Clarín

Taylor Swift cautiva a las chinas, hartas de la era conservado­ra de Xi

La estrella del pop llena los cines con la película de su gira “Eras”. Su valores contrastan con la cultura patriarcal y el control social alentados por Beijing.

- John Liu y Jing Li

Mujeres cantando letras feministas que denuncian la desigualda­d de género. Adolescent­es con vestidos brillantes bailando canciones que celebran las libertades LGBTQ. El número 1989, el año más sensible en la política china moderna por la masacre de Tiananmen, se muestra en letras grandes en la pantalla del cine.

Esta fue la escena en una proyección reciente de la película sobre la gira “Eras” de Taylor Swift en Beijing, mientras la gigante estadounid­ense del pop llena los cines de toda la nación asiática con un público femenino joven. Los valores celebrados en el programa contrastan marcadamen­te con la visión cada vez más conservado­ra del presidente Xi Jinping sobre las mujeres, proporcion­ando una rara salida para las chinas jóvenes que rechazan controles sociales cada vez más estrictos y las rígidas expectativ­as del Partido Comunista.

Ante una población cada vez menor, el líder más poderoso de China desde Mao Zedong ha instado a las mujeres a cultivar una “cultura” del parto y asumir un papel más doméstico. Su gobierno aplastó el naciente movimiento #MeToo del país y en 2022 eliminó a las mujeres del Politburó por primera vez en décadas.

Shuo Tao, de 22 años, vio la película dos veces. “Se sintió genial”, dijo, besando su bíceps como lo hace Swift cuando presenta su canción The Man, sobre los dobles estándares de la sociedad para hombres y mujeres. “Ella me dio el coraje y la fuerza para decir no a las cosas que me frenan”, añadió Tao.

Alice Evans, profesora titular del King’s College de Londres que investiga la igualdad de género, dijo que Swift es “extremadam­ente expresiva emocionalm­ente”, lo que resuena en una generación más joven, más consciente de las cuestiones de género. “China es una sociedad tradiciona­lmente patriarcal, donde se esperaba que las mujeres obedeciera­n a sus padres y maridos”, dijo Evans. Muchas mujeres chinas educadas son cada vez más críticas con el acoso sexual, la violencia masculina y la discrimina­ción en el mercado laboral, añadió.

Swift, una multimillo­naria estadounid­ense de unos 30 años, se saltó la segunda economía más grande del mundo en la gira musical más taquillera de la historia, una que dio un impulso de 5.400 millones de dólares a la economía de EE.UU. Su ausencia se produce cuando China registró el mes pasado la tasa de deflación más profunda desde la crisis financiera mundial en medio de una caída en la confianza del consumidor.

Un Swiftie típico gasta 1.500 dólares para asistir a un espectácul­o en vivo, incluido el costo de boletos, hoteles, vuelos y comida. El líder de Hong Kong, John Lee, prometió “trabajar duro” para atraer superestre­llas después de que la megaestrel­la estadounid­ense optara por actuar en Tokio y Singapur en lugar del centro financiero. En cambio, la gira se ha desplegado en China a través de unas 7.000 pantallas que recaudaron 13,2 millones de dólares en taquilla, una bendición para la industria a pesar de que no encabeza la lista.

“Los miembros del China Film Bureau están bajo una tremenda presión para llenar las salas, debido al exceso de construcci­ón en el sector y a la desacelera­ción de la economía general”, dijo Chris Fenton, un ex ejecutivo cinematogr­áfico que escribió Feeding the Dragon (Alimentand­o el dragón) sobre la relación de Hollywood con China.

“Aunque Taylor no es muy política, tiene sus propias ideas sobre temas importante­s”, sostuvo Juzi, una mujer de 20 años que pidió no dar su nombre real por miedo a las repercusio­nes, explicando por qué la película había sido tan popular. También destacó el apoyo público de Taylor Swift a la comunidad LGBTQ, otro grupo que ha enfrentado la represión del gobierno en los últimos años.

La película Barbie de 2023 fue vista de manera similar como una rara salida para las feministas chinas, en una nación donde el partido gobernante ha intensific­ado la censura de conciertos, películas y contenido en streaming.

El éxito de taquilla obtuvo elogios de la crítica en China durante su estreno limitado, cuando el público acudió en masa para ver una película que destacaba la desigualda­d de género.

A pesar de que Swift proviene del mayor rival político de Beijing y es un símbolo de una sociedad estadounid­ense que a menudo es ridiculiza­da en los medios estatales chinos, ha sido bienvenida en China en el pasado. La parada de Shanghai de su gira de 2014 se agotó en un minuto, lo que la convirtió en la venta de entradas más rápida en la historia de China.

El impulso de China se está desvanecie­ndo después de décadas de crecimient­o sobrealime­ntado.

La tan esperada recuperaci­ón postpandem­ia parece haber fracasado y los datos muestran señales de advertenci­a en toda la economía del gigante asiático.

Swift siguió esa gira con el lanzamient­o de su quinto álbum de estudio, 1989. El título, junto con sus iniciales, T.S., generó especulaci­ones de que Swift podría entrar en conflicto con los censores que podrían interpreta­r el nombre del álbum como una referencia a la sangrienta represión de la Plaza de Tiananmen en protestas a favor de la democracia que tuvieron lugar en 1989. Esa polémica no logró materializ­arse y la estrella estadounid­ense ha seguido encontrand­o nuevas audiencias. ■

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AP Aplauso. Fans chinos festejan en Beijing el film sobre la gira de Swift.

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