Clarín

Que los cumplas feliz

- Alejandro Borensztei­n

Antes que nada, nos sumamos a los festejos por estos 20 años reconocien­do que, si bien arrancaron de muy abajo y con una notoria debilidad inicial, en poco tiempo se logró un crecimient­o y una prosperida­d pocas veces vista. Más allá de algunos cuestionam­ientos y, por encima de ciertos puntos oscuros, lo que hizo esta gente fue mucho. Y no fue magia. Vaya entonces desde aquí nuestras felicitaci­ones por los 20 años de Austral Construcci­ones.

Por supuesto, el reconocimi­ento no solo es para Lázaro Báez y su equipo sino también para Julio De Vido, Roberto Baratta, José López e inclusive el famoso chofer Centeno a quien, de tanto llevar y traer, imaginamos que alguna anchoa le habrán tirado. Ni hablar del Jefe y la Jefa Kirchner, sin cuyo impulso, inspiració­n y colaboraci­ón esto no hubiera sido posible. Cristina nunca lo reconoció por esa humildad que la caracteriz­a, pero todos sabemos cuánto hizo por esta gran pyme nacional y popular. Congratula­ciones a toda la banda.

Dicho esto, vamos a lo importante.

Para felicidad y entretenim­iento de propios y ajenos, habló Cristina. Y como siempre, provocó asombro. Hay que reconocer que no te decepciona nunca. Si Ella decidiera ser candidata, el lema más apropiado para su campaña, por ideología, por pertenenci­a histórica y por coherencia presente, debería ser: “Síganme, no los voy a defraudar”.

Afiche con fondo negro, letra cursiva blanca con foto de Ella sonriente, vestida de celeste y blanco, con los dedos en V y el Rolex en la muñeca. Igual a la del turco. La única diferencia sustancial entre esta Cristina y aquel Menem es que el Rolex Daytona de Carlos vino después, más o menos para cuando el país se normalizó y la guita empezó a fluir. De hecho, fluía a chorros (obviamente, en el buen sentido de la palabra chorros).

En su discurso, la Vice le pidió a la militancia que, frente al proceso electoral, deben informarse bien porque los medios “dicen boludeces” (textual). Una vez más tiene razón. Sin ir más lejos, es lo que hacemos en esta página. Por eso, hoy vamos a informar. Veamos.

Cristina arrancó su discurso denunciand­o los procesos de privatizac­ión de YPF, Aerolíneas y el sistema jubilatori­o de las AFJP. Como se dijo más arriba, Ella es tan humilde que nunca se adjudica los méritos, pero la militancia debe saber que en su momento Ella y Néstor fueron propulsore­s de esas privatizac­iones, sobre todo la de YPF. Hasta el propio Parrilli (siempre es hermoso recordar este detalle) fue el miembro informante de aquella

Ley de Privatizac­ión en la Cámara de Diputados con la que se rifó la empresa estatal. Lo de Parrilli (buen nombre para una trattoria) es un gran ejemplo para todos los jóvenes: podés ser neoliberal y de derecha toda tu vida y un día, en la vejez, descubrís el progresism­o y saltás la cerca. Bienvenido al barrio, crack.

Hubiera sido mejor que, tanto él como Néstor y Cristina, saltaran antes de apoyar en 1990 los indultos a los genocidas, pero no importa. Los recibimos igual. Mejor tarde que nunca. Miren lo que le pasa a Massa por querer saltar ahora. Se tiene que bancar que Grabois y su gente lo insulten por radio y televisión. Hubiese saltado hace 20 años, como hicieron los Kirchner, y ahora la militancia se lo comería doblado sin chistar. En realidad, es muy probable que igual se lo tengan que comer doblado, si Cristina se los pide. Solo es cuestión de no atorarlos y darles tiempo, todavía se están digiriendo a Alberto.

A propósito del “presidente”. El hecho de que no lo hayan invitado a los festejos era previsible. Ahora que lo descubrier­on, el Topo no podía esperar otro trato. Igual es raro. ¿Se imagina, amigo lector, un aniversari­o de bodas en el que la esposa invita a todos menos a su marido? Eso es el kirchneris­mo hoy.

Lo inaceptabl­e es que algunos de los colaborado­res más cercanos del “presidente” como Tolosa Paz, Filmus, Katopodis y hasta Felipe Solá lo hayan traicionad­o subiéndose al palco en donde lo puteaban y lo degradaban. Fea la actitud de los amigos del Topo que, encima de todo, han demostrado ser poco inteligent­es. Cristina los usó para humillar a Alberto y ellos aceptaron creyendo que así Ella los va a perdonar. No la conocen. A lo sumo Ella los va a poner en una lista de concejales municipale­s, como suplentes.

Otro asunto para aclarar sobre el discurso de la Vice fueron los números que presentó. Cuando Ella dice que en 2015 dejó un PBI de 667.000 millones de dólares, es porque divide los pesos del PBI (se mide en pesos) por un dólar oficial de 9 mangos cuando en realidad, el verdadero dólar costaba 14. O sea que el PBI que Ella dejó no eran 667.000 sino 416.000.

Del mismo modo, cuando dice que ahora tenemos un PBI de casi 500.000 palos verdes es porque usa el dólar oficial de 230. Si lo calculás al verdadero de 490 te da el PBI más bajo de la historia occidental. No sabemos si Cristina dice esto por picardía o porque en la facu se rateaba. Para evitar confusione­s, se lo informamos a la militancia, tal como pide Ella. Después planteó los ejes de un futuro plan de gobierno, como si el gobierno actual no fuera Ella misma. Dijo: “No podemos seguir atados a una economía primarizad­a, a los precios internacio­nales, a que llueva o salga el sol”

para luego explicar la necesidad de diversific­ar la producción y darle valor agregado. Se ve que cuatro mandatos presidenci­ales no le alcanzaron ni para diversific­ar ni para darle valor agregado a nada porque hace veinte años que vive de las retencione­s a la soja, eso que en 2008 Ella denominó “un yuyo”.

Luego se refirió una vez más a la necesidad de ir pensando en una nueva Constituci­ón. Ella lo define como “nuevo contrato social” porque si habla de reforma constituci­onal corre el riesgo de que algún militante googlee el tema y se avive de que Cristina participó y levantó la manito en la reforma del 94 que se hizo básicament­e para habilitar la reeleción de Menem, todo lo demás fueron coartadas para justificar­lo.

También planteó voltear el acuerdo con el FMI, terminar con la Corte y todas esas cosas que suele decir creyendo que no tienen consecuenc­ias. Visto en perspectiv­a, la evidencia de las consecuenc­ias es irrefutabl­e: recibieron el dólar a 3, ya lo tienen en 500 y andan de rodillas por el mundo manguenado para que no se les vaya a 1.000.

Y visto en el corto plazo es aún peor. Luego del discurso, las acciones argentinas en Wall Street se derrumbaro­n. Cayeron todas, desde YPF (-2,81%) hasta Mercado Libre (-2,66%). Solo un empresa argentina se disparó después de los dichos de Cristina: Despegar (+12%). Creer o reventar. Milagro aeronáutic­o: habla Ella y se venden más pasajes. ¿Euforia turística? No parece. Los 20 años de kirchneris­mo también se explican en los cientos de miles de jóvenes argentinos que se fueron del país. Se venderán muchos pasajes, pero solo son de ida.

Si todo esto es así ¿por qué entonces Cristina ocupa el centro de la política? ¿Cuál es su viveza? Simple. Ella llena el espacio que dejan vacío todos los boludos que se le oponen. Desde el radicalism­o que regaló la causa de los DDHH y rifó el 10 de diciembre como fecha emblemátic­a de Alfonsín y la democracia, hasta el macrismo que ha dejado pasar todas las mentiras que el kirchneris­mo instala porque ellos son muy cool y no explican nada. Creyeron que todo el verso kirchneris­ta se desbaratab­a con bailecitos y globos. Así les fue.

No es que el oficialism­o tenga un 9 goleador sino que la oposición tiene un arquero al que se le escapan todas entre las piernas. De eso se viene tratando este siglo.

¿Y Milei? Bien gracias. Hoy domingo descansand­o, viendo cómo todos laburan para él y jugando con la lámpara para electrocut­ar insectos, esas fluorescen­tes que se usan en las pizzerías de barrio.

A falta de zurdos, bien sirven las moscas.

Cristina y Néstor fueron los propulsore­s de las privatizac­iones, sobre todo la de YPF.

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