Mineros vs ambientalistas: vuelve al Congreso la batalla por la Ley de Glaciares
El Gobierno quitó de la Ley Ómnibus casi todo el capítulo ambiental. Pero quedaron cambios y hay alerta por la desprotección de la naturaleza.
Dos gobernadores del Noroeste del país, reunidos esta semana en una Convención de Minería en Alemania, prometían que pronto en la Argentina habrá nuevas condiciones para las inversiones extractivistas. Se lo decían a representantes de grandes corporaciones globales, mientras miraban de reojo lo que les avisaba su teléfono hecho con litio: que la Ley Ómnibus impulsada por el Gobierno estaba siendo desguazada, pero el capítulo que propone la modificación de la Ley de Glaciares se mantenía firme, sostenido por un fuerte lobby.
La norma fue aprobada en general y desde hoy se discutirá en particular cada artículo que quedó en pie. Uno de los que genera más controversia es el que prácticamente da de baja la Ley de Glaciares. El cambio implicaría una desprotección de recursos naturales estratégicos y una liberación de posibilidades geográficas para el negocio minero. Cuenta con apoyo explícito del presidente Javier Milei.
El ambientalismo local está de acuerdo con lo que ve detrás: la mano de compañías como Barrick Gold, instalada en San Juan, o las firmas que operan y exploran por el litio de Catamarca. “Diputados de distintos bloques de provincias mineras se juntan para avanzar en el tratamiento de la Ley Ómnibus contra la Ley de Glaciares, a pedido de las grandes mineras transnacionales. Lo bautizamos ‘Interbloque Barrick Gold’. Votan a favor de la vida, los glaciares y el agua o votan a favor del lobby”, dice el abogado ambientalista Enrique Viale, al frente de la defensa de la plena vigencia de la ley actual.
“Hasta el martes se levantaba el capítulo ambiental de la Ley Ómnibus, pero comenzó un fuerte lobby de legisladores de las provincias y el miércoles estaba en el proyecto la modificación de la Ley de Glacieres. Las organizaciones ambientales denunciaremos el trabajo que hicieron los diputados a favor de la geopolítica actual, que requiere vorazmente de nuestros recursos naturales”, agrega Viale.
Los cambios propuestos para la Ley de Glaciares 26.639 tienen en alerta a científicos y ambientalistas. Según su visión, el nuevo proyecto contiene modificaciones que van en contra de la protección de las reservas estratégicas de agua en estado sólido. El cambio climático afecta todas las regiones del planeta, dicen. En la Cordillera de los Andes, el aumento de temperatura y la disminución de las precipitaciones sólidas generaron una disminución en el caudal de los ríos, una reducción en el tamaño de los glaciares y una degradación del permafrost de montaña. Las proyecciones climáticas para las próximas décadas indican que estas tendencias continuarán o, en algunos casos, se incrementarán.
Científicos del Conicet y de universidades del país, alineados con organizaciones ambientalistas, expresaron en una carta dirigida al Congreso que las modificaciones propuestas “son imprecisas e inconsistentes y no se sustentan en los últimos avances del conocimiento científico sobre los glaciares, el ambiente periglacial y el ciclo hidrológico de los Andes”.
La ley vigente establece que los glaciares y el ambiente periglacial son bienes públicos que deben preservarse como reservas estratégicas de agua para el beneficio de la población argentina. “Las modificaciones propuestas restringen sustancialmente la superficie bajo protección, excluyendo una enorme cantidad de cuerpos de hielo e ignorando el rol ecosistémico de los glaciares y el ambiente periglacial”, aseguran los expertos.
El nuevo proyecto no explicita las características o requisitos que deben tener los glaciares descubiertos y cubiertos. Se excluye a los manchones de nieve perennes o los glaciaretes, que son, junto con los glaciares de escombros, los tipos de cuerpo de hielo más numerosos en los Andes de Argentina.
“En extensas regiones semiáridas de Cuyo y el Noroeste argentino, estos elementos constituyen importantes fuentes de agua para las poblaciones aledañas”, dicen docentes de la Universidad de Cuyo.
Respecto al ambiente periglacial, el proyecto sólo propone proteger a uno de sus elementos característicos, los glaciares de escombros “activos”, dejando afuera al resto de los cuerpos de hielo de este ambiente. Sostiene que “los glaciares de roca o escombros activos en el ambiente periglacial” deben cumplir requisitos imprecisos que desvirtúan el espíritu de la protección actual.
La ONG Greenpeace considera que la nueva reglamentación permitirá excluir al menos 44 glaciares del país de la regulación que impide la actividad industrial. El dato surge de un informe del Ministerio de Ambiente de la Nación, que señala 322 proyectos mineros en distinto grado de avance, de los cuales 77 están en las cuencas inventariadas por el Instituto Argentino de Nivología y Glaciología (Ianigla) en el Relevamiento Nacional de Glaciares. De estos proyectos, 44 se encontrarían cercanos o sobre cuerpos de hielo, mayormente de plata, oro, cobre, uranio y litio.w
Las provincias mineras presionan a favor de la modificación de la Ley.