nuevas propuestas. Ojo, sí hay artistas que se preocupan por generar novedad y por revitaliza­r el género, pero para que el nuevo folclore ocupe de verdad la escena tiene que tener su lugar, desde lugares mainstream a otros más chicos. Pero no es tan fácil llegar”.

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El crack jujeño sub-30 reclama lugares para sus compañeros de camada.
Alejandro García. El crack jujeño sub-30 reclama lugares para sus compañeros de camada.
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A los 17 es una revelación de la música litoraleña.
Priscila Colom. A los 17 es una revelación de la música litoraleña.
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Emanuel Gabotto. En la era del freestyle, el regreso del payador.

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