El doctor récord: se recibió a los 19 y aún ejerce
“Breve fue el tiempo para el joven doctor Jorge Oscar Zárate hasta cerrar el ciclo de su carrera profesional. Hace apenas diez días rindió la última materia del curso de Medicina en la Facultad de Ciencias Médicas local, luego de una brillante trayectoria, en la que solo empleó cuatro años y nueve meses. Tiene 19 años de edad. Vocación, tenacidad e inteligencia es el equipo que lo llevó al éxito”. Así comienza la nota que le hicieron a Zárate, publicada en Clarín hace sesenta años. El 18 de enero de 1964 se convirtió en noticia, después de haberse recibido de médico en tiempo récord.
“Una tía mía, Luisa Colotti, que ya falleció, llamó al diario para avisar y vino una periodista a mi casa para entrevistarme. En esa época vivía en Tapiales, en La Matanza. Me acuerdo de que trajo un grabador y llegó con un fotógrafo, me hizo muchas preguntas. Al otro día, mi tía compró varios ejemplares y me regaló uno”, cuenta Jorge ahora, seis décadas más tarde, con una fotocopia de la nota en mano.
Lo acompaña su mujer, Herminia Vidal, a la que conoció un año después de la publicación del famoso artículo, que llevó a que más gente se enterara de su gran logro.
“Después de la nota me llamaron de otros medios, me entrevistó Antonio Carrizo en Canal 7 y me declararon “Ciudadano ilustre” en mi pueblo, Dudignac, en el partido de 9 de Julio”, repasa y asegura que en todo momento sintió “mucho orgullo”.
Para llegar a recibirse a los 19 lo adelantaron un año en la primaria y aprobó dos años libres en segundo y quinto años de la secundaria. “A los 14 empecé la Facultad. Hice tres años de carrera en la Universidad de La Plata y dos acá, en la Universidad de Buenos Aires. Siempre tuve mucha facilidad para estudiar y para dar exámenes”, comenta Zárate, quien, después de haber egresado, comenzó a especializarse en Patología General y, más tarde, completó la subespecialización en Patología Ocular.
“Pasé por varias instituciones médicas. Estuve en el Hospital de Clínicas José de San Martín, en el Hospital Aeronáutico Central y en el Hospital Materno Infantil Ramón Sardá”, detalla sobre su formación.
Su amor por la Medicina y sus ganas de seguir aprendiendo lo llevaron a estudiar un doctorado. “Me recibí de doctor en Medicina de la Universidad de Buenos Aires y entré en el Departamento de Patología de la Universidad. Comencé como ayudante y llegué a director del Departamento”, precisa Jorge. Así fue que, entre libros y microscopios, pasaron los años. El 4 de enero cumplió 60 años como médico y el 27 de marzo festejará sus 80 años de vida.
“Sigo trabajando, soy profesor adjunto de Oftalmología de la Universidad Maimónides y profesor consulto titular del Departamento de Patología de la UBA”, resume y cuenta que, en su carrera, analizó miles de muestras y que hoy lo sigue haciendo, ahora en su propio laboratorio.
“Me mandan muestras de varias partes del país, soy un referente en el tema después de tantos años de dedicación”, asegura.
Zárate dice que, durante mucho tiempo, investigó casos de glaucoma. “Hoy realizo biopsias de tumores oculares, orbitarios y
de los párpados. Trabajo con mi esposa, ella colabora en la parte administrativa y, a la vez, es un gran sostén para mí en lo emocional”, comenta y asegura que tuvo suerte, ya que le tocó “una gran compañera”.
Con su esposa Herminia son padres y abuelos. Tuvieron cuatro hijas -Valeria, Lorena, Natalia y Jésica- y once nietos.
Jésica, la menor, de alguna manera, siguió los pasos de su papá. “No estudió Medicina, pero es técnica en Histología, es decir que hace los preparados que se colocan en los microscopios. Se mudó de país y vive en España, trabaja en un hospital que se encuentra en Palma de Mallorca”, relata Jorge, que tiene su laboratorio en el barrio porteño de Congreso y vive en Monserrat.
Valeria, la hija mayor, ocupó esta vez el rol de la tía Luisa y se contactó con este diario, junto con su mamá. “Esta segunda nota la vivo con mucha alegría, poder hacer lo que te gusta y que lo reconozcan es realmente hermoso”, reflexiona.
La Medicina, señala Jorge, es “un compromiso de esos que, a veces, te hacen no dormir bien. Esto tiene que ver con que uno nunca se olvida del paciente, es la prioridad”. Asegura que se trata de una tarea a la que hay que poner conocimiento y alma, pero que también es fundamental disfrutarla, por más que muchas veces se vea obligado a dar malas noticias.
“En mi trabajo suelo detectar tumores, muchos malignos, por ejemplo, pero intento pensar que, gracias a que damos con ellos, la persona va a poder recibir un buen tratamiento, va a tener una segunda oportunidad”, explica Zárate.
Por otra parte agrega que él intenta “hacer un seguimiento de los casos. Consulto con los médicos, que me los pasan cómo les fue y, en muchas ocasiones, quedo en contacto con los pacientes”, explica y afirma que ser empático y humilde también son características importantes que debe tener un profesional de la salud.
En su casa tiene una habitación extra equipada con un microscopio y cuenta que ahí evalúa los casos más difíciles.
“Contrario a lo que se podría pensar, mi trabajo no es matemático. Hay que mirar bien los preparados, hay que interpretar las células para resolver la problemática del diagnóstico”, comenta. En tanto destaca que “incluso un papiloma puede tener algunos secretos guardados”.
“Por eso, a veces me llevo muestras del laboratorio para seguir trabajando en mi tiempo libre, mi tarea tiene mucho de investigación”, aporta Jorge.
Por ahora no está en sus planes retirarse. “Cada tanto lo pienso, por el hecho de que estoy por cumplir 80 años. La edad me la recuerdan ciertos dolores articulares y el miocardio, me colocaron dos stent”, comparte Jorge y afirma que, mientras esté bien cognitivamente, seguirá trabajando. “La Medicina es mi pasión, es mi forma de vida. La vocación de servicio se mantiene intacta más allá de los años, me gusta ser útil y colaborar con quien lo necesita, así que voy a seguir”, cierra el profesional, que se mantiene tan lúcido como vigente.w
Jorge Zárate fue noticia en Clarín, cuando recibió su diploma de médico en la UBA. “La Medicina es mi pasión”, dice este hombre que no piensa en jubilarse.