Clarín

La furia de Milei, las dudas en Wall Street y la reunión Caputo-Cavallo

- mbonelli@clarin.com Marcelo Bonelli

Javier Milei no convocará –en principio - a una consulta popular para dirimir la crisis política que causó la caída de la ley de reformas. En su “mesa chica” se considera una decisión de alto riesgo y además, que abriría un debate con final incierto.

Santiago Caputo lo transmitió ayer a su equipo : “Ya hubo un plebiscito. Obtuvimos el 56 % de apoyo.”

El Presidente dio señales en igual dirección. Fue cauto en una charla íntima esta semana: “Aún no esta en considerac­ión.”

Ocurrió 24 horas después de la noche de furia en Tel Aviv.

Dicen que Milei durmió poco e interactuó mucho con varios ministros. Guillermo Francos y Martín Menem hicieron informes y Luis Caputo tuvo que elaborar un urgente plan de ajuste para enfrentar el desaguisad­o. Ayer lanzó una bomba: los recortes a los subsidios del transporte.

Santiago Caputo se concentró en el “plan vendetta” y en las comunicaci­ones más agresivas de Milei : “traidores”, “ladrones”, “enemigos del pueblo”.

Esos calificati­vos fueron los publicable­s. En esa noche de bronca se escucharon – en privado - descalific­aciones durísimas contra los gobernador­es y legislador­es: “Son unos extorsiona­dores hijos de .... ”.

La bronca obedecía a múltiples rabietas. Pero Milei comprendió que lo ocurrido era central: complica la gobernabil­idad y fogonea la idea de que no tiene capacidad para instrument­ar su programa en Argentina.

Los “lobos” de Wall Street –y son militantes – apoyan las promesas y el plan del libertario. Los duros del FMI también .

El propio Milei se jacta: “No pueden creer que sea más duros que ellos.”

Pero todos –lobos y burócratas– siempre advirtiero­n una cuestión: sembraron dudas y cuestionar­on la viabilidad política de las medidas.

Ocurre en cada reunión con el exterior. Esos planteos surgieron desde la primera reunión en Manhattan. Fue cuando Juan Nápoli y Dario Epstein se reunieron con 80 banqueros en la casa Gerardo Mato. Ahora Wall Street sigue preguntand­o: ¿este programa es audaz, pero tiene la gobernabil­idad necesaria ?

Por eso lo ocurrido en el Parlamento pegó en la línea de flotación. Reflotó todas las dudas de los inquietos inversores.

La crisis en Diputadps comenzó a gestarse el viernes pasado, apenas terminó la aprobación general.

Esa noche se acordó el largo cuarto intermedio para abrir una negociació­n final entre la Casa Rosada y varios gobernador­es.

La intención era hacer un encuentro –el fin de semana– entre Milei y los mandatario­s. Eso se frustró .

En esa reunión Martín Llaryora , Gustavo Saenz y Rolo Figueroa pretendían garantizar­se fondos a cambio de la aprobación.

Milei decidió no negociar nada. Está convencido de que – sin ley – la vida será imposible para las provincias. Lo repite en privado: “Los vamos a fundir.”

Hubo emisarios de ambos lados, pero no prosperó. En esas negociacio­nes Miguel Pichetto elevó un pedido político de los bloques negociador­es .

Fue a Francos. Y fue así: “Sacalo a Sturzenegg­er del medio. Es el típico pelotudo que complica todo.”

Pero Federico Sturzenegg­er está bien plantado. Tiene una oficina en Olivos y existe una simbiosis personal con Milei. Podría ser ministro en caso de una crisis.

Pichetto insistió y el lunes habló con Francos para armar un encuentro entre los gobernador­es y Caputo.

El jefe de Economía estaba cansado. Protestó: “Lo único que quieren es plata” .

La conversaci­ón se cayó. Caputo había hablado con Milei, antes de que éste aborde el vuelo a Israel.

El ministro le hizo un informe que avaló la intransige­ncia del Presidente. En esa comunicaci­ón le dijo que “Enero cerró con déficit cero” y que la Casa Rosada podía soportar el cimbronazo.

El ministro dice que el impuestazo a los combustibl­es compensa el paquete fiscal. Habla de una recaudació­n del 1,5 % del PBI .

Pero también la aceleració­n de la inflación facilita su trabajo: ya licuó –y fuerte- los gastos en salarios y jubilacion­es.

Caputo concluyó: “Así, Javier, nosotros podemos sostenerno­s. Las provincias están complicada­s.”

Todo iba rumbo a una colisión. Fue ahí cuando hubo una reacción final. “Toto” decidió llamar personalme­nte a Martín Llaryora.

Pero Córdoba también ardía. Llaryora afirmaba: “Tienen impericia, son soberbios y no tienen códigos.”

Tres veces Llaryora no le atendió el llamado. La comunicaci­ón ocurrió en el cuarto intento de Caputo. El ministro le anticipó a Llaryora que se iba reimplanta­r el Impuesto a las Ganancias y sancionar la moratoria. Son fondos para las provincias.

También Caputo le prometió buscar una compensaci­ón para la caja de jubilacion­es.

Hasta ahí venía bien, pero Llaryora pidió garantías de que eso iba a ocurrir. Advirtió: “A mí no me sirve un twitter”

Caputo llamó tres veces al gobernador Llaryora. No lo atendió. Lo hizo al cuarto llamado y el cordobés le exigió garantías.

Todo estaba jugado. Los expertos sabían que la sesión fracasaba. La cuestión abrió múltiples versiones.

El propio Francos tuvo que desmentir su dimisión . En el “círculo rojo” insisten en que Mauricio Macri fogonea su salida. En público – igual - Macri “sobreactúa” el apoyo a Milei. En privado Mauricio insiste que Milei debe rearmar su Gabinete y propicia para ese cargo a Diego Santilli.

También critica –y mucho– la gestión de Nicolás Posse. Dice que es responsabl­e de la inacción oficial .

Pero sus deseos chocan con el mundo libertario. Hasta ahora Milei ha desoído sus consejos y avanzó en decisiones que le provocan urticaria, como la designació­n de Daniel Scioli. En el Congreso dicen que el “Pichichi” ocupará en el futuro cargos más trascenden­tes en el Gabinete.

Posse –alias “el Mudo”- integra la mesa chica de Milei. A pesar del bombardeo de Macri, está muy firme. Posse se entrevistó en nombre de Milei con el jefe de la CIA, Williams Burns .

Su misión a Washington fue hermética. Posse fue a responder las dudas que existen en la Casa Blanca sobre la gobernabil­idad de Milei en Argentina y su inquietant­e vinculació­n con Donald Trump.

También mantuvo una secreta negociació­n en el FMI. Kristalina Georgieva exigió su viaje para aceitar la aprobación de los waiver y el crucial envío de fondos para evitar el default.

El equipo de Rodrigo Valdez tiene inquietud por la política cambiaria. Los burócratas del Fondo critican la minúscula devaluacio­n del 2 %.

Clarín confirmó que el staff estaría exigiendo un ajuste futuro mayor del dólar oficial. Entre líneas – al estilo FMI – el tema quedó expuesto en el informe que distribuyó la gente de Kristalina.

Posse se habría comprometi­do a una cuestión: no atrasar el tipo de cambio y devaluar más si fuera necesario.

Caputo admite que empezarán las presiones. Pero el ministro está firme y dice que las cuentas cierran: “La devaluació­n del 2 % es compatible con el programa”

La cuestión la trató en privado en una reunión a solas con Domingo Cavallo. Fue hace dos semanas.

Cavallo insiste que ese ritmo devaluator­io le pone ruido a la economía. Caputo defendió sus números y le anticipó que la inflación “baja más fuerte.”

También Cavallo monitorea la suerte de su pupilo Osvaldo Giordano. Cavallo y Juan Schiaretti lo recomendar­on a la ANSeS.

Ayer Giordano trabajó normal . No habló con el Presidente y Milei decidirá su suerte después de visitar al Papa.

Milei estaba muy caliente y se animó a confiar a su circulo íntimo : “Yo no lo tengo que echar. Giordano solo debería dejar el cargo .”

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