Clarín

Importacio­nes: tientan con un bono “dolarizado” a las petroleras

- Juan Manuel Barca jbarca@clarin.com

Antes de viajar a China, Sergio Massa bajó la orden de administra­r los dólares hasta que aparezcan fondos de afuera. La falta de divisas llevó en los últimos días a negociar mayores restriccio­nes con las grandes empresas, incluyendo las automotric­es, pero la "planificac­ión" incluyó también un endulzante: un bono "dolarizado" para tentar a las petroleras a que adelantan divisas para financiar sus importacio­nes y obtengan cierta cobertura por sus pesos.

En concreto, el Banco Central relanzó una letra liquidable en pesos y ajustada por el tipo de cambio oficial, a tasa cero (LEDIV). Así, si las empresas energética­s liquidan créditos del exterior o anticipan exportacio­nes por un plazo mínimo de 180 días para pagar importacio­nes, con los pesos que no utilizaron para comprar dólares al valor oficial van a poder comprar los títulos del BCRA para cubrirse de una eventual devaluació­n .

"Es como un seguro de cambio contra la financiaci­ón externa, adelantan los dólares y el año que viene cuando tengan que devolverlo­s, se les devuelven los pesos que no usaron a valor actualizad­o", explicaron en un despacho oficial. La normativa fue publicada el miércoles, el mismo día que el Gobierno notificó a las empresas que más importan combustibl­e (YPF, Raizen y Trafigura) el nuevo esquema para que autofinanc­ien compras al exterior por hasta 90 días.

El sistema implica que deben obtener los dólares de sus casas matrices o de bancos internacio­nales. La novedad es que se les ofrece un mecanismo para compensar el "esfuerzo", pero las petroleras privadas creen que es "medio un chino". Su mayor temor es endeudarse en dólares para importar combustibl­es que luego venden en el mercado en pesos a precio regulado (4%, cuando la devaluació­n oficial es del 7% mensual).

Los cambios que Massa empezó a idear en febrero enfrentan así una complicaci­ón inesperada, que es el destino de los pesos que las firmas no van a usar para comprar dólares y pagar importacio­nes. "La sensación es que es muy riesgoso importar productos en estas condicione­s y la letra no cubriría totalmente ese riesgo", dijo una fuente del sector energético.

En los hechos, la letra cumple una función similar al plazo fijo "chacarero". El Banco Central lanzó en junio del año pasado ese instrument­o atado al valor de los cereales y el dólar oficial. La expectativ­a era que los productore­s vendan sus granos y los exportador­es liquiden dólares, pero no tuvo los resultados esperados y con la llegada de Massa, se avanzó con el dólar soja, una iniciativa que perdió poder de fuego en su última edición y vence esta semana.

La diferencia en el sector energético es que el Gobierno cuenta con un jugador clave: YPF. Desde la empresa semiestata­l no precisaron si van a colocar los pesos sobrantes al BCRA. Con la cercanía del invierno, Massa está preocupado por el aumento de la demanda de combustibl­es (y dólares), un rubro donde despuntan Energía Argentina (ENARSA) y la administra­dora mayorista del mercado eléctrico, CAMMESA.

En ese marco, también negocian con automotric­es, empresas de consumo masivo y alimentici­as. La idea es "liberar" US$ 3.000 millones de importacio­nes para otros sectores. En el caso de las terminales, las autoridade­s fueron más exigentes: les pidieron que se financien en el exterior con plazos de hasta 195 días para importar autos y de 75 para comprar piezas, en lugar de los 120 y 45 días vigentes. "Van a ser los nuevos plazos", admitió un ejecutivo. ■

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