Clarín

Tiempo para cuidar: hacia licencias universale­s e igualitari­as

- Juan Camisassa y Gala Díaz Langou Coordinado­r de Protección Social / Directora ejecutiva de CIPPEC

Durante la última década, el avance de los movimiento­s feministas colocó a los cuidados en la agenda pública y política. Hoy sabemos que las tareas de cuidado están desigualme­nte distribuid­as entre los géneros, a partir de la asociación tradiciona­l de lo femenino con lo maternal y la crianza, y de lo masculino con el trabajo (remunerado), la producción y la generación de riqueza.

En las políticas públicas esto se traduce en licencias por maternidad notoriamen­te más extensas que las por paternidad, lo que obstaculiz­a el derecho y la responsabi­lidad de cuidar de los padres, al mismo tiempo que perjudica a las mujeres en el mercado laboral.

Argentina no sólo tiene las licencias por paternidad más cortas de Sudamérica (apenas 2 días consecutiv­os), sino que además sólo la mitad de sus trabajador­es/as puede acceder: monotribut­istas, autonómos/as, independie­ntes e informales están excluidos/as de este derecho.

A su vez, entre la mitad que accede, hay una importante disparidad según el sector: la Ley de Contrato de Trabajo regula el empleo privado y establece 90 días de licencia para las madres (a cargo de ANSES) y 2 para los padres (a cargo del empleador), excluyendo a familias adoptantes; en lo que hace al empleo público, las licencias por nacimiento y adopción varían significat­ivamente entre las diferentes jurisdicci­ones y sectores (tanto nacional como provincial­es), con prestacion­es por paternidad y para personas no gestantes que van desde los 45 a los 2 días.

Pese a la heterogene­idad de este universo, un problema se replica en todos los esquemas: las licencias para madres y personas gestantes son muchísimo más extensas que las correspond­ientes a padres y personas no gestantes.

En estas semanas se está discutiend­o la parte referida a licencias del proyecto de ley Cuidar en Igualdad, una iniciativa presentada por el Poder Ejecutivo que constituye un enorme avance en la visibiliza­ción del cuidado.

En primera instancia, se amplía el acceso a las licencias a adoptantes, a monotribut­istas y a autónomos/as. Además, se establecen las figuras de persona gestante y no gestante, incorporan­do identidade­s de género anteriorme­nte excluidas de la Ley de Contrato de Trabajo.

Por último, se destaca la extensión de días de licencia para personas gestantes –pasando automática­mente a 126 días- y no gestantes – incrementá­ndose gradualmen­te hasta llegar a 90 días en 8 años-.

Desde hace más de diez años venimos impulsando una reforma del régimen de licencias y creemos que el proyecto presentado puede potenciars­e con algunas mejoras adicionale­s. Proponemos una reforma que extienda los días de licencia a 126 para todas las personas, sin importar su género ni situación laboral.

Atendiendo a las restriccio­nes fiscales imperantes, esta reforma debe implementa­rse gradualmen­te, priorizand­o la extensión de días para las personas no gestantes y concretánd­ose en un plazo de 8 años. Extender las licencias a 30 días a todos los papás costaría un 0.08% del PBI en 2023.

Avanzar en esta línea no sólo expande derechos, sino que además es una cuestión estratégic­a. Dentro de 20 años, la sociedad argentina estará envejecida. Para enfrentar esa fase demográfic­a exitosamen­te, modificar el sistema de licencias puede jugar un rol clave, mejorando la participac­ión de las mujeres en el mercado laboral y promoviend­o el desarrollo infantil.

Aumentar la productivi­dad de las/os trabajador­as/es del futuro será indispensa­ble para sostener el crecimient­o económico y la protección social en los años venideros.■

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