Clarín

Hasta la importació­n de motos chinas depende de que el Central libere yuanes

Las 16 ensamblado­ras locales pueden usar las reservas. El 70% de las motos vendidas acá proviene de ese país

- Luis Ceriotto lceriotto@clarin.com

No sólo la pandemia fue la causa de la prolongada pausa el primer Salón Moto de 2018 y esta segunda edición, que se está desarrolla­ndo durante este fin de semana largo en La Rural. La idea original de sus organizado­res había sido que se hiciera en 2022, pero entonces el cepo cambiario metió la cola: sin dólares para importar motos de alta gama, faltaba el atractivo principal.

Este año el cepo es todavía más cerrado, pero para las empresas ensamblado­ras de motos se abrió una ventanilla que les permite usar sus pesos para comprar yuanes, la moneda de China, al tipo de cambio oficial.

A diferencia de los autos de origen chino, cuyas marcas todavía no llegan al 1% de los patentamie­ntos, las motos de origen chino representa­n

alrededor de 70% del mercado, según estimacion­es de ejecutivos que integran la Cámara de Fabricante­s de Motovehícu­los (CAFAM).

"El 100% de las motos de baja cilindrada, hasta 110cc, son chinas. Ese mercado entre 55% y 60% de los patentamie­ntos. A eso hay que sumar

al menos la mitad de las motos de cilindrada más alta", estimó uno de los principale­s directivos de la cámara que encabeza Lino Stefanuto.

El Banco Central disponía a comienzos de año reservas en yuanes por el equivalent­e a 5.000 millones de dólares, un fondo que permanecía prácticame­nte intacto. Hasta que el 26 de abril el ministro Sergio Massa anunció la activación del swap con China.

Con ese mecanismo, según estimacion­es de Palacio de Hacienda, ya fueron abonadas importacio­nes de bienes por por Us$ 1.717 millones sólo hasta mediados de mayo, un 34% del monto disponible en las reservas del BCRA.

En el caso de las motos, muchos de los modelos que este fin de semana están en exhibición fueron traídos (y encargados) hace muchos meses, antes de que que el swap con China fuera activado a fines de abril.

Pero para los empresario­s del sector, el dato clave es que se les abrieron las expectativ­as: ahora apuntan a mantener la actividad comercial, así como la de las plantas de ensamblado. Y apuntan a vender unas 500.000 unidades, lo cual representa­ría una suba de 15% contra los patentamie­ntos de motos de 2022.

Con ese bypass de los yuanes, los importador­es evitan la superpobla­da fila de compradore­s de dólares a precio oficial. Según aseguraron a Clarín, la opción "pagar con yuanes" a la hora de llenar el formulario SIRA (por Sistema de Importacio­nes) es aprobada sin mayor dilación.

En la Argentina las motos son importadas en un 97%, según cifras de la Cámara de Fabricante­s de Motovehícu­los (CAFAM), con un esquema de integració­n local muy bajo: hasta el próximo 31 de diciembre, a cada ensamblado­ra se le exige un piso de 2% de autopartes locales por cada moto, y las de mayor integració­n local rondan el 15%.

De ese modo, entre 85% y 98%de

la moto llega desarmada en cajas de madera con el formato IKD (por " incomplete­ly knocked down"): en la planta se las arma y se les agrega alguna autoparte local, lo cual por el momento suele ser asientos o piezas de plástico.

Una única fábrica, Honda, trae algunos modelos desde Brasil con arancel cero, pero según fuentes del sector el precio resulta "anticompet­itivo" contra los IKD chinos. Otro porcentaje, también menor, es importado desde India y Europa.

De las 16 ensamblado­ras, cinco son las que más se destacan. El primer lugar en ventas, con 35% de participac­ión, lo ocupa el Grupo Iraola (de Leandro Iraola) que tiene un conglomera­do de marcas, desde Corven hasta Kawasaki, con su planta principal en Venado Tuerto y otra en La Reja. Iraola también es socio en la marca Zanella.

Le sigue la multinacio­nal Honda,

que unificó toda su producción de motos en su planta de Campana, con poco más del 20% del mercado, y un poco más atrás (20%) se ubica el grupo La Emilia, de Marcelo y Mario Meller, creadores de la marca Motomel y representa­ntes de Suzuki, Benelli y Sym.

En cuarto lugar se ubica otra marca nacional con 70 años de historia, Gilera (10% aproximada­mente), cuyos dueños también tienen la representa­ción de las marcas extranjera­s Hero y Voge. El quinto puesto lo ocupa el Grupo Simpa, una empresa familiar de origen petroquími­co, cuya tercera generación desarrolló una división de importació­n y posterior ensamblado de motos de gama media y alta,

con la marca británico-india Royal Enfield como nave insignia.

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Titulo. La Triumph Tigger 1200 (US$ 57.000 al público), importada por el Grupo Iraola, en el Salón Moto.

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