Sorpresivo choque armado en la frontera entre Irán y Afganistán
Tres personas murieron este sábado --entre ellos dos guardias fronterizos iraníes- en un tiroteo entre fuerzas militares de Irán y los talibanes afganos en la frontera entre los países, en momentos de tensiones bilaterales por el uso de aguas fluviales en una zona iraní golpeada por la sequía.
Teherán y Kabul se culparon mutuamente del comienzo de las hostilidades en el límite fronterizo que separa las provincias iraníes de Sistán y Baluchistán y la afgana Nimruz.
Según la versión iraní, que dio la agencia oficial IRNA, guardias del puesto fronterizo de Sasuli, en el este del país, respondieron a los disparos de las fuerzas de los talibanes, lo que provocó la muerte de dos de sus miembros. En el intercambio de disparos, además, murió un talibán.
Afganistán, por su parte, aseguró que fue al revés. Que primero dispararon las fuerzas fronterizas iraníes. “Hoy, en Nimruz, las fuerzas fronterizas iraníes dispararon contra Afganistán, lo que se encontró con una contrarreacción. Durante el enfrentamiento, una persona de cada bando murió y muchas otras resultaron heridas”, informó en un mensaje de Twitter el portavoz del Ministerio del Interior del Gobierno afgano, Abdul Nafi Takor.
Este intercambio de disparos se produce en medio de la tensión entre ambos países por los derechos de Irán sobre el agua del río Helmand, que discurre entre ambos países.
El río Helmand nace en las montañas del Hindu Kush y tras recorrer 1.300 km desemboca en el lago Hamun en Sistán y Baluchistán, donde es fundamental para la agricultura local. Una represa construida en Afganistán redujo en las últimas décadas el caudal que llega a Irán y la situación se agravó con las frecuentes sequías en la región.
Irán acusa al gobierno de los talibanes -a quienes no reconoce- de no cumplir el acuerdo firmado entre los dos países en 1973 que establece que Kabul debe suministrar 820 millones de metros cúbicos de agua al año al país vecino.
En las últimas semanas, Teherán y Kabul han intercambiado advertencias y sus relaciones se han tensado, a pesar de que la embajada iraní es una de las pocas que permaneció abierta con el regreso de los talibanes al poder hace más de un año y medio. Ayer, el portavoz talibán afirmó que la situación está “bajo control” y que el gobierno afgano “no quiere una guerra con su vecino”.■