García Cuerva sobre la primera santa que tendrá Argentina: “Mama Antula quería llegar a todos con el Evangelio”
El arzobispo porteño analiza la figura de María Antonia de Paz y Figueroa, que será canonizada mañana por el Papa en El Vaticano.
No bajar los brazos ante la adversidad. Convivir e integrar al que piensa diferente en un clima de fraternidad y sin perder la alegría. Para el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, la primera santa argentina, María Antonia de Paz y Figueroa, popularmente conocida como Mama Antula, vivió actitudes que deberían ser fuente de inspiración para los argentinos de hoy.
En vísperas de su canonización, mañana en la Basílica de San Pedro de El Vaticano por parte del Papa Francisco, García Cuerva destacó la importancia de que el presidente Javier Milei asista a la ceremonia, a la vez que remarcó el deseo del pontífice de visitar la Argentina y el hecho de que “el pueblo quiere ver a su pastor”.
¿Qué significa para Argentina Mama Antula?
Lo primero que los argentinos tenemos que desafiarnos es no solo a ver su vida sino también a salir de la historia de hace 200 años. Es muy bueno hacer memoria agradecida por su vida, siglo XVIII, pero hay que traer sus notas de santidad al mundo actual. Hay algunos aspectos de su santidad que son importantísimas para los argentinos en este 2024.
¿Cuáles?
La primera: una mujer inquieta y audaz que se animó en un tiempo de mucha dificultad (habían sido expulsados los jesuitas de las colonias españolas y del Virreinato del Río de La Plata por Carlos III) a
proponer los ejercicios espirituales de jesuitas. Parecía una eterna inconformista. No es que aceptó sin más que los jesuitas se fueran porque fueron expulsados sino que se animó a más, a proponer los ejercicios espirituales que ellos ya no podían llevar adelante. En ese sentido está bueno el mensaje de no bajar los brazos. Los argentinos no tenemos que bajar los brazos ni conformarnos con estar siempre mal.
¿Qué otros mensajes?
La segunda: los ejercicios espirituales los realizaban más de quinientas personas que durante días días participaban todas juntas en el mismo lugar. Familiares del virrey, miembros de la aristocracia porteña, familias sencillas, incluso esclavos. Diez días todos juntos, más allá de las diferencias en las ideas, en los orígenes y en la clase social. Los argentinos no tenemos ni cinco minutos para estar con alguien distinto, sino que nos estamos peleando. Con lo cual creo que Mama Antula nos enseña a dejar de lado las diferencias y vivir la fraternidad, que es tan necesaria entre nosotros.
¿Hay más?
Sí. En tercer lugar, una nota característica es la alegría. Mama Antula era devota de San Felipe Neri. Llevaba una reliquia de él, el patrono de la alegría. También ahí hay un mensaje de dejar de lado la queja constante, los diagnósticos que solo generan pánico. Los argentinos somos especialistas en hacer diagnósticos de la realidad, pero creo que tenemos que tener a veces una mirada más propositiva, tenemos que animarnos a buscar la alegría, que no es un optimismo berreta, sino que es la alegría del evangelio, de la que tanto habla Francisco, que es saber que Jesús murió, resucitó y acompaña nuestra vida. Y para los cristianos esa es la mejor buena noticia.
¿Somos muy quejosos los argentinos?
Tenemos que tener un corazón agradecido de que siempre algo bueno nos pasa. No podemos tener una mirada negativa y mirar solo la parte medio vacía del vaso. Eso nos genera una tristeza que corroe el alma. Decían los santos padres que la tristeza termina siendo un gusano que nos come el corazón. Debemos cuidarnos de eso y Mama Antula nos ayuda con su alegría.
Cuántos mensajes detecta.
Hay un corto mensaje. Quería llegar con el Evangelio a todos. Nos enseña una vez más a ser una Iglesia en salida de la que tanto habla Francisco, con el corazón misionero. Una Iglesia hospital de campaña que recibe a los heridos de la vida que tanto necesitan de esta buena noticia de Jesús, que murió y resucitó porque nos ama.
¿Qué significa que esté presente en la canonización el presidente de la Nación?
Tiene un importante sentido institucional, significa el vínculo institucional que debe estar entre los estados, en este caso entre Argentina con el presidente de turno y la Santa Sede. Javier Milei percibe que este es un hecho importante para la Iglesia argentina y, al mismo tiempo para el país, lo que es esta figura tan jugada del siglo XVIII y, entonces, institucionalmente, participa de la canonización y la posterior audiencia con el Santo Padre.
¿Visitará el Papa la Argentina?
Tiene ganas. Así lo expresó. Y el pueblo quiere ver a su pastor. Ojalá se concrete.w