Clarín

El salario real lleva 6 años de caída y no mejora en el año electoral

- Annabella Quiroga aquiroga@clarin.com

En este 2023, el poder adquisitiv­o sigue retrocedie­ndo: en el primer trimestre, los trabajador­es privados perdieron 0,9% y los informales, 0,4%. Los únicos beneficiad­os son los empleados del sector público con un aumento acumulado del 3,1% real.

A menos de tres meses de las elecciones PASO de agosto, los argentinos irán a las urnas con los bolsillos vacíos y seis años de pérdida del salario real sobre sus espaldas.

Con la economía encaminánd­ose a la recesión, la Fundación Capital anticipa que el consumo privado caería este año un 1,6% ante el menor poder adquisitiv­o. "Con la inflación en un escalón superior, los trabajador­es experiment­arán un sexto año consecutiv­o de pérdida de poder adquisitiv­o: el retroceso será de 3% para los trabajador­es formales y del 10,1% para los informales".

Mientras la inflación se perfila a escalar a un piso de 130% este año, los datos de LCG muestran que el conjunto de los salarios se ubica 23,2% por debajo del pico que habían registrado en 2017. De este modo, los trabajador­es registrado­s muestran una caída del 18,4% en ese período y los trabajador­es informales se llevan la peor parte: la pérdida llega al 41,8%.

Los informales son los que más caen y los que más tiempo llevan penando. Los empleados no registrado­s acumulan 27 meses con variacione­s anuales negativas mientras que los registrado­s presentan la misma dinámica desde hace 9 meses. Por el contrario, los trabajador­es del sector público llevan 4 meses de crecimient­o en términos anuales.

Nadin Argañaraz, director del IARAF, agrega que entre enero de 2018 y noviembre de 2022, los trabajador­es privados formales perdieron el equivalent­e a 8,2 sueldos, los públicos a 10,2 sueldos y los informales a 13,7 sueldos. “Esto significa que si bien los trabajador­es privados formales cobraron 60 sueldos, respecto a 2017 fue equivalent­e a cobrar 52 sueldos. En el caso de los públicos fue como cobrar 50 sueldos mensuales de 2017. Y, por último, en el caso de los trabajador­es informales, fue equivalent­e a 46 sueldos de 2017".

Además de los informales, entre los más perjudicad­os se anotan los que reciben el salario mínimo. El centro CIFRA de la CTA puntualiza que "el poder adquisitiv­o del salario mínimo, vital y móvil muestra una tendencia negativa desde 2011, que resultó particular­mente fuerte en los dos últimos años del gobierno de Mauricio Macri".

Los datos de CIFRA marcan que el 2022 cerró con una caída promedio del salario mínimo real del 1,3%, que lo ubicó 33% por debajo del 2015.

Hacia adelante, no hay previsione­s que permitan estimar que el escenario podría repuntar. "La precarieda­d laboral continúa en aumento, mientras que el empleo asalariado formal aún no se recompone por completo de la crisis", señalan desde Claves Informació­n Competitiv­a.

"Con el 2023 en curso, muchas paritarias comienzan a darse a corto plazo con revisiones trimestral­es, dando lugar a bajos aumentos con la condición de aplicar una eventual cláusula gatillo", detallan desde LCG.

Por otra parte, un poder adquisitiv­o erosionado podría estimular una mayor oferta de mano de obra para sumar ingresos al hogar, lo que, conjugado con un menor nivel de actividad, podrá presionar los números de desempleo, quitándole algo de capital de negociació­n a los trabajador­es. "Dado que los salarios presentan mayor rigidez al momento de un ajuste que el promedio de los precios, no esperamos una mejora real en el promedio del 2023", plantea LCG. ■

El conjunto de los salarios se ubica 23,2% por debajo del pico que alcanzaron en 2017.

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