Como EE.UU., la Unión Europea busca frenar el avance de China en la región
La presidenta de la Comisión Europea llegará al país el 13 de junio. En agenda, el acuerdo Mercosur-UE.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, llegará a Buenos Aires el próximo 13 de junio en una gira que también la llevará por Brasil y Chile. Su paso por la Argentina será breve, puesto que su objetivo central será la visita a Lula da Silvia en Brasilia.
Con el viaje, la Unión Europea motoriza su intención de avanzar en la región como lo hace Estados Unidos para contrarrestar la inmensa presencia china, que le compite a nivel económico y geoestratégico, y al mismo tiempo asegurar mercados tras la prolongada guerra rusa en Ucrania.
Viene también a hablar del acuerdo Mercosur-Unión Europea que desde hace veinte años conversan ambos bloques. Estos ahora buscan revivirlo a través de nuevos capítulos “políticos” pero sin concreción económica.
Por otra parte, el 17 y 18 de julio habrá en Bruselas una cumbre entre los 27 presidentes y primeros ministros de los miembros de la UE, que comandará para entonces España, y los 33 de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), a la que asistirán Alberto Fernández
y su canciller, Santiago Cafiero, para ese entonces a cinco meses de terminar su gobierno.
Von der Leyen, nacida en Alemania, tenía mucho interés en venir a conversar sobre todo con los principales aliados de Bruselas en términos de volumen comercial, México y Brasil. Lo iba a hacer en abril pero la postergación misma del viaje de Lula a China, le corrió esa visita a junio.
Tras años de idas y vueltas, ausencias y presencias, y de mirar hoy hacia el Indo Pacífico -será la primera cumbre de los dos bloques en ocho años -, la apuesta de Bruselas se vuelca una vez más a los 700 millones de habitantes de los 33 países que habitan el territorio de la CELAC.
Los europeos buscan seducir una región golpeada por la pandemia, el cambio climático, las dictaduras, el desgobierno, y la pobreza, con un programa de inversiones. En principio sólo se habla de las españolas, una promesa de 9.400 millones de euros, donde hasta el año pasado, no figuraba Argentina como destino.
De hecho incluso se había hablado durante las visitas de Alberto Fernández a Pedro Sánchez en Madrid.
Argentina hoy vive una situación por demás delicada. Las inversiones se mantienen cuando no paralizadas, en estado expectante o moviéndose a cuenta gotas, teniendo en cuenta los problemas que enfrentan las compañías con un mercado sujeto a controles de cambio, impedidas de llevarse las ganancias, afectadas por el cepo al dólar y por la inflación.
Europa tiene necesidades de materias primas cruciales —lo que la vuelve incluso dependiente de China como proveedor. Latinoamérica y el Caribe son zonas muy ricas en recursos y minerales. Basta con nombrar el llamado Triángulo de litio que integran Argentina, Bolivia y Chile.
Por cierto, el embajador de la UE en Argentina, Amador Sánchez Rico y el nuevo representante argentino en Bruselas, el diplomático Atilio Berardi, trabajan en el borrador de un memorándum de entendimiento que se firmaría durante la visita de Von der Leyen para una Asociación Estratégica sobre Cadenas de Valor Sostenible de Materias Primas.
Teniendo en cuenta el escenario de incertidumbre política y económica de esta Argentina electoral, todo lo que se converse pasará para el próximo gobierno.
En lo que hace al acuerdo de libre comercio que buscaron infructuosamente las dos regiones con obstáculos de ambas partes según el momento, hoy no se habla. Existe un acuerdo firmado sobre el final del gobierno de Mauricio Macri, que fue frenado entre otros por Francia e Irlanda y al que se le agregaron exigencias medioambientales y laborales sobre todo en el contexto de los enfrentamientos entre los europeos y el brasileño Jair Bolsonaro por su política hacia el Amazonas. Para algunos fue tan solo una excusa para dilatar un acuerdo impopular entre su propio sector agrícola. Hoy trabajan sobre un llamado “Protocolo Adicional” cuyo texto está guardado bajo siete llaves. ■