Clarín

El radicalism­o, al borde de la fractura por la interna Larreta-Bullrich

El partido provincial podría inclinarse por la ex ministra de Seguridad. Pero el sector disidente de Posse y Lousteau iría con el alcalde porteño.

- Walter Schmidt wschmidt@clarin.com

Aquél escenario preelector­al del 2015 en el que Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió diseñaron Cambiemos voló por los aires. Juntos por el Cambio nunca pudo establecer una estrategia nacional y definir las mejores opciones para la Presidenci­a y las gobernacio­nes en juego. La interna del PRO, transforma­da en una grieta entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich y cuyas consecuenc­ias son todavía un enigma, impacta de lleno en las chances de la coalición. Y la Provincia, un distrito clave, no es ajeno.

Larreta mantuvo hasta el final su idea de que cada precandida­to presidenci­al vaya con su postulante a gobernador. No quería compartir a Diego Santilli, hoy reconocido por todos los sectores como quién mejor mide, con Bullrich. Sin consenso en la última cumbre del PRO en la casa de María Eugenia Vidal -con la presencia de Macri-, Bullrich aceptó el desafío y designó a Néstor Grindetti como su candidato. Ya no quedaba margen para la lista de unidad que era reclamada por el radicalism­o.

“No va a haber lista única. Qué jueguen y se decidan por un candidato del PRO o que vayan con lista propia”, le decía Larreta un mes atrás a sus colaborado­res. El riesgo de esa estrategia es que la UCR termine votando por Bullrich. Algo que, en parte, ocurrirá.

Llevar una lista propia a la gobernació­n no es redituable para los boinas blancas porque carecen de un candidato a gobernador que traccione. Y si bien en lo formal aún tienen a dos postulante­s presidenci­ales como Gerardo Morales y Facundo Manes, pocos apuestan a que alguno de ellos competirá como tal el 13 de agosto.

“Gerardo es muy posible que sea el vice de Larreta, y Manes no puede competir porque ni siquiera tiene el armado en las 24 jurisdicci­ones”, admite un dirigente que integró la lista del neurociruj­ano en las PASO legislativ­as del 2021. Le enrostran a Manes haber cometido un error importante al no hacer un trabajo hacia dentro del partido para ganárselo, después de la elección.

El radicalism­o bonaerense está partido en dos y puede llegar a ir dividido a las elecciones, anticipand­o a una ruptura a nivel nacional. En 2021 hubo una disputa por la presidenci­a de la UCR bonaerense. Adelante Buenos Aires con Abad, Daniel Salvador y Facundo Manes, que luego encabezarí­a la lista a diputados, venció por un estrecho margen, 52 a 48 a la lista Protagonis­mo Radical de Posse, y el sector Evolución Radical de Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti. Esa disputa se vuelve a repetir hoy.

Con el objetivo de presentar una fuerza homogénea, que llegue fortalecid­a a la mesa de negociacio­nes para cuando se decidan las listas, el titular de la UCR provincial, Maximilian­o Abad -que también se postula a la gobernació­n-, viene pregonando la necesidad de una lista única recurriend­o al argumento del voto útil. Impedir que en la noche de las PASO los dos candidatos más votados sea uno del kirchneris­mo y otro de Milei, y releguen al mejor de JxC al tercer lugar.

“Si no unificamos en una formula única en la Provincia de Buenos Aires y vamos con más de un candidato, corremos el riesgo de salir terceros, cuartos o quintos”, vaticinaba Abad días atrás.

Abad tiene previsto insistir esta semana con la lista de unidad y definir la próxima. Si no consigue torcer la voluntad de Larreta que se niega, reunirá a las autoridade­s de la UCR provincial, legislador­es provincial­es, 28 intendente­s y 400 concejales. Se encolumnar­á detrás del candidato radical a la presidenci­a y a la gobernació­n. Pero si no hubiera ninguno, evaluará si acompaña a alguien de otro partido como Larreta o Bullrich.

“La que mejor mide en la provincia es Bullrich, por eso creo que el partido debería decidir ir con ella”, sostiene un intendente radical del interior bonaerense.

En el oficialism­o de la UCR aseguran contar con todo el interior y, además de los intendente­s, con la mayoría de los que fueron electos concejales y que ahora serán candidatos a intendente­s. Dicen que su poder territoria­l se traduce en que a cualquier postulante a gobernador le resolvería­n todas las candidatur­as del interior. Algo que en el sector Posse-Lousteau no pueden hacer.

En el sector disidente afirman tener una gran cantidad de radicales de la provincia y señalan que en caso de que Morales no vaya por la presidenci­al, “si Larreta y Santilli cierran con nosotros, están todas dadas las condicione­s para que la mayoría del radicalism­o bonaerense cierre ahí esté con ellos y ganar la PASO en la provincia y la nacional”.

La posible decisión de la UCR bonaerense de inclinarse por Bullrich reflejaría la ruptura radical porque probableme­nte choque con el presidente de la UCR nacional, Morales, si es que este termina siendo el compañero de fórmula de Larreta.

Pero el dilema va más allá. El radicalism­o oculta por ahora una ruptura en todo el país a raíz de la interna del PRO. De hecho, al oficialism­o larretista de Morales se le antepone el denominado Grupo Malbec que integran Rodolfo Suarez, Alfredo Cornejo, Gustavo Valdés, Ernesto Sanz, Carolina Losada y Luis Naidenoff, entre otros, y respaldan a Bullrich.

Ni siquiera la Convención Nacional del Radicalism­o, prevista para el 11 de julio dirimiría esa disputa. Porque en ese ámbito se aprueban alianzas y tal vez algún documento con la sugerencia de orientació­n partidaria, pero no se convalidan apoyos a un candidato -Larreta o Bullrich- ni a fórmulas presidenci­ales.

El sueño del candidato presidenci­al del radicalism­o que había potenciado Manes en el 2021 y también Morales, parece diluirse. La UCR no logra contener a todos en un bloque homogéneo y lo más probable es que sus actores terminen apostando por Bullrich o Larreta, según su convenienc­ia y el análisis que hagan del escenario político. Tal vez el único objetivo común en el radicalism­o sea, ante un eventual segundo gobierno de la coalición, no volver a ser el furgón de cola sino ser voz y parte en un eventual Poder Ejecutivo. El nombre de el o la presidenta, será un dato anecdótico.

En la próxima semana las autoridade­s de la UCR provincial decidirán cómo juegan.

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Jugadores clave. Maximilian­o Abad, titular de la UCR bonaerense, y Gerardo Morales, de la UCR nacional.

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