Los productores de yerba se resisten a que el precio se fije sin regulaciones
Admiten que la desregulación que plantea Milei “es un problema”
El representante de los productores en el Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM), Jonás Petterson, pidió ayer tener “un precio razonable para producir”, y planteó que “la desregulación es un problema”, ya que perjudicaría a los pequeños y medianos productores y sólo “cuatro o cinco ganan”. “La desregulación de precio es un problema, pedimos tener un precio razonable para producir, no podemos plantear una desregulación a costa de fundir a los pequeños y medianos productores”, manifestó Petterson en declaraciones a Radio La Red, al referirse a la situación actual del INYM.
El organismo está a la espera de la fijación de precios de materia prima y sus integrantes ven con preocupación la desregulación propuesta en el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 70/2023, que aún no se encuentra en vigencia por no estar reglamentado, según se concluyó en una reunión esta semana entre el sector y el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, Juan Alberto Pazo.
En forma sorpresiva, Pazo se convirtió en el interlocutor de los yerbateros que a fines de enero iniciaron un cese de cosecha y ya realizaron dos tractorazos para exigir una recomposición del 100% en el precio de la hoja verde y la yerba mate canchada. El encuentro con los productores se produjo apenas unos días después que el secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, cancelara una reunión con una delegación que viajó a Buenos Aires para explicarle el rol clave que desempeña el INYM y la necesidad de que siga siendo el árbitro a la hora de fijar precios mínimos para los primeros eslabones de la cadena productiva.
Pazo se reunió también con el gobernador Hugo Passalacqua y el ministro del Agro de Misiones, Facundo López Sartori; a quienes les dejó en claro que “la desregulación de los mercados claramente es una política de la Nación”, pero que se buscará la forma de que la búsqueda de un mercado más competitivo no deje fuera del juego a los pequeños y medianos productores, que son mayoría en la economía yerbatera.
Petterson admitió ayer la necesidad de la ayuda del Estado. “Los pequeños y medianos productores pedimos a gritos que tengamos un precio mínimo que nos garantice los costos para producir y de ahí para arriba, el que quiera pagar el máximo, que pague el máximo”.
“Siendo 13.500 productores y habiendo 100 industrias y de las 100 son cuatro alrededor las que compran alrededor del 45% y 60% de la materia prima, no vamos a poder nunca manejar la oferta y la demanda; porque esas cuatro, además de tener esos meses de stock de yerba mate, tienen poder económico suficiente para pasar muchísimo más tiempo aguantando, producción propia en muchísimas hectáreas”, siguió Pettersen sobre la política desregulatoria.