La construcción de la gran estrella del trap
A los 23 años, la mayor figura femenina de la música urbana sigue creciendo. Sus inicios, sus miedos y el manejo del éxito.
Nicki Nicole es una de las mayores figuras de la música urbana. Tiene 23 años y a los 19 irrumpió en la escena desde Rosario, aunque enseguida se animó a instalarse en Buenos Aires.
Un dato insólito es que, a pesar de transmitir tanta fuerza, energía y determinación, Nicki admite que el día que se planteó dedicarse a la
música, lo primero hizo fue decírselo a su mamá, y que no lo iba a hacer si no contaba con su apoyo.
Su mamá le dio el apoyo que tanto necesitaba y desde ahí todo fue tomando forma hasta llegar al éxito que soñaba, desde el primer hit hasta la popularidad actual en todo el continente americano y Europa.
“Era un planteo -dice- de una chica que vivía en Rosario, de clase media baja y sin ningún tipo de contacto. Pero cuando me dio su apoyo sentí que me estaba respaldando Superman y todo comenzó a ocurrir”. Y agrega: “Si tengo el apoyo de mi entorno y de la gente que quiero,
siento que soy indestructible”.
Así, Nicki Nicole fue ganando confianza y cosechando triunfos. Su primer tema hecho en Rosario (Wapo traketero) fue un hito para el mundo de la floreciente música urbana, que en Capital pasaba de ser un freestyle de culto a tener reproducciones millonarias en YouTube, de la mano de figuras como Duki, Cazzu, Ysy-A, Neo Pistea y Wos.
Paso a paso, la pequeña (1,45 metro) pero poderosa Nicki fue marcando los primeros hitos para su carrera y para el género: un temprano tema con Bizarrap, un primer álbum, y colaboraciones con Trueno, Duki, Dread Mar-I y hasta el grupo de rock uruguayo No Te Va Gustar.
La pandemia no detuvo su marcha: obtuvo nominaciones al Latin Grammy y Premios Lo Nuestro, fue invitada al Tonight Show de Jimmy Fallon en la televisión estadounidense, y sacó un segundo disco con invitados como Rauw Alejandro, Tiago PZK y Mon Laferte.
Enseguida la invitó Christina Aguilera para grabar con Becky G y Nathy Peluso. Y para coronar, en octubre de 2021 realizó la primera actuación Tiny Desk en Buenos Aires, que hoy tiene 20 millones de reproducciones en YouTube. Imparable. Nicki acaba de lanzar Alma, su tercer álbum: “Las letras son súper recientes. Son de finales de 2022”.
-¿Cuál era el concepto?
-Tenía que mostrarme al ciento por ciento. En los discos anteriores y en mi música solía ser tímida, miedosa a mostrarme vulnerable o como realmente soy. Esta vez quise mostrar las diferentes facetas en un mismo disco. Por eso la gente se sintió tan identificada apenas lo saqué. -Por las letras, se podría describir como un “disco de separación”, un
break-up album, post-Trueno.
-Sí, es un poco de separación. Pero no solo separación de pareja, sino también una separación de uno mismo y de cómo despedirse de ese viejo yo. Está bueno despedir esos viejos hábitos que no me llevaban a ningún lado, como no poder disfrutar de todo lo que me estaba pasando y hacer las cosas en piloto automático. La conexión con este disco me sirvió mucho para hacer catarsis y aspirar a lo nuevo que quiero ser, que es lo que soy ahora.
-¿Cómo ves tu crecimiento desde el primer disco hasta ahora?
-Al principio no sabía cómo manejarlo. Pensaba que la música era solo sacar canciones y que todo estuviera bien. ¡No sabía de las críticas de las redes sociales! Tenía 18-19 años y creía que todos me odiaban. Todo me lo tomaba a nivel personal y no entendía que la gente habla porque es gratis. Fui aprendiendo que la gente ve todo lo que me pasa. Me ven triste y me escriben para hacerme sentir mejor. Eso me ayuda, sobre todo porque me vine a vivir a Buenos Aires sola, sin mi familia.
-¿Cuándo viniste?
-Durante el primer disco. La pandemia me pegó fuerte por estar lejos de mi familia. Por suerte la gente hoy viene a la puerta de la radio, me recibe en aeropuertos y me pregunta cómo estoy. Hay una conexión desde lo personal, y eso me ayuda porque mucha gente que me escucha tiene mi edad. Empecé a entender que ser parte de esta movida, ser artista y tener mensajes para entregar es una gran responsabilidad, pero a la vez un gran alivio. Me sana contar con la gente, saber que están ahí y que se interesan.
-¿Seguís en contacto con tu familia y te escapás a Rosario apenas podés?
-Sí, re. Sobre todo en los cumpleaños. Y me voy para allá en el verano, que también es cuando tengo libre. -Sos amiga de muchos colegas... -Muchos de mis amigos son pares, porque hay muchas cosas que solo entendemos nosotros. Como cuando extrañás mucho en la gira, pero a la vez lo disfrutás. Me sirvió mucho conocer artistas de acá, y aprendí una bocha. Me hice amigos que no me imaginé, porque soy súper tímida y mi grupo de amigos siempre fue el mismo. Empecé a madurar rápido cuando conocí gente que sabe de música, tiene data, ha tocado con leyendas y encima se hacen amigos tuyos. ¡Y no te digo que soy supermadura, pero aprendí muchísimo! -¿Quién te sorprende por el éxito?
-Todos. Duki me acompañó al principio de mi carrera; cuando parece que no puede estar mejor, te sale con cuatro Vélez. Eso me traspasa, porque lo conozco como persona. También al Biza. Sé cuánto esfuerzo hay detrás y cómo empezaron. El Duko empezó a rapear en la plaza, desde cero, y ahora está representando un país y es un orgullo. -Muchos cuentan que después del éxito vivieron una etapa de descontrol, pero luego se ordenaron.
-A mí me agarró el equipo que estaba trabajando con Duki y Biza, entonces me decían lo que había que hacer o a dónde ir. ¡Yo no sabía nada! Me parabas en un escenario y tenía tanta vergüenza que quería esconderme y tocar de espaldas.
-¿Hubo un momento en especial en que se fue la tímida Nicki?
-Fue progresivo. Después de la pandemia, cuando volvieron los shows con todo y yo tenía miedo porque había alta demanda. Nos fuimos a España y los shows eran súper de corrido. ¡En la mitad de la gira ya me creía Beyonce! Me sirvió tocar seguido. Cantar a veces es fácil, pero mantener la energía de la gente es difícil, en especial en un festival donde quizás fueron a ver a otros.
-Tu éxito fue muy inmediato. ¿Cómo manejaste tu descanso?
-Siempre tengo vacaciones. Todo lo que el equipo cierra en cuanto a giras está muy bien pensado. Hay meses con diez shows, y ahí el cuerpo te empieza a pedir que te cuides.
-¿Un consejo para alguien que está empezando y se le da todo de golpe?
-Cuando todo pasa rápido, lo principal es disfrutarlo. Que no se limite, no tenga miedo y no quiera ser otro. Mantené tu esencia, porque si hacés algo que suena parecido a otro, nunca vas a ser el que querés. Una de las cosas más difíciles en la industria es tener una identidad. ■