Lula gana espacio en el Parlamento con aliados como jefes de ambas cámaras
El Congreso eligió ayer a sus autoridades. Y el presidente se garantizó contar con apoyo para su plan de gobierno.
El Congreso de Brasil eligió ayer a los presidentes de ambas cámaras, figuras que son determinantes para la gobernabilidad del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, y la aprobación de medidas para su plan de gobierno. La votación fue favorable al nuevo mandatario, quien logró que dos aliados estén al frente del cuerpo legislativo.
El senador Rodrigo Pacheco, del Partido Social Democrático (PSD, centroderecha) fue reelecto en primera vuelta como presidente del Senado para los próximos dos años, al vencer por 49 votos a 32, en votación secreta, al bolsonarista Rogério Marinho (Partido Liberal).
Pacheco contó con el apoyo de Lula y de seis partidos, entre ellos varios conservadores. Marinho, que fue ministro de Desarrollo Regional de Bolsonaro, era el candidato de la oposición al Gobierno de Lula y aglutinó a su favor toda el ala bolsonarista del Senado.
Debido a esta falta de unidad entre las bancadas, la elección fue reñida. Marinho recibió más apoyo público individual porque Pacheco fue el blanco de una campaña de los bolsonaristas en las redes sociales contraria a su reelección. Como contrapunto a la red bolsonarista, artistas, como Caetano Veloso, declararon su apoyo al presidente del Senado.
Lula llamó anoche a Pacheco para felicitarlo por su reelección. Luego, el nuevo titular del Senado dio un breve discurso donde propuso acabar con la “polarización tóxica” que afecta a Brasil.
Pacheco hizo una defensa de la democracia, la “pacificación” y la “armonía” política. “La pacificación no significa callarse frente a los actos antidemocráticos”, señaló en referencia a los incidentes del 8 de enero, cuando bolsonaristas radicalizados invadieron los edificios del Congreso, la Corte Suprema de Justicia y la Casa de Gobierno.
En la Cámara de Diputados continuará como presidente Arthur Lira, figura de lo que se conoce como “Centrao” (el gran centro), una coalición informal de partidos de cuño conservador y conocida por negociar votos a cambio de cargos o inversiones para sus circunscripciones. Lira dijo al canal GloboNews tener una relación “tranquila y amistosa” con Lula.
En Brasil, los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado, que se renuevan cada dos años, determinan la agenda de las votaciones. El líder de la Cámara Baja, en los hechos la tercera autoridad del país después del presidente y el vicepresidente, decide además si admite los pedidos de juicio político o si los guarda en un cajón.
Elegido en octubre, el nuevo Congreso (2023-2027) está aún más a la derecha que el anterior e implica un desafío para el programa de reformas del flamante mandatario de izquierda, quien se halla en minoría.
El Partido Liberal de Bolsonaro tendrá 99 de los 513 escaños de Diputados, la mayor bancada que haya tenido cualquier partido desde 1998. En el Senado, que renovó un tercio de sus 81 asientos en los comicios, será la segunda fuerza con 13, detrás del PSD, que reclutó nuevos senadores en las últimas horas.
Lula es consciente de la realidad política: “Nosotros no mandamos en el Congreso, nosotros dependemos del Congreso”, sostuvo con énfasis ante sus ministros el mes pasado. La fragmentación de las cámaras, con nada menos que 23 partidos, también dificultará las negociaciones del gobierno con el legislativo.
La toma de posesión de los legisladores se dio en medio de un fuerte operativo de seguridad debido al antecedente de la violencia desatada por miles de seguidores de Bolsonaro el 8 de enero, en Brasilia, cuando invadieron las sedes de los poderes públicos en rechazo a la victoria de Lula sobre el exmandatario ultraderechista en las presidenciales de octubre último. Arrasaron con parte de la infraestructura, rompieron mobiliario e invaluables obras de arte, y dejaron grafitis llamando a un golpe de Estado. Más de dos mil personas fueron detenidas, y casi un cuarto de ellas ya fueron imputadas.
Por ese motivo, ayer hubo un enorme dispositivo de seguridad. “Los efectivos estaban preparados para actuar en escenarios diversos, desde los más simples a los más complejos”, afirmó el secretario de Seguridad de Brasilia, Sandro Avelar.
Los accesos a la Explanada de los Ministerios, donde está el Congreso, el palacio presidencial y el Supremo Tribunal Federal, estuvieron cerrados y solo se permitió el acceso a personas autorizadas.
“Nosotros no mandamos en el Congreso, nosotros dependemos del Congreso”, dijo Lula