El futuro bonaerense, en manos de un bonaerense genuino
A algunos potenciales candidatos a gobernar nuestra querida provincia de Buenos Aires nos cuesta identificarlos como vecinos (es más, después de tres años de gobierno no conocemos el domicilio real del gobernador Axel Kicillof).
La Provincia arrastra problemas estructurales que se han agravado con los años. Para corregirlos necesita ser conducida por un gobernador que conozca profundamente la naturaleza de los mismos. De ser así, seguramente sabrá que el régimen municipal (base de la vida política y democrática) es en su esencia del siglo 19 y que solo un ciudadano que conviva con las dificultades que ocasiona dicha distorsión podrá comprender y llegar a vislumbrar la necesidad de una profunda reforma.
Tal reforma debe comenzar por el reordenamiento territorial que despejará conflictos y desigualdades, y aportará homogeneidad. Para esto podrá apelar a un plan serio, justo y equilibrado al estilo del Génesis 2000 que creó nuevos municipios, todos exitosos. Debe seguir por la reforma política (ya iniciada cuando se limitó la reelección de los intendentes) y la actualización del régimen municipal. Para concluir, otorgar la autonomía municipal cumpliendo así con los mandatos de la Constitución Nacional de 1994.
Todo esto requiere conocimiento del territorio y decisión política que solo puede aportar un gobernador con corazón bonaerense. No basta con haber nacido en la provincia o tener una quinta en el Tigre (Scioli). Necesitamos que nos gobierne un bonaerense genuino, que se sienta bonaerense, que lo sea. Que finalmente, alejado de ideologías y dogmas, tenga el coraje de sacarnos del estado de postración y abandono en el que estamos sumergidos.
Oscar R. Bello oscarrbello@yahoo.com.ar